Algo tan simple para un adulto como cortarse las uñas puede convertirse en una auténtica odisea si se trata de realizar este sencillo hábito de higiene a un bebé. A la falta de control sobre el movimiento del pequeño, se une el temor de los padres a hacerle daño o alguna herida. En este artículo se ofrecen cinco consejos para que cortar las uñas del bebé se convierta en una tarea fácil y rutinaria. Se explica también cómo hay que cortarle las uñas de los pies.
1. Cortar las uñas del bebé desde el primer día
Las uñas del bebé pueden crear aristas con las que el recién nacido puede arañarse
Las uñas del recién nacido son finas, pequeñas y delicadas. En muchos casos son casi imperceptibles, pero en otros sobresalen de las yemas de sus dedos desde el primer día y se rompen con facilidad, de modo que crean diminutas aristas con las que los bebés se hacen heridas, sobre todo en su rostro. Entonces, ¿se puede optar por cortarle las uñas con tan pocos días de edad?
Algunos progenitores creen que cortar las uñas a un bebé tan pequeño puede ser perjudicial e incluso piensan que es arriesgado, pero, tal como señala la Asociación Española de Pediatría (AEP), «no hay ningún impedimento». Eso sí, es necesario abordar esta tarea con mucho cuidado.
2. Cortar las uñas del bebé: el instrumento
Los recién nacidos se mueven de forma imprevisible y a los padres les puede resultar difícil controlar sus movimientos cuando les cortan sus pequeñas uñitas. Para evitar hacerles daño si se mueven, es esencial utilizar unas tijeras específicas para bebé, con las puntas redondeadas, que impiden que se escape algún pinchazo.
Los cortaúñas eléctricos para el bebé liman las uñas y rebajan las aristas sin peligro
Otra opción es usar un cortaúñas tradicional, más pequeño y específico para niños. También existen modelos de cortaúñas eléctricos que desgastan las uñas del bebé mediante vibración, sin que este apenas lo note.
La AEP aconseja a los padres, si no se sienten seguros con las tijeras o el cortaúñas, que empleen de forma puntual una lima para rebajar las aristas de las uñas del pequeño.
3. Cortar las uñas del bebé: el mejor momento
Para que el bebé no dificulte la tarea de cortarle las uñas con sus movimientos inesperados, es aconsejable buscar un momento en el que el pequeño esté tranquilo y relajado. Incluso, si se hace con mucho cuidado, se puede aprovechar cuando está durmiendo.
Asimismo, es recomendable cortar las uñas al recién nacido en los momentos posteriores al baño, que es cuando las uñas están más blandas y maleables y molestará menos el corte al pequeño.
4. Cortar las uñas del bebé: cuestión de técnica
Con la práctica, cada progenitor encontrará la forma más cómoda de cortar las uñas al bebé, según su comportamiento. Es importante colocarse en una postura que permita sostener de manera firme su manita para evitar movimientos bruscos mientras se corta las uñas.
A medida que crece y el pequeño se vuelve más fuerte, se puede abordar la tarea en pareja: mientras uno sujeta al bebé, el otro le corta las uñas.
En cuanto al corte, es aconsejable presionar un poco la yema de los dedos hacia abajo para cortar con mayor seguridad la parte que sobresale. El corte debe seguir la línea natural del crecimiento de las uñas, pero es preciso redondear los extremos para que no se arañe con ellos.
5. Limpiar después de cortar las uñas del bebé
Los restos de las uñas del bebé tras el corte tienen un tamaño insignificante, pero pueden resultar peligrosos para el pequeño. Un mínimo trocito de uña que quede entre los dedos del niño puede terminar en la boca del bebé, o en sus ojos, y hacerle daño.
Por eso, después de cortarle las uñas, es aconsejable limpiar sus manitas con una gasa o toallita y asegurarse de que no queda ningún resto cerca de él.
Las uñas de los pies de los bebés representan un menor peligro cuando crecen, porque es más difícil que se arañen o lastimen con ellas en otras partes de su cuerpo. Sin embargo, puede resultar incómodo para ellos la presión y el roce de unas uñas largas con los calcetines o leotardos. Asimismo, si no se cortan con frecuencia, hay mayor riesgo de que se adhieran a la piel y sea más difícil después cortarlas.
La técnica aconsejada es la misma que para las uñas de las manos: sujetar con firmeza el pie para evitar que se pinche con un movimiento brusco y proceder al corte presionando la yema de los deditos. En este caso, el corte es mejor hacerlo recto, no redondeado.
En cuanto a la frecuencia del corte, las uñas de los pies tienen un crecimiento más lento, de modo que solo será necesario cortarlas una vez al mes o cada quince días.