Los niños necesitan seguir rutinas para sentirse seguros y tranquilos. Y en el momento de irse a la cama, esto resulta esencial. Entre las medidas de higiene del sueño que recomiendan los especialistas para los pequeños, tanto si tienen problemas para dormir como si no, está establecer rutinas previas al sueño desde muy temprana edad. Bañarse y cepillarse los dientes o leer o escuchar cuentos son algunas que mejoran los hábitos de sueño ya en los dos primeros años de vida, según un estudio reciente. ¿Y la música? Muchos adultos recurren a melodías y canciones para relajarse y conciliar el sueño, y también las usan con sus hijos. Pero ¿cuáles son las más adecuadas para los bebés y niños pequeños? Te lo contamos en las siguientes líneas.
¿Qué música es buena para dormir a los bebés?
Los sonidos ayudan a calmar y facilitar el sueño. Y en los niños está demostrado que la mayoría de los que se exponen a ellos se duermen más rápido que los que no los escuchan. ¿Pero cualquier sonido, música o canción?
Hay quien pone en funcionamiento la aspiradora, la lavadora o cualquier electrodoméstico para poder dormir a su bebé con su sonido. Es lo que se llama ruido blanco, un mismo sonido que contiene todas las frecuencias a una misma potencia. El que produce una y otra vez la naturaleza, como lluvia o las olas del mar, también entra dentro de esta categoría.
Pero, sin duda, la música es muy relajante: baja la frecuencia cardíaca y mejora la saturación de oxígeno en sangre, por lo que proporciona un mayor bienestar en el niño. Aun así, “no hay una receta que diga esta música calma al niño o con esta música se duerme. Eso no existe”, afirma categórica María Jesús del Olmo, pianista, musicoterapeuta y directora del Master en Musicoterapia Avanzada y Aplicaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Según algunas investigaciones científicas, la obra de Wolfgang Amadeus Mozart, por sus componentes frecuenciales muy bajas, sí lo logra. Entre los beneficios del denominado ‘efecto Mozart‘ en los niños (este concepto asegura que su música favorece el desarrollo cognitivo y emocional de los pequeños) está reducir su estrés y conseguir que se relajen y duerman.
La música de otros autores clásicos, como los que protagonizan los vídeos que incluimos en ‘Canciones para calmar al bebé que llora’, también contribuye a conciliar el sueño de los bebés. Destaca la Op. 49, nº4 de Johannes Brahms, la canción de cuna más famosa.
Porque las nanas siguen funcionando. Son la música idónea: están hechas para dormir. Está comprobado que su acento ternario (como un vals) favorece la conciliación del sueño. De hecho, en ese compás y las nanas se fija este estudio publicado en la revista Pediatrics por el Beth Israel Medical Center (Nueva York). En él han demostrado que el ritmo, la respiración y las canciones preferidas de sus padres a modo de nana (con acento ternario) tocadas en directo por un musicoterapeuta potencian el desarrollo neurológico del bebé, afectando de forma positiva a sus funciones fisiológicas (frecuencia cardiaca, respiratoria y saturación de oxígeno en sangre), así como a otras funciones relacionadas con el sueño, la conducta alimentaria y el aumento de peso. Este método RBL (rhythm, breath & lullaby) lleva en marcha en la UCI Neonatal del Hospital La Paz (Madrid) desde hace ocho años.
Imagen: Dominika Roseclay
¿Y qué más música sirve para dormir a un niño? “Hay composiciones de autores clásicos que durante tres minutos con tempo lento pueden funcionar bien”, reconoce Del Olmo. Pero en los últimos años los estudios van afinando cada vez más y señalan como clave la experiencia previa que tiene el padre, madre o cuidador con una música. “Dormir al niño con una música que no te guste es complicado”, apunta. Es decir, también música actual valdría para que el retoño concilie el sueño.
Música relajante para dormir a un niño
Pero no cualquier música tendrá el efecto que queremos. Todo dependerá de la edad del pequeño, de cómo sea, de cómo sean sus padres… En resumen: del ambiente musical de la casa y del gusto de los progenitores. “Lo que está absolutamente demostrado es que los niños se calman con la música que generalmente les gusta a sus padres. Porque si se calman los padres, es muy posible que se calmen los niños”, sostiene la musicoterapeuta.
Y pone un ejemplo de cómo la experiencia previa que tengan nuestros hijos con la música será determinante para su tranquilidad y relajación: “Si el niño oye en casa una música que le pongas los sábados por la mañana, aunque no ponga atención, esa experiencia se la lleva. Y si está en un campamento y escucha una música que le recuerda a esos sábados por la mañana, estará más tranquilo y relajado; es un ambiente que le resulta familiar”.
¿Y cómo acertar? ¿Qué características debe reunir una música para que consiga dormir al bebé? Para la experta, las pistas que pueden indicarnos que es una música adecuada son las siguientes:
- Del gusto del padre o la madre. Los progenitores saben cómo es esa música, cuándo hay silencios o cuándo es más fuerte… por lo que pueden prever la reacción del bebé ante cada momento. “Si una canción te relaja, cuando mezas a tu hijo entonando esa melodía, le transmitirás esa relajación”, recuerda Del Olmo.
- Del gusto del niño, si ya tiene 3 o 4 años.
- Un tempo lento, tranquilo.
- Sin mucha instrumentación.
- No importa si tiene letra, pero cantar al bebé tiene muchos beneficios.
- Circular, repetitiva, envolvente.
- Con ritmo ternario, como las nanas. “Si el bebé duerme regular o tiene cólicos del lactante o es un niño al que le cuesta conciliar el sueño, los padres pueden ponerle una música o cantarle unos minutitos en ternario un tema de sus preferidos, como uno de Queen, por ejemplo. Seguramente hará más efecto que si está en binario”, comenta la musicoterapeuta.
- No supere los 2-3 minutos de duración. La música tiene más efecto cuando deja de estar que cuando está. “Hace 13 años vimos en un estudio que el bienestar del niño mejoraba cuando había pasado un minuto de exposición a la música en directo. Los beneficios mayores no son en el durante, sino después”, revela la especialista.
Las nanas de la Fundación Musicoterapia y Salud.org son un buen ejemplo de qué tiene que reunir una buena música para dormir al niño.
Consejos para dormir al niño con la música
A la hora de dormir con música a un niño tan importante como elegir la música es saber cuándo poner silencio. “Cinco o diez minutos de música es bastante dosis”, confiesa la experta. Y es que basta una pieza de tres minutos y silencio durante un tiempo para dormir al pequeño. Y si no se duerme, con poner otros dos minutos, en principio valdría.
Además de la música, son importantes las circunstancias que la acompañen: no es lo mismo cantarle, que no, mecerle, que no… Por eso, no dejes solo al niño con la música. Para ello, puedes poner la música que veas que te relaja y tranquiliza y, mientras, mecerle. O tararearla por encima con tu voz.
¿Tocas un instrumento? Coge la guitarra, compón tres o cuatro melodías sencillitas, pero no muy intensas (sin un nivel alto de decibelios) y tócalas para que se duerma.
Y si tu hijo ya tiene 3 o 4 años y tiene terrores nocturnos o miedo a la oscuridad, aprovecha las músicas y canciones que más le gustan o le generan más distracción. Por la noche, pónselas más lentas y mejor si se las tarareas.