El tren puede resultar un medio de transporte apropiado para viajar con bebés y niños pequeños. Si no ocupan plaza, los menores pueden ir gratis hasta los cuatro años. Además, los vagones ofrecen otras ventajas, como pasillos por donde moverse si hace falta calmarlos o la cafetería para cambiar de aires durante un rato. A continuación se detalla cómo viajar con un bebé en tren, cuándo se puede solicitar ayuda del personal ferroviario y cómo viajar en camarotes con niños. También se exponen las desventajas de viajar en este medio de transporte.
¡Bebés al tren!
Renfe ofrece una ayuda a los padres que viajan solos en tren con bebés
Para determinados viajes con bebés, el tren puede ser una buena alternativa. Es más cómodo que el autobús y, si bien la duración de los recorridos es mayor a la de un vuelo, ofrece algunas ventajas con respecto a los viajes en avión.
Por un lado, hay más espacio y menos restricciones para pasear con el niño si es necesario calmarlo. Y por otro, las estaciones de tren en general están más cerca que los aeropuertos del centro de las ciudades, por lo que se reduce el tiempo de traslado (y también su coste económico) desde allí hasta el destino final.
Bebés y niños de hasta cuatro años, gratis en tren
Según informa Renfe, en los viajes en AVE, Avant y media y larga distancia, los menores de cuatro años acompañados por un adulto viajan gratis, siempre que no ocupen un asiento. Esto quiere decir que, para que el pequeño no abone billete, debe ir durante todo el recorrido en brazos. Por otra parte, los billetes para niños con menos de 14 años de edad que ocupan plaza tienen un 40% de descuento en todas las plazas y los trenes.
En el caso de los servicios de Cercanías, viajan gratis los niños de hasta seis años de edad, con excepción de Rodalies (Cercanías de Cataluña), donde los pequeños pagan a partir de los cuatro años.
Ayuda para padres en los viajes en tren
Otra ventaja de viajar en tren por España es Atendo, un servicio gratuito ofrecido por Renfe para ayudar a personas con movilidad reducida. Si bien está pensado, sobre todo, para personas con discapacidad, su cobertura también alcanza a adultos solos que deben viajar con alguna maleta, además de un bebé. Lo apropiado es solicitar este servicio en el mismo momento en que se compra el billete.
La ayuda de Atendo consiste en que, en la estación de partida, una persona acompaña desde la oficina de atención hasta el asiento del tren y, en la estación de llegada, desde el vagón hasta el taxi o el vehículo en el que se marchará.
Renfe informa de la prioridad del servicio «se fijará en función del tipo de discapacidad y de su solicitud de asistencia». La ayuda a personas con discapacidad tiene prioridad sobre la asistencia a quienes viajen con un niño.
Camarotes para niños en tren
Existe también la opción de Trenhotel, es decir, viajar en un camarote. Está reservada para largas distancias: de Madrid a Ferrol y de Barcelona a Granada o a Vigo (y estaciones intermedias), además de rutas internacionales, hasta Lisboa y ciudades de Francia, Italia y Suiza. En este caso, el servicio está gestionado por Elipsos, una empresa externa a Renfe.
Si se viaja con niños, es obligatorio optar por la opción familiar, que exige que el mismo grupo reserve todas las plazas de la cabina.
Más allá de estos beneficios, viajar en tren con bebés en España también tiene sus aspectos negativos. El más importante es que no ofrece tronas, anclajes, ni ninguna clase de asientos especiales para los niños.
Tampoco está permitido llevar los cochecitos sin plegar en los vagones. Es decir, la única posibilidad es llevar al pequeño en brazos, lo que en un viaje más o menos extenso puede resultar agotador. Renfe, a través de su servicio de atención al cliente, explica que el cochecito se puede dejar abierto en las plazas para personas con discapacidad, siempre y cuando esos sitios no estén ocupados. Otra opción es, si el bebé todavía usa una silla de las más pequeñas, colocarlo en un asiento que haya quedado vacío durante ese viaje. Todas estas alternativas aparecen como soluciones, pero no siempre son posibles.
Por otro lado, los baños de los trenes suelen contar con cambiadores para niños. Aunque no se caracterizan por su comodidad, ni los hay en todos los aseos, al menos dan la posibilidad de hacerlo allí, y no sobre los propios asientos.