A qué edad aprenden a sonarse la nariz
A partir de los dos años, el bebé empieza a dejar de serlo para convertirse en un niño. Es más independiente y autónomo, y se muestra algo más seguro en sus acciones.
A estas alturas de su pequeña vida, comienza el perfeccionamiento de su motricidad fina. Así, con dos o tres años, sostiene un lápiz con la mano, desenrosca un tapón o hace trazos sencillos, además de usar bien la cuchara o ayudar a vestirse o desvestirse. Y aunque no es un hito del desarrollo psicomotor, ya puede iniciarse en el aprendizaje de sonarse la nariz. De hecho, con tres o cuatro años, ya abrocha y desabrocha botones, va solo al baño y se viste y desviste con ayuda, por lo que a estas edades un peque ya puede quitarse los mocos él solo, o casi.
Pero como en todo progreso en el desarrollo de un niño o niña, la meta de saber sonarse los mocos también necesita de horas de pruebas, de ensayo-error y, por supuesto, de acompañamiento y ejemplo por parte de sus adultos de referencia. Por tanto, como padre o madre deberás armarte de paciencia con tu hijo en este aprendizaje, porque adquirir bien esta destreza le llevará su tiempo.
Cómo enseñar a los niños a sonarse la nariz
No obstante, para que no tarde mucho tiempo en hacerse con el hábito, puedes tener en cuenta los siguientes consejos:
- Explícale la relevancia de la nariz (olfato, respiración), el papel de los mocos y, sobre todo, los problemas de salud que puede tener, si no se los quita correctamente: otitis, sinusitis, bronquiolitis, conjuntivitis…
- Enséñale el uso del pañuelo. Seguro que siempre llevas un paquete en el bolso o bolsillo o tienes varias cajas de pañuelos distribuidas por los principales espacios de la casa. Coméntale para qué sirve, las diferencias entre el pañuelo de papel y el de tela y cómo debe desdoblarlo para utilizarlo. Si lo ves necesario, cómprale algunos con dibujos para motivarle.
- Introduce la acción de sonarse la nariz como una rutina más del día. Acostúmbrale a quitarse los mocos por la mañana y por la noche y antes de salir de casa o de las comidas principales, y por supuesto, siempre que esté congestionado.
- Y no te olvides de hacerle ver la importancia de desechar los pañuelos usados y lavarse las manos para evitar propagar gérmenes.
⭐ Pasos para sonarse la nariz
Tres son los pasos fundamentales que hay que dar para dominar por completo la habilidad de sonarse la nariz: soplar, presionar y recoger. Y en cada uno de ellos, tu papel como “profesor” resultará vital. Ponte siempre como ejemplo. Al principio, deberás guiarle, ayudarle y supervisar cada movimiento, pero en unos días lo tendrá superado y ya no sorberá los mocos. Lo idóneo es que no esté resfriado cuando enseñes a tu hijo a sonarse a nariz.
✔️ Soplar
Primero deberá aprender a soplar con la boca. Para ello, intenta que lo haga con ayuda de una pajita, un silbato, un pompero, una trompeta… Puede motivarle hacer burbujas en un vaso, hacer pompas de jabón o soplar una vela o un diente de león (abuelito).
Una vez haya interiorizado el soplido, debe aprender a soplar con la nariz manteniendo la boca cerrada. En sus primeras veces, no te olvides de apretarle bien los labios o ponerle la mano en la boca. Debes enseñarle que lo haga por cada orificio: primero se tapa uno y se sopla por el otro y, después, al revés. Lo más sencillo es que lo intente soplando con la nariz varias velas, aunque debes procurar darle algún instrumento que le anime a hacerlo, como una flauta nasal, un matasuegras, una pluma o una bolita de papel (u otra cosa que pese poco).
✔️ Presionar
Para que tu hijo aprenda a sonarse los mocos, es esencial que sepa sacarlo del paquete, desdoblarlo y colocarlo bajo su nariz y sujetarlo en todo momento sin romperlo para poder dar el siguiente paso: presionar con sus dedos las fosas nasales mientras sopla con la nariz para, después, limpiar los mocos.
Los expertos recomiendan que esta acción se haga con suavidad y nunca los dos orificios a la vez, para así evitar dolor, taponamiento de oídos y hasta sangrado nasal. Haz que apriete con el pañuelo un orificio y sople por el otro; y al revés.
Si es necesario, ayúdale cogiendo y llevándole la mano hacia la nariz. Pero lo que sin duda seguro que servirá para memorizar estos movimientos es que todo el paso se ejecute frente a un espejo.
✔️ Recoger
Después de presionar cada fosa de la nariz, toca recoger la mucosidad, doblar el pañuelo y limpiar los posibles restos con la parte del moquero que no se ha utilizado todavía. Por supuesto, el peque debe encargarse de tirar el pañuelo sucio a la basura y lavarse las manos, a no ser que deba repetir la operación.
⭐ Trucos para sonarse los mocos correctamente
Si a pesar de seguir estas pautas, tu hijo no expulsa los mocos y se niega a echar su “fuego” por la nariz —como haría un buen dragón— y hasta tiende a sorberlos o a limpiárselos con la manga de la camiseta o jersey, puedes probar con estos ejercicios, trucos y juegos de expertos que ayudan, sobre todo, a aprender a soplar con la boca y la nariz:
- Con los más peques, para que tomen conciencia de la nariz, puedes taparte alternativamente cada uno de los orificios de la nariz con los dedos pulgar e índice y, a la vez, decir “cua cua”. La idea es que te imiten, y así aprendan a presionar las fosas nasales.
- ¿Cómo aprende un niño a espirar por la nariz? Haz que tu hijo sople con la boca en un vaso de agua ayudándose de una pajita. Bloquea la pajita ejerciendo una presión con los dedos. ¿Qué pasa? La presión del aire en la pajita conlleva de forma automática que el niño espire por la nariz.
- Soplar con una pajita una pelota de pimpón y meterla en una portería es un reto que puede fomentar su interés por aprender a sonarse los mocos.
- El peque tiene que soplar con la boca un pañuelo de papel sobre una mesa con los ojos cerrados. Si lo hace, ¡premio! Otra alternativa de este juego es hacerlo con trocitos de papel y con los ojos abiertos para ver hasta dónde llegan. Y si pones música que invite a subir el ritmo, ¡más excitante!
- Haz bolas que pesen poco (papel, seda, celofán, papel higiénico, algodón…) y procura que el menor las mueva soplando con la boca, y luego por la nariz con la boca cerrada. Para darle más emoción y diversión, hazlo tú primero y que intente superarte. Hacer carreras o jugar al fútbol con ellas, como animan a hacerlo desde el Colegio de Enfermería de Cádiz, será más atractivo para el niño.
- En la bañera, mientras juega en el agua —y no dejas de vigilarlo—, intenta que haga burbujas bajo el agua u ondas sobre la superficie del agua, soplando aire por la nariz.
- Coloca un espejo bajo su nariz e intenta que expulse el aire por ambos orificios nasales con la boca cerrada. ¿El objetivo? El espejo debe quedar bien empañando de vaho.