La confusión o el intercambio de bebés en el hospital seguramente es una de las peores pesadillas para los padres. Mucha literatura, numerosas películas y bastantes titulares de prensa despiertan recelos de vez en cuando sobre los sistemas de control del recién nacido cuando la madre da a luz. Los casos de intercambio de bebés, sin embargo, son excepcionales, casi imposibles, merced a un sistemático protocolo de custodia que explicamos a continuación.
El último titular alarmante es de hace solo unos días. Hace 20 años, en Logroño, se registró un presunto error humano. Dos niñas nacieron con escasas cinco horas de diferencia y cada una de ellas fue entregada a la familia de la otra tras pasar por la incubadora. Una de las niñas, con 15 años, descubrió que sus padres biológicos eran otros. Tras el caso, subyace una enrevesada situación legal que ha culminado con una reclamación administrativa de responsabilidad patrimonial por valor de tres millones de euros.
La importancia de esta noticia reside en su carácter excepcional. Durante al año pasado nacieron en España 338.435 bebés. Y la noticia de la confusión de la entrega de las niñas a sus respectivos padres data del año 2002.
Así pues, en nuestro país debe imperar la más absoluta confianza en los procedimientos de clasificación y custodia de los recién nacidos. A este respecto, existe un mandato imperativo para la debida identificación de los recién nacidos, recogido en el artículo 8 de la Convención de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, ratificada por España el 30 de noviembre de 1990. Cada comunidad autónoma ha definido los procedimientos que deben seguirse para que quede asegurada, sin asomo de duda, la pertenencia de cada bebé.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) dispone de un protocolo específico (2008) para garantizar la tranquilidad y la confianza de los progenitores. El objetivo es que nunca se rompa el binomio madre-recién nacido. La custodia del bebé y su pertenencia pueden trazarse desde el momento mismo del nacimiento gracias a una serie de medidas. Por encima de todas ellas, impera una máxima en todos los hospitales: evitar en todo momento la separación física de la madre y su hijo.
Sistemas de identificación de recién nacidos en el hospital
✅ Codificador neonatal
Es uno de los métodos más seguros para evitar errores. Se trata de un conjunto de identificación integrado por dos pulseras (una para la madre y otra para el bebé) dotadas de un cierre inviolable y codificadas. Además, el kit consta de una pinza de cordón y otras dos pegatinas, una relativa al historial clínico y otra para el documento de identificación sanitaria madre-bebé. En el instante del nacimiento, se separa la pulsera del niño de la que lleva la mujer y se le coloca al recién nacido, en la muñeca o en el tobillo, en presencia de los padres. De igual forma, se pone la pinza correspondiente en el cordón umbilical del bebé. Con las respectivas pulseras codificadas con un código de barras, se comprueba siempre la coincidencia de códigos a la salida de la sala de partos, así como también en el momento del alta hospitalaria. En partos múltiples se utiliza un codificador diferente para cada recién nacido.
✅ Muestra de sangre del cordón umbilical para ADN
En este caso, tras colocar la pinza del kit en el cordón umbilical del recién nacido, se deposita una gota de sangre en una tarjeta específica, siguiéndose el mismo procedimiento en el caso de la madre, cuya gota de sangre se adjunta a la misma tarjeta del bebé. La tarjeta se rellena con las datos de la madre y su hijo y se archiva en el centro sanitario. En caso de duda sobre un hipotético intercambio, se consulta el archivo.
✅ Toma de huella dactilar o plantal
Imagen: sirradoslawkowalski
Consiste en un registro de las huellas de la madre y las del bebé (normalmente del pie), tomadas con tinta o mediante sistemas biométricos, para registrarlas en el documento identificativo que expide el hospital. Luego se agrega una de las pegatinas del codificador neonatal. No obstante, los expertos desaconsejan este método como forma única de identificación del recién nacido, ya que las huellas pueden haber sido mal tomadas o que el niño requiera inmediata atención médica y ello obligue a retrasar la toma de la huella.
✅ Dispositivos de localización
Hay incluso otros protocolos añadidos de seguridad ofrecidos por algunos hospitales, como los dispositivos de radiofrecuencia. Se colocan en las pulseras de la madre y del recién nacido y detectan continuamente, como si fuera un GPS, la distancia entre ambos. Cuando la distancia supera cierto límite, se activa una alarma.
La combinación perfecta para la tranquilidad
Las sociedades científicas recomiendan la combinación de todos estos procedimientos para reducir a su mínima expresión la posibilidad de una confusión. Con este cribado continuo queda despejada cualquier incertidumbre. Pero en especial, según las ‘Recomendaciones para la identificación inequívoca del recién nacido’ (2017) del Comité de Estándares de la Sociedad Española de Neonatología (SeNeo), la combinación del codificador neonatal (pulsera de la madre y pulsera del recién nacido y pinza de cordón con un mismo número y con un código de barras idéntico y exclusivo para cada recién nacido), junto con la recogida de una muestra de sangre materna y otra de sangre del cordón umbilical (para análisis de ADN en caso exclusivamente de duda de identidad) es actualmente el método más fiable de identificación del recién nacido.
Las noticias desagradables son absolutamente excepcionales, lo que avala el buen proceder sistemático del personal sanitario de las áreas de obstetricia y neonatología. En España, el Código Penal, en su artículo 220.5, contempla que “las sustituciones de un niño por otro que se produjere en centros sanitarios o socio-sanitarios por imprudencia grave de los responsables de su identificación y custodia, serán castigadas con la pena de prisión de seis meses a un año”.