Alimentos no recomendados para menores de dos años

Los frutos secos, las bebidas con bajo valor nutritivo, algunas especies de pescado azul y la leche de vaca desnatada son algunos alimentos que se deben evitar
Por Marta Vázquez-Reina 6 de abril de 2012
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Los niños menores de dos años son susceptibles de correr algunos riesgos ante la ingesta de determinados alimentos. Por ese motivo, los especialistas en salud infantil recomiendan a los padres que, durante esta etapa, eviten que sus hijos consuman todo tipo de alimentos con los que se puedan atragantar, frutos secos, bebidas con bajo valor nutritivo, algunas especies de pescado azul y leche de vaca desnatada o semidesnatada.

Alimentos con los que se pueden atragantar

Antes de los dos años, y en algunos casos hasta los tres o cuatro, deben evitarse los alimentos cuya forma o consistencia tenga el riesgo de bloquear la tráquea y, por tanto, pueda causar que los niños se atoren o atraganten. Los especialistas en pediatría recomiendan, sobre todo, evitar que los pequeños coman trozos mayores de un centímetro. Algunos de los alimentos con mayor riesgo de atragantamiento son los siguientes:

  • Uvas enteras.
  • Aceitunas con hueso.
  • Salchichas sin cortar en trozos.
  • Trozos de carne muy grandes.
  • Palomitas de maíz.
  • Uvas pasas.
  • Chicles y gominolas.
  • Verduras y vegetales crudos.
  • Caramelos duros.

Frutos secos

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) señala que está «absolutamente prohibido darle a niños menores de 5 o 6 años frutos secos». Esta tajante prohibición se basa en la evidencia demostrada por numerosos estudios e investigaciones que certifican que los frutos secos son la primera causa de atragantamiento infantil: en general, los niños más pequeños no están capacitados para triturarlos de forma adecuada, de modo que es fácil que los trozos terminen por provocar el atragantamiento.

Pero, además, el peligro de consumir estos frutos reside también en su capacidad para obstruir las vías aéreas. Tal como señala Juan Casado -jefe de Pediatría del Hospital Niño Jesús de Madrid- en su blog, los frutos secos al no ser triturados de manera adecuada pueden ser «aspirados por el pulmón pasando desde la boca a las vías respiratorias, en vez pasar a la vía digestiva». En estos casos, el fruto o parte de él llega hasta el pulmón y puede producir «asfixia inmediata u obstrucción e infección de una o varias zonas del pulmón», subraya este especialista.

Bebidas con bajo valor nutritivo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que bebidas como el té y el café contienen compuestos que interfieren con la absorción de hierro y, por tanto, no son recomendadas para niños menores de 24 meses.

Este organismo invita a evitar el exceso de consumo de bebidas azucaradas, como los refrescos, porque es poco lo que aportan además de energía y, por lo tanto, disminuyen el apetito de los niños por alimentos más nutritivos.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que no se consuma más de 240 ml de zumo de frutas al día, ya que también puede disminuir el apetito de los niños por otros alimentos y ocasionar heces sueltas.

Algunas especies de pescado azul

Uno de los alimentos más recomendables para los niños a partir de un año es el pescado ya que les aporta numerosos beneficios nutritivos. Sin embargo, tal como indica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), algunas especies de pescado azul deben evitarse hasta cierta edad porque por su tamaño acumulan mayor cantidad de metales como el mercurio, que se disuelve de forma fácil en la grasa, llega hasta el embrión durante el embarazo y puede provocar alteraciones en su desarrollo neuronal, así como en niños de corta edad.

Las recomendaciones de este organismo, dependiente del Ministerio de Sanidad, se refieren de forma específica al consumo de pez espada, tiburón, atún rojo y lucio. Las pautas son las siguientes:

  • Mujeres embarazadas (o en período de lactancia) y niños menores de tres años: evitar el consumo.
  • Niños de entre 3 y 12 años: limitar el consumo a 50 gr/semana o 100gr/ 2 semanas.

Leche desnatada o semidesnatada

La recomendación general es no introducir la leche de vaca en la dieta de los niños antes de los 12 meses. Durante el primer año de vida, lo idóneo es continuar con la lactancia materna o en su defecto con leche de fórmula adaptada. A partir del año y hasta los 24 meses, si se opta por la leche de vaca en vez de por la materna o la de continuación, la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) señala que la leche de vaca adecuada es la entera.

Este organismo señala, además, que tanto la leche de vaca desnatada (menos del 0,5% de grasa) como la semidesnatada (entre 1,5-2% de grasa) tienen una densidad calórica muy baja, de modo que para cubrir las necesidades energéticas del niño sería necesario una ingesta muy elevada, con el consecuente «exceso de proteínas y de solutos a nivel renal».

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