Toda madre y todo padre se lo pregunta no una vez, sino dos, tres… en infinidad de ocasiones a medida que el bebé crece: ¿cómo hacer para que deje de usar el pañal? Esta cuestión tiene muchas aristas, relacionadas con las etapas del desarrollo del niño, con el cansancio que genera en los padres, con el aspecto económico… No hay recetas infalibles, pero sí existe una serie de técnicas para promover que el bebé deje el pañal lo antes posible y de la manera más natural.
Sin regañar
Primero y principal: por mucho que se considere que el niño ya está en edad de dejar el pañal, y por mucho cansancio que el tema cause, lo que nunca se debe hacer es regañarlo o insistirle en exceso sobre el tema. El resultado de actuar así puede ser justo el contrario de lo pretendido, es decir, se puede ocasionar un trauma en el pequeño, con la consecuencia de que luego cueste mucho más dejar a un lado el pañal. Entonces, la regla número 1 es: paciencia.
Por otro lado, hay que distinguir entre dos aspectos muy distintos: dejar de usar el pañal durante el día no es lo mismo que dejar el de la noche, al dormir. El pañal diurno es más sencillo de abandonar y los niños lo hacen mucho antes; para el nocturno, el momento de dejarlo se demora incluso años.
Abandonar los pañales durante el día
La técnica más recomendada por los especialistas para que los niños dejen de usar pañales durante el día es simple. Consiste en llevar al pequeño a que se siente en el orinal una vez por hora y dejar que haga lo que tenga que hacer. Es una manera de crear el hábito. Habrá ocasiones en que no tendrá ganas y no hará nada; si es así, no hay problema: después de unos cinco minutos, a subirse los pantalones y seguir adelante.
Algunas cuestiones que suelen ayudar:
- Que el niño tenga su propio orinal. De esta manera, lo reconocerá como un lugar propio adonde tendrá que ir cuando sienta la necesidad. Se recomienda un orinal pequeño, adecuado a su tamaño, y no las tapas especiales que se usan para adaptar el váter normal, ya que esto resulta más incómodo, tiene que subir al menos un escalón para llegar, etc. La idea es allanar el camino tanto como se pueda.
- Estar con él y ayudar a que se distraiga. Para ello, lo mejor es tener siempre cerca algunos libros atractivos para los pequeños, con imágenes grandes y coloridas. Así, «ir al baño» estará relacionado para el pequeño con un momento ameno y hasta entretenido.
- Tener más paciencia con la caca que con el pis. Los médicos aseguran que a los niños les cuesta más defecar porque, inconscientemente, lo asocian con «desprenderse» de algo propio, de una parte de sí mismos. Pero tampoco es nada terrible: aunque tarden un poco más, de manera natural irán haciéndolo también, poco a poco.
- Darle pequeños premios si evita hacerse encima y avisa cuando tiene ganas. Algo para comer que le guste mucho o una salida al parque pueden resultar una motivación óptima para que esté pendiente del tema y no se deje estar.
¿Cuándo empezar a implementar estos recursos? Dependerá de cada caso, pero en general los dos años son una buena edad para que los pequeños dejen de usar el pañal durante el día. En ciertos casos, incluso al año y medio ya pueden empezar a avisar cada vez que lo necesitan, algo que facilita muchísimo el trabajo de ser padres.
De noche cuesta más
El proceso de abandonar los pañales para dormir resulta más costoso. Hay que pensarlo como una tarea a largo plazo, ya que además existen menos trucos y recomendaciones… y hace falta (aún) más paciencia.
Lo básico es llevarlos siempre a que hagan pis antes de acostarse. Por supuesto, esto no es suficiente para que luego estén varias horas sin orinar, sobre todo si se considera que muchos pequeños tienen mayor necesidad de hacerlo de noche que de día. Pero ayuda.
Se recomienda también que no beban líquidos en las últimas dos horas antes de acostarse. De esa manera, la presión por orinar durante la noche será menor. Algunos médicos sugieren también despertar a los pequeños en mitad de la noche para que puedan orinar, pero muchos otros lo desaconsejan, ya que esto les interrumpe el sueño y el correcto descanso y puede desvelarlos. O sea, que puede ser peor el remedio que la enfermedad.
Por lo demás… solo resta esperar a que, con el paso del tiempo, el control de los esfínteres que tienen durante la vigilia se extienda también hacia el sueño. Si pasan una semana sin mojar el pañal de noche, puede ser un buen momento para quitárselo. Sin embargo, hay niños y niñas que, por «pereza», siguen «exigiendo» el uso del pañal durante la noche aunque lleven tiempo sin necesitarlo de día, incluso cuando duermen la siesta.
Esta clase de mecanismo inconsciente hace que no sea raro que, por ejemplo, un niño que lleve largo tiempo sin mojar la cama lo haga justo el día en que sus padres deciden que duerma sin pañal… Por eso, conviene que los peques sigan usando el pañal durante la noche hasta que la situación esté definitivamente controlada; de lo contrario, los incidentes nocturnos también pueden generar alguna clase de trauma en ellos.
Y paciencia, más paciencia. La necesidad de usar pañales para dormir puede llegar hasta los 4 o 5 años de edad… Si para los 6 los sigue necesitando, será tiempo de consultar a una especialista. Sin pánico ni exagerada preocupación, ya que antes o después podrá controlarlo. Como las heridas, no es nada que el tiempo no llegue a remediar.