Ser bilingüe consiste en saber utilizar de forma indistinta dos lenguas diferentes con corrección. Para lograr que un niño adquiera esta habilidad, es aconsejable exponerle desde edades muy tempranas a situaciones y actividades en las que los dos idiomas funcionen a la vez como lengua vehicular. Para ello, las familias pueden utilizar distintos recursos y materiales de utilidad (como libros o DVD) que ayudan a los más pequeños a incorporar los dos idiomas a su rutina diaria.
Bilingüismo: cuanto antes, mejor
Lograr que un niño sea bilingüe, que asimile otro idioma de forma natural, es mucho más fácil si se comienza el aprendizaje desde la más corta infancia. Desde que nace hasta los cinco o seis años, el niño desarrolla las zonas del cerebro fundamentales para el aprendizaje lingüístico, de modo que esta etapa es la idónea para adquirir otro idioma.
Esta es una tarea más sencilla cuando el bebé se cría en un entorno familiar plurilingüe, en el que uno o los dos progenitores hablan diferentes idiomas a los habituales en su comunidad. En la mayoría de los casos, a estas familias les basta con utilizar en el hogar el denominado método OPOL (one parent, one language; un padre/madre, una lengua), o el de un idioma en cada entorno cuando ambos padres dominan otra lengua, de modo que los niños se exponen a un idioma en el contexto familiar y a otro en el escolar o social.
Cuando los padres no son bilingües
Algo más difícil lo tienen las familias en las que los progenitores no dominan una segunda lengua, pero no es imposible. En estos casos, la exposición del niño al otro idioma se produce en otros entornos, generalmente en el escolar o académico, en el que el pequeño tiene la oportunidad de adquirir otra lengua vehicular, ya sea de forma independiente o conjunta con la materna.
Para reforzar este aprendizaje externo al hogar, los padres pueden diseñar un plan de acción que permita a los niños obtener una exposición a los otros idiomas más variada y diversificada. El lingüista inglés Colin Baker recomienda ofrecer a los más pequeños la mayor variedad posible de contextos en los que oír y utilizar otro idioma, y para ello cuenta con diferentes materiales y recursos.
Recursos para el bilingüismo
- Libros y cuentos bilingües: consisten en libros que se presentan con dos textos paralelos en diferentes lenguas que permiten aprender otro idioma de forma intuitiva y por comparación con la lengua base. Para elegirlos, es importante tener en cuenta que el contenido se adapte a la edad del pequeño y que la tipografía sea de fácil interpretación y de un tamaño adecuado.
- DVD infantiles: a todos los niños les gusta ver películas y dibujos infantiles y lo asocian con un momento de diversión y ocio. Por este motivo, resulta muy eficaz reproducirles estos materiales audiovisuales de forma indistinta en los dos idiomas. Además de ayudarles a aprender nuevo vocabulario, les permiten comprobar las diferencias en la entonación y la velocidad de cada lengua. Si no tenemos en casa DVD bilingües, los canales infantiles de TDT ofrecen una alternativa muy práctica, ya que permiten seleccionar un idioma distinto al castellano (en general, inglés).
- Juguetes bilingües: existen en el mercado numerosas propuestas de juguetes que apuestan por el bilingüismo y con su metodología permiten desarrollar las capacidades lingüísticas en diferentes idiomas. La mayoría de estos juguetes están diseñados para niños de 0 a 6 años y están orientados a que los pequeños escuchen, memoricen y repitan palabras y frases cortas en dos lenguas.
Los beneficios de ser bilingüe
Que un niño domine una o más lenguas además de la materna es una capacidad adicional que, con toda probabilidad, le beneficiará en un futuro, sobre todo en el ámbito laboral. Pero el conocimiento de idiomas como herramienta que facilita la comunicación e interacción con otros hablantes no es la única ventaja que proporciona la adquisición del bilingüismo desde edades tempranas. Esta habilidad es también beneficiosa para su competencia cognitiva.
A pesar de que en ocasiones se alude a que el aprendizaje simultáneo de dos lenguas puede crear confusiones en el cerebro de los más pequeños, distintos estudios sobre el bilingüismo demuestran todo lo contrario. Una reciente investigación de las universidades canadienses de Concordia y York, en colaboración con la Universidad de la Provence (Francia) señala que los beneficios cognitivos de ser bilingüe se aprecian de forma evidente a partir de los dos años de vida. Entre otros aspectos, este y otros estudios destacan la mayor capacidad para controlar la atención que poseen los niños bilingües y un mayor desarrollo de la memoria.
Por otra parte, tal como afirma Colin Baker -uno de los más prestigiosos expertos en bilingüismo- en su ‘Guía para padres y maestros de niños bilingües’, «la adquisición de dos lenguas de forma simultánea aporta al niño mayor facilidad para aprender otros idiomas». Según este especialista, esto sucede porque «la parte del cerebro que controla esa función está más desarrollada en comparación con otros niños que hablan un sólo idioma».