La leche materna se puede almacenar e, incluso, congelar. El trabajo u otras circunstancias personales ya no son excusas para dejar de dar leche materna al bebé. La madre puede extraerla con antelación para que el niño se alimente después, mientras ella no está. Este artículo explica cómo almacenar la leche materna y el tiempo que puede conservarse. También detalla las principales pautas para congelar y descongelar este preciado alimento para el bebé lactante.
Almacenar la leche materna, ¿cómo se hace?
La leche materna se puede conservar para que el bebé la tome mientras su madre no estáPara almacenar la leche materna se deben utilizar siempre envases destinados para uso alimentario. La Asociación Española de Pediatría aconseja, además, mantener las debidas normas de higiene, que incluye lavarlos bien con agua caliente y jabón (o en lavavajillas) antes de su uso y sellarlos después de llenarlos de leche.
Estos son los tipos de envases más frecuentes para la leche materna:
Botes de cristal. Los recipientes de vidrio son los más adecuados para la congelación, tal como señala el comité de lactancia de la AEP. Siempre que se lave de forma adecuada, se puede utilizar cualquier bote de conserva alimentaria.
Bolsas especiales de lactancia. Existen en el mercado diferentes modelos de bolsas específicas para congelar la leche materna. En algunos casos se pueden adaptar al extractor de leche. De esta forma, se simplifica así el proceso de almacenamiento. Es aconsejable congelar las bolsas sobre una superficie rígida, para prevenir pérdidas en caso de que se rasguen o pinchen.
Envases de plástico. Biberones, fiambreras y otros botes fabricados con materiales plásticos son válidos para congelar la leche materna, siempre que sean específicos para conservar productos alimenticios. En este sentido, la AEP advierte de que los botes especiales para analíticas (de orina y otras muestras) que se dispensan en las farmacias no son aptos para envasar la leche materna.
Tiempo de conservación de la leche
La leche materna se puede conservar a temperatura ambiente, refrigerada en la nevera y, además, congelada. En función de la temperatura a la que se exponga la leche materna, el tiempo de almacenamiento será más o menos extenso.
Las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría son las siguientes:
Sin refrigerar. La leche materna puede conservarse sin refrigerar durante 24 horas, siempre que la temperatura ambiente no supere los 15ºC. El tiempo se reduce a diez horas, si la temperatura es entre 19 y 22ºC, a seis horas si es de 25ºC y cuatro horas si supera los 30ºC.
En la nevera. A una temperatura de entre cero y 4ºC, la leche materna aguanta entre cinco y ocho días. No hay que colocar los recipientes en la puerta de la nevera, ya que la temperatura es menos estable que en un estante.
En el congelador. Si el modelo de congelador es de los que están dentro de la misma nevera, la leche materna puede permanecer hasta dos semanas. Si es de los que forman parte de la nevera pero tienen puerta separada, dura entre tres y cuatro meses. Si el congelador es independiente y cuenta con una temperatura constante de -19ºC, la leche materna se conserva hasta seis meses.
Pautas para congelar la leche materna
Antes de congelar la leche materna hay que enfriarla con ayuda de agua a baja temperaturaLa leche materna se puede congelar una vez extraída. La AEP señala que lo idóneo es enfriarla antes. Para ello, recomienda colocar el envase en un recipiente con agua fría y, después, congelarla lo antes posible.
Si la extracción no se realiza en el lugar donde luego se congelará, se puede conservar mientras en una nevera -o neverita portátil- y congelarla después.
Hay que tener en cuenta que la leche que ha permanecido refrigerada se puede congelar solo durante los dos días siguientes a la extracción. Si ha transcurrido más tiempo, es mejor que permanezca en la nevera y consumirla dentro del plazo recomendado.
En el momento de almacenar la leche para congelarla es importante detallar bien en el envase la fecha y la hora de extracción, así como la cantidad que se incluye.
Para facilitar la congelación y descongelación, los especialistas recomiendan almacenar la leche en cantidades pequeñas. Además, así se evita que se desperdicie mucha cantidad si el bebé no ingiere toda la toma.
Otro consejo es no llenar el recipiente por completo: la leche cuando se congela se expande y aumenta su volumen.
La manera más eficaz de descongelar la leche materna es sacarla la noche anterior y dejarla en la nevera.
La leche descongelada se puede mantener durante 24 horas en el frigorífico, siempre que no se haya calentado ni estado en contacto con la saliva del bebé. Y debe desecharse si no se consume transcurrido este periodo.
¿Cómo calentarla para que el bebé la ingiera? El comité de lactancia de la AEP recomienda no hervirla ni calentarla en el microondas para evitar la pérdida de algunos componentes, como proteínas o vitaminas. No obstante, el Comité especifica que esta pérdida se produce cuando se somete la leche a temperaturas muy elevadas. Por eso, algunos especialistas señalan que se puede calentar en el microondas durante tan solo unos segundos a una temperatura media.