Senos caídos, vientre abombado, caderas más anchas… las huellas del embarazo son difíciles de borrar. Una alimentación adecuada y ejercicio específico para las zonas del cuerpo más afectadas es la combinación más efectiva para recuperar la figura femenina después del nacimiento del bebé. Sin embargo, en algunos casos, las modificaciones en la estructura de la piel y la musculatura hacen más complicada esta mejoría. Por eso, algunas mujeres deciden optar por otra vía: la cirugía plástica. En este artículo se explican los procedimientos quirúrgicos destinados a recuperar la forma de las zonas corporales más afectadas por la gestación y se detallan las pautas imprescindibles que se deben considerar antes de someterse a este tipo de intervenciones.
Las huellas el embarazo
Recuperar la silueta después del nacimiento de un hijo es un proceso que requiere sobre todo constancia, tiempo y paciencia. La genética, los kilos adquiridos en la gestación y los cuidados del cuerpo que haya tenido la embarazada durante los nueve meses son factores claves en la recuperación de la figura, pero también repercute de forma clara adoptar una dieta sana y equilibrada tras el parto e incorporar el ejercicio a la rutina diaria.
Aun así, uno o dos años después de dar a luz, muchas mujeres que han vuelto a su peso anterior sienten todavía que su cuerpo es «diferente» y que las huellas del embarazo no se han borrado en su totalidad, sobre todo en algunas zonas concretas como el abdomen y el pecho. Y es que, en ocasiones, el problema no se reduce a unos kilos de más, sino a ciertas disfunciones en el organismo ocasionadas por los cambios que se producen durante la gestación.
Uno o dos años después de dar a luz, muchas mujeres que han vuelto a su peso anterior sienten todavía que su cuerpo es diferente
Es el caso de la denominada diastasis abdominal, una distensión del abdomen que provoca que los músculos pierdan consistencia y se separen, lo que se traduce en un aumento de volumen en esa zona. Este problema persiste en más de un tercio de las mujeres un año después de dar a luz.
En cuanto a los senos, el inconveniente más frecuente después de la gestación es la flacidez y caída (ptosis mamaria), una consecuencia natural de la pérdida de elasticidad de la piel del pecho tras la reducción del volumen del seno después del embarazo y que, tal como apuntan las investigaciones, no está asociado a la lactancia materna.
Cirugía plástica tras el embarazo: una vía alternativa
A pesar de que estos cambios son frecuentes, a veces en algunas mujeres la maternidad parece que no deja huellas. Algunas de estas madres esconden un as bajo la manga. En su término anglosajón se denomina «Mommy Makeover», un procedimiento que la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) define como la tendencia a someterse a varias técnicas quirúrgicas estéticas «con el objetivo de restablecer la forma, posición y firmeza de ciertas zonas del cuerpo de la mujer especialmente proclives a su transformación durante el proceso compuesto por embarazo más parto».
La cirugía plástica después de la gestación, que se incluye hoy en día entre los servicios que prestan numerosas clínicas de estética en nuestro país, es una alternativa cada vez más demandada. Según un informe de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS), el 62% de las madres consideraría someterse a una intervención de este tipo. De hecho, esta sociedad destaca un incremento notable en la última década en algunas de las cirugías que se incluyen en el «Mommy Makeover«, como la abdominoplastia (más del 85%) o la elevación de las mamas (70%).
Abdomen, pecho y piernas: las tres zonas claves de la cirugía posparto
Las zonas corporales que quedan más afectadas después del nacimiento del bebé son el pecho, abdomen y piernas
El «Mommy Makeover» contempla tratamientos quirúrgicos individuales o combinados para tratar una o varias de las áreas del cuerpo que quedan más afectadas después del embarazo: pecho, abdomen y piernas. Según la valoración que el especialista haga de cada paciente, se puede llevar a cabo en varias intervenciones o en una sola; en este último caso, la ventaja es que se acorta el tiempo de recuperación y se produce una única entrada a quirófano. La ASPS cifra el coste de esta intervención entre 7.000 y 17.000 euros.
- Abdomen. Las huellas del embarazo en esta zona son frecuentes, sobre todo en mujeres que han tenido varios embarazos y en las que la piel y los músculos abdominales se han relajado y no recuperan su tono inicial. La cirugía que se realiza se denomina abdominoplastia, un procedimiento quirúrgico que «reduce el aspecto abombado del abdomen», al retirar el exceso de piel y grasa en la parte inferior del mismo.
- Pecho. El pecho puede presentar un aspecto más caído y en muchos casos vacío en la parte superior después del embarazo. Para recuperar la forma de las mamas, se recurre a la mastopexia, una cirugía que eleva y mejora la forma del pecho. Es recomendable recurrir a esta intervención en el caso de que no se tenga intención de tener más hijos, ya que, tal como señala SECPRE, «las mamas pueden volver a descolgarse tras una nueva gestación». Además, hay que tener en cuenta que las cicatrices son «permanentes y visibles».
- Piernas y caderas. Las alteraciones en el volumen y el peso durante la gestación pueden dar lugar a celulitis y acúmulos de grasa en estas zonas del cuerpo. Para redefinir el contorno corporal, la cirugía plástica más común es la liposucción. Esta técnica permite aspirar la grasa de las zonas rebeldes y remodelar de ese modo la figura.
La Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos y la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) aconsejan a las mujeres que estén considerando someterse a una cirugía específica, para recuperar su figura después de haber sido madres, tener en cuenta las siguientes recomendaciones: