Las recomendaciones para un postparto positivo que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022 señalan, entre otras cosas, que hay que prestar atención a la salud mental de las mujeres que acaban de ser madres, con todo lo necesario para prevenir y tratar la ansiedad y la depresión postparto, principalmente. Pero estos consejos se limitan para las seis semanas posteriores al nacimiento del bebé, un periodo más conocido como cuarentena o puerperio. ¿Y después? También estos y otros trastornos pueden aparecer tras varias semanas… Una revisión científica se ha fijado en la importancia de los permisos de maternidad y paternidad para proteger la salud mental. Te contamos cuáles son sus conclusiones.
Problemas de salud mental tras el parto
Los problemas de salud mental en la mujer que acaba de ser madre son una realidad que cada vez tiene más eco. De hecho, el 88 % de las mujeres pide más ayuda psicológica en el postparto, según un estudio elaborado por la plataforma española Maternify. El 40 % de las 1.500 mujeres consultadas refiere dificultades en cuanto a la lactancia como uno de los principales retos y nombra el miedo, la frustración y la culpabilidad como los sentimientos más habituales.
Y es que un acontecimiento tan gozoso como tener un hijo también puede resultar muy estresante. Como explican investigadores de la Universidad de Estocolmo (Suecia) en ‘El efecto del permiso de paternidad en la salud mental de los padres: una revisión sistemática’, las madres sufren cambios biológicos y soportan la carga física debida al embarazo y al parto, “mientras que ambos padres experimentan muchos problemas relacionados con la crianza de los hijos, las incertidumbres profesionales y las presiones financieras debido al tiempo libre de trabajo y la reducción de los ingresos”.
Todo ello puede exacerbar o desencadenar distintas alteraciones emocionales y trastornos mentales en el 10-20 % de las madres al poco del parto o más adelante:
- Tristeza puerperal. Cerca del 80 % de las mujeres experimentan cambios emocionales dos o tres días después de dar a luz: la madre llora sin motivo, tiene problemas para dormir y se ve incapaz de cuidar de su hijo como se merece. Los cambios hormonales tienen mucha culpa de este baby blues, aunque también otras circunstancias, como el cansancio o las dificultades con la lactancia. Esta melancolía desaparece en torno a los 10 o 15 días sin dejar secuelas.
- Depresión postparto. Lo llegan a sufrir el 10-20 % de las mujeres durante más de seis semanas. Ocurre a partir de la cuarta semana después del parto o incluso después de un año. La madre se siente agobiada, culpable, no deja de llorar, también duda sobre sus capacidades para cuidar del bebé y de ella misma y hasta no puede dormir, aunque el peque lo haga. La falta de lazos de afecto con su hijo es muy llamativa.
- Trastorno de estrés postraumático. Mucho menos frecuente, lo padecen en torno a un 1,5-6 % de las madres entre el tercer y sexto mes tras un parto complicado, en el que puede que haya habido una amenaza de muerte o graves secuelas físicas para madre y/o bebé y que la mujer lo haya vivido con mucho miedo o se haya sentido indefensa. Estas madres recientes reviven el parto sin poder evitarlo o se sienten enfadadas con su entorno y el personal médico, por ejemplo.
- Psicosis postparto. Sucede en uno de cada mil partos y dentro de las dos o tres semanas después de dar a luz. Se caracteriza por pensamientos e ideas delirantes y pensamientos de dañar al bebé o a ella misma.
- Otros trastornos que requieren de atención médica y psicoterapéutica en la madre reciente: trastorno de ansiedad generalizada y trastorno afectivo bipolar.
Además, los padres no son ajenos a lo que implica la nueva vida. Por eso, no hay que olvidar que los hombres también padecen depresión posparto, y no es raro que necesiten ayuda psicológica para hacer frente a las secuelas de un parto traumático, es decir, para superar un estrés postraumático. A nivel mundial, la prevalencia de trastornos en el postparto está en el 10 % de los hombres.
Bajas de maternidad y paternidad, cómo afectan a la salud mental
El permiso de maternidad (16 semanas desde 1989) ayuda a recuperarse del embarazo y el parto, consolidar la lactancia y fomentar el vínculo entre madre e hijo. A los padres, el permiso de paternidad (16 semanas desde 2021) les permite implicarse más en el cuidado de su bebé y contribuir a la recuperación de la madre. Además, estas licencias remuneradas posibilitan a ambos progenitores “poder mantener su apego al mercado laboral mediante la protección del empleo, al tiempo que favorecen un equilibrio más equitativo entre el trabajo y la vida en el hogar, con implicaciones potenciales para sus niveles de estrés”, comentan los especialistas suecos.
Entonces, ¿influyen estas bajas en los trastornos de salud mental después del nacimiento de un hijo? ¿De qué manera? ¿Podrían ayudar a aliviar los síntomas de salud mental al prevenir o reducir el estrés asociado con el parto y la infancia? Es lo que se preguntaron los investigadores de la Universidad de Estocolmo en la revisión científica que hicieron en 2022 con 45 estudios de cinco bases de datos distintas de varios países de ingresos económicos altos y publicada en fechas recientes en ‘The Lancet Public Health‘.
Y sí, este equipo de investigación observó que, según la evidencia, este tipo de permisos puede ser protector para la salud mental de padres y madres, sobre todo en el caso de las mujeres, lo que tiene implicaciones para el bienestar de toda la familia.
Así, concluyen que la generosidad de la baja (entendida como con mayor duración y remuneración, frente al permiso no remunerado) contribuye a aliviar o prevenir los problemas de salud mental, particularmente para las madres. En concreto, sostienen que “el aumento de la duración de la licencia se asocia generalmente con un menor riesgo de problemas de salud mental materna, incluidos síntomas depresivos, angustia psicológica y agotamiento, y una menor aceptación de la atención de salud mental”.
Además, la evidencia sugiere que una baja de maternidad remunerada de al menos dos o tres meses ayudaría a prevenir los trastornos mentales en las madres durante el postparto, pero también a largo plazo, ya que en la revisión se han hallado pruebas de que su efecto protector podría durar más que el periodo posterior al parto.
Sin embargo, los investigadores no han encontrado una relación tan significativa entre la duración del permiso de paternidad del padre y su salud mental o la de las madres. “La asociación entre el permiso de los padres y los resultados en materia de salud mental paterna fue menos concluyente, al igual que el efecto indirecto del uso de la licencia de los padres en la salud mental de la pareja”, señalan.