La voz humana es un instrumento musical. Con ella podemos emitir sonidos, hablar, tararear y cantar desde bien pequeños. Así como tocar un instrumento nos aporta numerosos beneficios, sin importar la edad, cantar y que nos canten también es bueno para nosotros. En las siguientes líneas vemos en concreto cuáles son los beneficios que tiene para el cerebro de los niños que les cantemos, incluso desde antes de nacer, y luego que ellos mismos canten, ya sean bebés, niños o adolescentes.
Beneficios psicológicos de cantar para el cerebro infantil
La música favorece el desarrollo cerebral y ayuda a estimular distintas habilidades que promueven el aprendizaje de los niños. Reduce su estrés, contribuye a mejorar la concentración, fomenta la creatividad e impulsa el desarrollo psicomotor del menor, entre otros beneficios.
Y en esto el canto tiene mucho que decir. “La voz es una herramienta humana poderosa para la expresión y el desarrollo cognitivo”, manifiesta Maravillas Corbalán Abellán, doctora en Psicología, investigadora coral y profesora de Formación Vocal y Auditiva en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Principalmente, el canto es un excelente recurso del que disponemos para nuestras relaciones sociales. “Desde los neandertales hasta los ritmos actuales más urbanos, la música y el canto han intervenido en el desarrollo social. Sin embargo, actualmente la función comunicativa del canto ha decrecido: ya no se canta como en las sociedades tradicionales. Tenemos acceso a toda la música del mundo, pero es más una actividad perceptiva (oír) que expresiva (cantar)”, lamenta esta directora de coro y pianista.
Imagen: Helena Lopes
Pero además de ayudar a mantenernos socialmente conectados, cantar es un “potente nutriente para los cerebros de los niños”, como asegura el neurocientífico Gerald Hüther. Es decir, les proporciona los siguientes beneficios:
- El cuerpo segrega las hormonas de la felicidad (endorfina, dopamina, oxitocina y serotonina), provocando una sensación de bienestar. Asimismo, estudios neurobiológicos y fisiológicos también demuestran que cantar reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés. De ahí que cantar también les relaja y tranquiliza.
- Estimula su maduración. Este estudio alemán, desarrollado en 500 jardines de infancia, demuestra que cantar y jugar cantando favorece el desarrollo físico, mental y social de los menores, lo que se refleja en el desarrollo del habla, la inteligencia social y el control de la agresividad. En concreto, los doctores Thomas Blank y Karl Adamek, de la Universidad de Münster, vieron que un 88 % de los niños que cantaban con frecuencia estaban preparados para la escolarización normal, en comparación con solo el 44 % de los niños que cantaban menos.
- Facilita el aprendizaje. El canto, como implica música y palabras, involucra a ambos hemisferios del cerebro, por lo que se forman de manera simultánea miles de conexiones neuronales. Y esto facilita que el pequeño sea más receptivo a nuevos conocimientos. Así, le sirve para desarrollar habilidades lingüísticas, ampliar vocabulario y reforzar su memoria.
- Incrementa la atención y la concentración. Cantar activa el sistema cardiovascular, lo que favorece una mayor oxigenación en el cerebro. El menor, por tanto, está más alerta y centrado en la actividad; es decir, potencia la concentración.
- Aumenta la autoestima y la confianza en uno mismo y en los demás. “Ayuda a la construcción de la identidad propia, sobre todo si se canta en grupo, y descubre la importancia de uno mismo en una tarea artística grupal”, apunta Corbalán. Cómo fomentar la autoestima en niños pequeños
- Potencia la creatividad. La música estimula la zona derecha del cerebro, especializada en sentimientos y habilidades visuales y sonoras. El canto desbloquea la creatividad y es un recurso fantástico para desarrollar la sensibilidad estética en los niños.
¿Y cantar en un coro? Los beneficios se multiplican. La maestra y pedagoga musical Cristina Llabrés, en este estudio publicado en 2018 por la Universidad de La Laguna (Tenerife), destaca que el canto coral infantil es una “actividad que favorece o ayuda en el desarrollo de la comunicación, la socialización y el lenguaje en niños y jóvenes, aportando herramientas, habilidades y estrategias a todo aquel que lo practica de forma continuada”. En el mismo texto se recoge, además, que trabaja la concentración, el análisis, la reproducción, la coordinación, la improvisación, la capacidad crítica, la relación y la cooperación.
Por su parte, para Corbalán, también es de resaltar que favorece la escucha y la perseverancia. Además, considera que cantar en un coro en la adolescencia “es una forma maravillosa de cohesionar y canalizar emociones de grupo”. Y el cambio de voz a estas edades no será un problema, “si el educador coral sabe cómo tratar esta muda vocal y selecciona el repertorio adecuado. En España tenemos algunos ejemplos de coros mixtos adolescentes que cuidan mucho estos criterios”, reconoce.
Por qué deberías cantarle a tu bebé
Que los niños canten es bueno, pero que lo hagan sus padres y madres también, y cuanto antes mejor. ¿Por qué? El pequeño aprenderá, por imitación, a cantar y sacará rendimiento de todo lo ya comentado: lenguaje temprano, memorización, desarrollo musical. Pero hay otras razones, antes de que comience con su propio canto.
Conecta con tu hijo antes de su nacimiento
Imagen: Yan Krukov Yan Krukov
Antes de que su hijo nazca, muchas madres le cantan y hasta les ponen música para estimular al bebé con Mozart y otros clásicos como Mozart o Vivaldi o Beethoven. El feto reacciona a partir del sexto mes al sonido, pero desde las 15 semanas su oído ya empieza a funcionar y lo percibe e interacciona, como contamos aquí. Cantar durante el embarazo influye positivamente en el bienestar tanto de la gestante como del bebé. Así se favorece el vínculo entre madre e hijo y se desarrolla el sentido del oído y del sistema nervioso del pequeño.
Pero este canto prenatal también tiene después su repercusión, como lo corroboran estudios de memoria fetal, como esta investigación, donde se demuestra que los niños reconocen meses después del parto melodías que la madre les cantaba durante la gestación y hasta se calman cuando las oyen.
Háblale, que también es cantar, y así estimulas su desarrollo
Los padres y educadores emplean sin saberlo dimensiones musicales en su comunicación con los bebés. ¿Cómo? Maravillas Corbalán explica que “lo hacen de forma intuitiva: modulan el ritmo, aceleran y desaceleran, hacen una especie de melodías habladas cambiando mucho la altura tonal al hablar al niño”. Esto se denomina motherese (maternés). Con este lenguaje, de forma intuitiva el adulto atrae la atención del bebé, mantiene su mirada y su escucha y aumenta el vínculo con él o ella. Y a la vez, “están introduciendo las principales dimensiones de la música (altura, duración sonora, timbre, intensidad)”, comenta la investigadora coral, quien cita a psicólogos de la talla de Wallon, Trevarthen o Stefan Koelsch, e incluso el evolucionista Darwin, que hablan de la presencia de elementos musicales en la comunicación humana desde el nacimiento y de su importancia en el aprendizaje del habla.
Acércale el mundo de la música
A los tres meses el pequeño ya percibe sonidos agudos que antes no podía distinguir, por lo que ya es capaz de disfrutar de la música. Distintas investigaciones, como las de Laurel Trainor o Sandra Trehub, han estudiado respuestas que el bebé da a los estímulos musicales a partir de esa edad.
¿Cómo y qué cantar al bebé?
Pero el peque seguirá prefiriendo el sonido de la voz. Así que como padres y madres no debemos desaprovechar cada momento. ¿Cómo y qué deberíamos cantar?
Para la experta en formación vocal consultada, “no importa tanto qué se cante y si se canta bien o no, como el hecho de que se haga”. Por eso recomienda hacerlo para dormir al bebé (nanas), cuando les contamos o leemos cuentos o en los viajes en familia, por ejemplo, “donde se puede cantar colectivamente, aprender canciones y compartir emociones positivas”. En la etapa de alfabetización, a través de las canciones infantiles con sílabas rimada y repetitivas, acompañadas de gestos, hacen que el niño mejore su forma de hablar y entender el significado de cada palabra.
Pero, por supuesto, desde un punto de vista más técnico, siempre es mejor “un buen modelo: una madre o padre que canta afinado, y sobre todo con una voz sana (sin disfonías, sin aire, sin forzar la voz), siempre influirá por imitación en el posterior uso adecuado de la voz y el canto del niño o niña”, reconoce Maravillas Corbalán.
En los centros educativos, el uso de la canción es un recurso didáctico más en muchas asignaturas, y no solo en la clase de Música. Para aprender idiomas, por ejemplo, es una herramienta muy utilizada. ¿Cómo debe cantar el profesor para que cantar sea aún más beneficioso para los alumnos? La directora de coro y pianista Maravillas Corbalán lo tiene claro: “Debe proporcionar un buen modelo vocal y transmitir emoción cuando canta. Una voz afinada y sana y un buen uso de la respiración y la emisión vocal son suficientes. Y no es imprescindible que tenga una voz impostada y perfecta, a no ser que hablemos del ámbito profesional”.