Bizcochos caseros sin azúcar para bebés, ¿son buenos?

Un bizcocho esponjoso es un producto blandito del que el peque iniciado en BLW (Alimentación Complementaria Guiada por el Bebé) puede coger un trozo con sus manitas y sin mucha fuerza puede aplastar con sus dedos, encías, lengua y paladar para comerlo. Eso sí, siempre bajo tu vigilancia. Pero, ¿cualquier bizcocho?

Para los padres y madres, como se recuerda este estudio reciente en Nutrients, los bizcochos caseros se consideran alimentos de buena o muy buena calidad. Es decir, lo preparado en casa nos parece mejor porque elegimos los ingredientes para su elaboración. Pero no por ello significa que es saludable. Nutricionalmente, la bollería que hacemos en la cocina y la bollería industrial que compramos es muy similar, pues se emplean los mismos ingredientes, entre ellos, el azúcar. Y “da igual que hablemos del consumo para niños o para adultos. De hecho, el riesgo que tenemos con la bollería casera es que, debido al efecto halo de pensar que es más saludable, solemos tomar más”, recuerda el dietista-nutricionista Daniel Ursúa.

¿Y si eliminamos el azúcar de la receta de bizcocho? Para los niños podemos hacer bizcochos sin lácteos (o sin leche materna o de fórmula), sin huevos, sin harina refinada… Pero sobre todo sin azúcar, como ocurre en estas tortitas para bebés. Porque entre los alimentos superfluos que el Comité de Lactancia Materna y Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda introducir cuanto más tarde (a partir de los 12 meses) y en menor cantidad figuran los azúcares y otros productos dulces como la miel, el cacao, la bollería y las galletas.

De hecho, los expertos ni nombran la bollería —ni el azúcar— al recomendar los alimentos de un desayuno saludable para un bebé de 12 meses: pan o tostadas (preferentemente integrales), copos de avena, copos de maíz…; fruta fresca (entera o a trocitos); leche, yogur o queso tierno; otros alimentos de acompañamiento como aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos en crema o molidos… Sino que es citada entre los productos  que “deben evitarse” junto a los cereales de desayuno azucarados, los zumos de fruta, los lácteos azucarados o los embutidos.

¿Y si sustituimos el azúcar por otro producto para elaborar el bizcocho? “Aunque en lugar de azúcar refinado añadamos fruta madura, crema de dátiles, azúcar moreno, panela o miel —importante recordar que, por el riesgo de botulismo, está desaconsejado dar miel a los bebés menores de un año—, lo que estamos haciendo es aportar azúcar libre a ese postre”, señala Ursúa. “No es lo mismo comernos un plátano, que pasarlo por un procesador de alimentos y utilizarlo para endulzar un bizcocho. En el momento en que rompemos esa estructura, liberamos el azúcar y, por lo tanto, a nivel metabólico es lo mismo que el azúcar de sobremesa”, aclara.

Entonces, ¿a qué edad se le puede dar bizcocho a un bebé? Los especialistas no aconsejan ni para peques ni mayores el consumo de bollería. Pero más en el caso de los menores. Y es que al aportar azúcar libre a un postre como el bizcocho casero “exponemos el paladar a un nivel de dulzor al que no va a llegar con otros alimentos como las frutas o las verduras. Y esto puede hacer que sea más difícil instaurar el consumo de estos alimentos en los niños”, comenta el dietista-nutricionista.

De ahí la importancia de establecer unos buenos hábitos a estas edades, pero también de no generar miedos o prohibiciones frente a este tipo de productos que está muy presentes en nuestra sociedad. “Debemos saber que no son alimentos o productos saludables para nuestros hijos y, por lo tanto, cuanto más tarde y menos coman, mejor”, concluye Ursúa.

Así que, si se decide dar un trozo de bizcocho casero al bebé, se debería hacer de manera ocasional, es decir, en momentos especiales como un cumpleaños… y no a la semana, ni mucho menos a diario, por supuesto.

¿De qué hacer el bizcocho? A continuación, te apuntamos algunas recetas que puedes seguir. Pero antes fíjate bien en los ingredientes, porque si hay alguno que aún no lo has introducido en la alimentación del peque, ya sabes lo que tienes que hacer antes: dáselo a probar durante 3-5 días para asegurarte de que no produce alergias, como se recomienda especialmente, por ejemplo, en el caso de los frutos secos (bien molidos).

Este bizcocho sin azúcar lleva leche. Esto significa que puedes emplear leche materna, leche de fórmula o leche de vaca (si tiene más de un año). Si aún le pones al pecho, puedes hacer el bizcocho con leche de materna; usa leche materna congelada (pero si te sobra no la puedes volver a congelar) o, mejor, puedes utilizar un sacaleches para sacarte unos pocos minutos antes justo la necesaria.

• Ingredientes para el bizcocho de plátano: 200 g de harina de avena, tres plátanos maduros, dos huevos, 100 ml de leche materna (o de fórmula), un poco de aceite de oliva para engrasar el molde, una cucharada de polvo de hornear y una pizca de canela.
• Preparación. Precalienta el horno a 180 ºC. Tritura los plátanos y mézclalos con los huevos, la leche y la canela. Añade poco a poco la harina y la levadura. Vierte la masa resultante en un molde que previamente hayas engrasado con un poco de aceite de oliva. Hornea unos 25 minutos.

• Ingredientes para el bizcocho de manzana: 200 g harina de trigo, 90 ml de aceite de oliva, un sobre de levadura en polvo, tres huevos, 70 ml de leche, tres manzanas golden medianas bien maduras y una cucharadita de canela.
• Preparación. Precalienta el horno a 160 ºC. En un bol mezcla bien con unas varillas la harina, la levadura, la leche, los huevos, el aceite y la canela, hasta conseguir una crema homogénea. Pela las manzanas y córtalas en láminas finitas. Échalas a la crema y remueve bien. Vierte la mezcla en un molde untado con un poco de aceite de oliva. Hornea durante 25 minutos.

• Ingredientes para el bizcocho de naranja: un vaso de harina de trigo, otro de zumo de naranja, cuatro cucharadas de aceite de oliva, seis cucharadas de pasta de dátiles y medio sobre de levadura.
• Preparación. Precalienta el horno a 180 ºC. Mientras, en un bol, mezcla el zumo, la pasta de dátiles y el aceite hasta obtener una masa homogénea. En otro, echa la harina y la levadura y añade la mezcla a la anterior removiendo bien. Engrasa con aceite y enharina el molde. Vierte en él la mezcla resultante y mételo en el horno durante unos 35 minutos.

• Ingredientes: un yogur natural sin azúcar, cuatro huevos, tres vasos de yogur de harina de avena, un vaso de yogur de aceite de oliva, cinco dátiles frescos (si son secos, hidrátalos un par de horas), una cucharada de canela y una cucharada de polvo de hornear.
• Preparación. Precalienta el horno a 180 ºC unos 10 minutos. Mientras, quita el hueso a los dátiles y tritúralos. Bate los huevos con el yogur y añade el aceite y la pasta obtenida con los dátiles. Bate todo y agrega poco a poco la harina de avena con la levadura y la canela. Vierte la mezcla en un molde y hornea durante 20 minutos.