¿Es posible prevenir el estrés en los niños? Por lo menos, evitarlo, depende de que se les dé una vida afectiva equilibrada. Además, el niño debe tener amigos y jugar, relacionarse y no pasar el día ocupado en actividades extraescolares. Los expertos señalan que la prevención es difícil y que, incluso, hay muchos niños con sintomatología de estrés, que no están diagnosticados ni tratados. Lo habitual es recurrir al psicólogo cuando ya hay un trastorno claro que causa problemas al niño, la familia y el entorno escolar. Pero una vez diagnosticado, ¿qué puede hacerse?
Soluciones contra el estrés, en familia
Los psicólogos, en general, proponen que el problema no solo lo aborden el profesional y el niño, sino que participe toda la familia. Expertos del gabinete psicológico CBP Psicólogos, de Madrid, señalan que cuando las dificultades se registran en la niñez, «es necesario contar con los padres, tanto para entender lo que está viviendo y sufriendo su hijo, como para que puedan formar parte de la solución». A menudo, la terapia con el niño debe combinarse con terapia de familia, en la que se da consejos a los padres sobre cómo tratar al niño y qué deben exigirle. El psicólogo debe valorar también el tipo de ansiedad y el grado de depresión del menor para poder actuar sobre los síntomas con diversas técnicas, que en este caso son:
- Relajación.
- Autoinstrucciones.
- Reestructuración cognitiva: es necesario llegar a la causa del estrés y evaluar de qué modo interpreta el niño los problemas para poder encontrar soluciones.
El estrés infantil se supera. Tras el paso de los niños y de la familia por la consulta de un especialista, la evolución es a menudo muy buena y, en pocas sesiones, se eliminan los síntomas y se manejan las técnicas para prevenirlo.
¿Cómo deben actuar los padres?
Los padres pueden ayudar a sus hijos a controlar el estrés con las siguientes acciones:
- Dar al niño un hogar seguro y pasar tiempo con él, ratos tranquilos y relajados.
- Alentarle a hacer preguntas, así como a expresar sus inquietudes, preocupaciones y miedos.
- Escuchar al niño sin criticarle.
- Construir los sentimientos de autoestima del menor, utilizar estímulos y afecto, y tratar de que se involucre en situaciones en las que pueda tener éxito.
- Dialogar con él para conocer qué situaciones le estresan.
- Reconocer los signos de estrés no resuelto en el niño.
- Mantener al niño informado de los cambios que se registrarán en la familia, ya sean la llegada de otro hermano, un cambio de trabajo o un traslado de lugar de residencia.
- Alentarle a hacer ejercicio.
- Buscar ayuda o asesoramiento profesional cuando los signos no disminuyan ni desaparezcan.
¿Qué puede hacer el niño?
Un niño puede controlar su estrés si sigue estas pautas:
- Hablar de sus problemas con sus padres y, si no es posible, con alguien en quien pueda confiar.
- Relajarse. Escuchar música suave, darse un baño con agua caliente, cerrar los ojos y respirar profunda y lentamente son técnicas que ayudan mucho. También puede tomarse un tiempo para estar solo o disfrutar de su actividad favorita: leer, pintar…
- Hacer deporte.
- Fijarse expectativas realistas: realizar sus actividades lo mejor que pueda y recordar que nadie es perfecto y que no es posible hacerlo todo bien.
- Aprender a quererse y a respetarse a sí mismo y a los demás.