Beneficios de bailar con niños, también en casa

El baile es uno de los mejores ejercicios que se pueden realizar contra el sedentarismo, ya que permite desarrollar la creatividad del menor al mismo tiempo que se mueve
Por EROSKI Consumer 1 de abril de 2020
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Imagen: focuspocusltd

¡Hay que moverse, todo vale contra el sedentarismo! Y este lema sirve para grandes, pequeños y medianos. A los niños les encanta bailar y aunque a algunos adultos no les siga fascinando la danza ya de mayores, un estudio ha demostrado que la predisposición a moverse siguiendo el ritmo de la música es innata y que las sonrisas de los bebés son mayores cuanto mejor acompañan la melodía con sus movimientos. Además, bailar redunda en muchos beneficios para los más pequeños, como se explica en este artículo: desde las ventajas que supone para el estado físico y la motricidad gruesa, hasta su contribución a un mejor estado de ánimo, la concentración, la autoestima y el desarrollo del oído musical.

El baile proporciona muchos e importantes beneficios tanto físicos como emocionales para quienes lo practican. Estas ventajas se pueden disfrutar y aprovechar desde bien pequeños, ya que, según sugiere una investigación los seres humanos nacemos con una predisposición natural a movernos siguiendo el ritmo de la música.

La investigación, realizada por expertos de las universidades de York (Inglaterra) y Jyväskylä (Finlandia) y publicada en 2010, analizó el comportamiento de 120 bebés de entre cinco meses y dos años de edad ante estímulos de dos clases: música, por un lado, y diálogos entre adultos y niños, por el otro. La respuesta ante ambos fue muy diferente. Ante la música, los pequeños se movían de manera rítmica (es el ritmo, mucho más que la melodía, lo que produce una respuesta). Y no solo eso. Según los investigadores, los niños sonreían más cuando mejor podían sincronizar sus movimientos con la música.

A continuación se detallan varios de los motivos por los que conviene bailar desde bien pequeño:

1. Una excelente actividad física

Danzar permite realizar ejercicios aeróbicos, cardiovasculares y de flexibilidad corporal, además de favorecer el equilibrio y el desarrollo muscular. Es una muy buena alternativa para los niños que no cumplen con la recomendación de los especialistas de realizar al menos una hora de actividad física al día.

2. Ayuda para la motricidad gruesa

La motricidad gruesa en los menores tiene que ver con los movimientos más generales de su cuerpo, cambios de posición, desplazarse de un lado a otro, etc., a diferencia de la motricidad fina, relacionada con los movimientos que exigen mayor precisión, sobre todo los de los dedos de las manos. Bailar contribuye a un mejor desarrollo de la motricidad gruesa, ya que, a través de la danza, el pequeño aprende a coordinar los movimientos de su cuerpo y a mantener el equilibrio, además de ganar tonicidad y flexibilidad muscular.

3. Mejora del estado de ánimo

El baile reduce los niveles de dopamina y aumenta los de serotonina. Son sustancias que funcionan como neurotransmisores y están relacionadas con el estado de ánimo. Las variaciones producidas por la danza producen, al igual que otras actividades físicas, una sensación de bienestar. Se podría considerar como lo opuesto a ciertas actividades sedentarias, como ver televisión o pasar el tiempo frente a otras pantallas, que, según un estudio, aumentan el riesgo de depresión en los más pequeños.

4. Desarrollo de la creatividad y la memoria

La música puede ser el reino de la espontaneidad y la improvisación, ya que cada uno la acompaña con su cuerpo como quiere y puede. Esto representa un estímulo para la creatividad del niño. Pero el menor también puede imitar o crear pasos y coreografías, lo que le llevará a trabajar su memoria, para poder recordarlos y repetirlos. Además, ahora desde casa se pueden imitar coreografías como las de la película Grease o Mamma Mía, entre otras,

5. Concentración y actitud positiva hacia el aprendizaje

Estas habilidades están muy relacionadas con el ejercicio de la memoria. Como explica Mònica Espàrrach, profesora de la Royal Academy of Dance del Reino Unido,  «la danza, al ser una actividad física que requiere mucho control, hace que el alumno desarrolle capacidad de análisis, observación, experimentación, tenacidad, actitud positiva hacia el aprendizaje, capacidad de esfuerzo y concentración y tener disciplina«. Aunque los niños no se dediquen al estudio de la danza de manera sistemática, bailar en casa también les ayuda en el desarrollo de estas capacidades.

6. Estímulo para el gusto y el oído musical

La música es una herramienta muy valiosa para el desarrollo de los pequeños. Los niños que escuchan música son más tranquilos, lloran menos y duermen mejor, según los científicos. Además, la música estimula el desarrollo del habla: como concluyó un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.), los mecanismos que operan en el aprendizaje del lenguaje y de la música son similares. El baile permite acercarse a la música y establecer vínculos con ella desde otro enfoque y conocer ritmos, melodías y letras de variados orígenes y culturas. Todo esto amplía la curiosidad y el abanico de intereses del menor.

7. Facilidades para la socialización y refuerzo de la autoestima

Bailar solo es divertido, pero en compañía lo es mucho más. Por eso, al igual que para los adultos, el momento de la danza es propicio para crear o hacer más cercanos los vínculos con los propios padres, entre hermanos y con otros niños, coordinar movimientos, elegir juntos las canciones y, en general, dialogar y socializar con ellos. Esto es muy beneficioso en general, pero sobre todo para los más tímidos. Compartir el baile ayuda les ayuda a desinhibirse y refuerza su autoestima.

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