Los cambios hormonales, vasculares y metabólicos que sufre la mujer durante el embarazo suelen dejar su huella en la piel. Una de las marcas más frecuentes que padecen dos de cada tres gestantes son las arañas vasculares, pequeñas lesiones que se presentan, por lo general, en la cara y el cuello a causa del incremento en el volumen de la sangre. En este artículo se explica qué son las arañas vasculares durante el embarazo, cómo prevenirlas y los tratamientos a los que se puede recurrir después del parto para eliminarlas.
El volumen de la tripa no es el único que se expande en la mujer a lo largo de los nueve meses de gestación. Para facilitar el desarrollo del bebé, durante el embarazo la futura madre también experimenta un significativo incremento de entre el 40% y el 50% en el torrente sanguíneo que circula por su cuerpo. Este cambio afecta al sistema circulatorio y, sobre todo, a los vasos sanguíneos que se dilatan para dejar pasar esa mayor cantidad de sangre.
Arañas en la piel: un problema muy frecuente en embarazadas
El aumento del riego sanguíneo y la consiguiente dilatación de las venas en la mujer en estado pueden dar lugar a diferentes problemas durante la gestación. Algunos son más graves o molestos, como la aparición de varices en la embarazada, y otros más leves, que afectan sobre todo al ámbito estético.
Dos de cada tres embarazadas de piel clara sufren arañas vasculares en cara y cuello durante la gestación
Una de las lesiones estéticas más frecuentes en este periodo son las denominadas arañas vasculares o telangiectasias. Estas pequeñas marcas de entre 0,5 y un milímetro de diámetro se presentan de color rojo y con forma de araña (de ahí su nombre) y se manifiestan tras la dilatación de pequeños capilares y vasos superficiales de la piel. «Estas diminutas venas rojas suelen aparecer entre el segundo y el quinto mes de embarazo«, apunta la Asociación Española de Mujeres Dermatólogas. Y son más frecuentes en las mujeres con la piel más clara; de hecho, casi dos terceras partes de estas pueden desarrollarlas.
Las arañas vasculares aparecen con mayor frecuencia en la parte superior del cuerpo, tanto en la cara o cuello, como en el tronco, manos o brazos. La buena noticia es que, aunque sea un problema muy generalizado, «en la mayoría de los casos desaparecen de forma espontánea durante los tres meses posteriores al parto», señala la asociación de dermatólogas.
Arañas vasculares en el embarazo, ¿se puede prevenir?
Los cambios fisiológicos del embarazo son la principal causa del surgimiento de estas lesiones. Sin embargo, algunos factores pueden hacer a las mujeres más propensas a padecerlas. En el caso de «las arañas vasculares que se presentan en la cara, cuello y escote, suelen asociarse a factores genéticos y ambientales relacionados con el fotoenvejecimiento», señala Emilce Insua, miembro de la Sociedad Española de Medicina Estética en la ‘Revista Panoamericana de Flebología y Linfología’.
La excesiva exposición solar de la embarazada resulta contraproducente y es mejor evitarla, sobre todo, cuando la gestante tiene una piel muy blanca y fina. «Otros hábitos de vida saludable, como reducir la ingesta de alcohol o evitar los cambios bruscos de frío-calor ayudan también a prevenir su reaparición», añade Insua.
Marcas del embarazo: tratamiento después del parto
Algunas investigaciones sostienen que el 90% de las mujeres que desarrollan arañas vasculares en el embarazo ve como estas se reducen en los meses posteriores a dar a luz, normalmente entre tres y siete meses después. Por este motivo, los especialistas recomiendan esperar un tiempo prudencial antes de tomar ninguna iniciativa para tratar las telangiectasias tras el parto. Además, es frecuente que el problema aparezca de nuevo en los siguientes embarazos, incluso en los mismos lugares originales de la primera vez.
Las arañas vasculares suelen reaparecer en los siguientes embarazos, incluso en los mismos lugares
El tratamiento provisional más sencillo de las arañas vasculares consiste en su camuflaje con maquillaje específico para disimular las imperfecciones faciales. Pero también se puede optar por tratar estas lesiones con distintas técnicas médicas como la electrocoagulación o la radiación láser. No obstante, aunque los resultados suelen ser muy buenos, con una mejoría de entre el 50% y el 90% de los casos, «también son muy frecuentes las recurrencias«, explica Insua.