¿Tienes en casa un Spiderman que escala estanterías como el superhéroe trepa por edificios? ¿Observas que la plancha o el suavizante de color brillante ejercen un poder de atracción irresistible para tus hijos? Es normal. Su curiosidad es infinita. Sin embargo, como contrapartida, los niños menores de cinco años constituyen el grupo de edad, junto al de personas mayores de 65 años, que cuenta con más probabilidades de sufrir un accidente en casa: cortes, quemaduras y golpes… pero también asfixia o aplastamiento. Fijar bien las estanterías, colocar esquineras y protectores de enchufes para evitar accidentes, asegurarse de que el pequeño no puede abrir ventanas o balcones, ni acceder a medicamentos o productos de limpieza son solo algunas estrategias. Para lograr tener una casa segura para los niños, puedes seguir todos los consejos que proponemos en este artículo.
Evita accidentes: adapta tu hogar a los niños
La inmensa curiosidad unida a la despreocupación, ignorancia e indefensión de los niños hacen que sean muy vulnerables y víctimas propicias de accidentes caseros. Entre los más comunes están las intoxicaciones, pero muchos otros se deben a caídas, cortes, quemaduras, golpes o aplastamientos.
Las habitaciones donde más accidentes se producen son «la cocina y el baño», asegura María Ángeles Miranda, vicepresidenta de laAsociación Nacional de Seguridad Infantil, aunque los más graves (por sus consecuencias fatales) «suceden en las escaleras y en las habitaciones donde los niños tienen fácil acceso a ventanas o balcones».
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Para evitarlos, es de «de suma importancia adaptar los hogares a las necesidades de los más pequeños», como señala un profesional experto de HomeServe, empresa especializada en soluciones globales para el cuidado y mantenimiento del hogar. Pero hay que ir un paso más allá, como explica Miranda: «Debes ponerte en su lugar y recorrer la casa como si fueras un niño para detectar riesgos«.
Pueden ser por manipulación de objetos, por asfixia (los objetos se rompen o tenemos piezas decorativas, alimentos, etc., de tamaño pequeño), lesiones por caídas o atrapamiento… Y si es preciso, «al igual que contratas un fontanero para arreglar una tubería o llevas al pediatra a tu hijo, puedes contratar a un profesional de la seguridad infantil para adaptar la casa a tu hijo». Y es que hay que aplicar diferentes soluciones, pues no todos los menores son iguales, hay riesgos distintos según su grado evolutivo y no es lo mismo una zona de juegos que el salón o la cocina.
Consejos útiles para evitar accidentes infantiles
En más del 40 % de los hogares españoles reside algún niño, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Para cubrir sus necesidades, pero al mismo tiempo evitar peligros, enseñamos a continuación cómo adaptar el espacio de tu vivienda a los más pequeños:
- Intoxicaciones. Medicamentos y productos de limpieza parecen ser irresistibles para los niños. Nunca hay que dejar unos ni otros a la vista o al alcance de los pequeños, pues una ingesta involuntaria puede ser fatal, y la inhalación de ciertos productos también tiene graves consecuencias.Debes guardar los productos de limpieza en lugares altos y lejos de alimentos, en sus envases originales. Y, en el caso de los medicamentos, en un botiquín que pueda cerrarse y a suficiente altura.
- Golpes. Los muebles de tu casa pueden ser preciosos, y con protectores su estética dejará mucho que desear… Sin embargo, «lo primero es lo primero» y hay que ser precavidos. Debes adquirir cuanto antes esquineras para mesas, protectores de radiadores acolchados o salvadedos para impedir que se pillen los dedos con las puertas… Además, si tienes escaleras, se deben instalar barreras al inicio y al final. En las camas también hay que tener colocada una barrera para evitar caídas durante el sueño.
- Aplastamientos. Nunca debes dejar muebles de cierto peso sin fijar a la pared. Si tienes estanterías, debes anclarlas bien; y si no tienes aún, «mejor instala estanterías de pladur a escasa altura», explican desde Home Serve. Es muy importante también «revisar las bisagras de las puertas o los enganches de los espejos y cuadros para asegurarlos bien».
- Ahogamientos, asfixia y estrangulamientos. Los ahogamientos y asfixia pueden originarse de la manera más casual. Los pequeños se llevan todo a la boca: juguetes de piezas pequeñas, collares y pulseras de cuentas que pueden romperse… También los hay que se ahogan en la bañera, con un mínimo de agua. Por eso es fundamental vigilarles mientras juegan o se bañan.
Los estrangulamientos también suceden de manera inesperada con cables, fulares, cinturones, cordones de cortinas… Conviene tener cortinas sin cordones o sujetarlos a cierta altura, y los cables deben estar siempre bien enrollados. Respecto al fular o cinturón, no conviene que un niño juegue nunca con ellos, pues puede ponérselos en el cuello y tener un desenlace fatal si se engancha.
- Accidentes eléctricos. Para las superficies de la habitación de los más pequeños, cocina y aseos, la instalación de suelos de vinilo constituyen la mejor opción, «porque imposibilita la formación de electricidad estática y su composición impide el crecimiento de bacterias», señala el experto de Home Serve.
Asimismo, es esencial evitar empalmes entre cables y siempre hay que cubrir todos los enchufes de la vivienda con protectores, así como ocultar, en la medida de lo posible, todos los cables y alargadores. «Pero lo más importante es revisar que los cables se encuentren en buen estado y no estén dañados», añade.
- Caídas fatales. Ventanas, huecos de escalera, balcones… Nunca hay que infravalorar la capacidad de un niño para subirse una maceta y asomarse a la calle, coger un taburete e intentar abrir la ventana. Siempre hay que utilizar mecanismos de seguridad. Además, no debes colocar camas y mesas cerca de las ventanas, ni sillas cercanas a un balcón, ya que los niños «allá donde puedan subirse, subirán».
Estas medidas de seguridad no son para siempre. Llegará un día que podrás retirarlas. ¿Cuándo? Cuando tu hijo haya adquirido las habilidades motrices y cognitivas para no solo bajar y subir escaleras, no comer detergente, no saltar al vacío…, «sino también para entender las consecuencias de no hacerlo con seguridad», incide Miranda.
Los accidentes, a pesar de tener cuidado, no siempre se pueden evitar. Por eso, es esencial tener a mano los teléfonos de emergencias sanitarias (112), del Instituto Nacional de Toxicología (917 68 98 00) o el teléfono de atención médica al cliente 900300713.