Más succión es igual a mayor producción. Esta es la norma básica de la lactancia materna que deben aplicar todas las mujeres que deseen incrementar su producción de leche. También, en ocasiones excepcionales -y siempre con supervisión médica-, se puede recurrir a distintos suplementos farmacológicos para aumentarla. No hay que atender, sin embargo, a los falsos mitos sobre la lactancia que aún circulan entre las mamás. El siguiente artículo aporta diversos consejos para conseguir una mayor producción de leche materna.
La norma básica de la lactancia materna
Aunque lo normal es que cada madre produzca la leche suficiente para que su bebé se alimente de forma adecuada, en ocasiones son necesarios ciertos estímulos -o intervenciones- dirigidos a incrementar la producción de la leche materna. Su falta suele estar asociada a algunos errores en las técnicas de lactancia, explica Pilar Martínez, autora de la guía ‘Los 5 pasos para tener éxito en tu lactancia materna’.
Martínez apunta que la mejor forma de aumentar la producción de leche materna es practicar la lactancia a demanda (cuando lo pida el bebé), sin horarios y «poner al bebé al pecho muchas veces, cada vez que lo pida o parezca que lo va a pedir». En otras ocasiones, los problemas pueden resolverse con un cambio de postura, de modo que se asegure el correcto agarre del bebé al pecho de la madre.
Suplementos para incrementar la producción de leche
En algunas ocasiones, sin embargo, las recomendaciones anteriores no dan resultado y se descartan como origen de la falta de producción de leche materna. Sucede en casos excepcionales , como lactancias inducidas de madres de bebés adoptados, relactaciones (vuelta a la lactanciadespués de un periodo sin lactar) o separaciones forzosas de la madre y el hijo por ingresos hospitalarios del bebé o enfermedades de la mamá.
En estas circunstancias, «se pueden utilizar -y obtener buenos resultados- algunos medicamentos que ayuden a estimular la producción de leche, denominados galactagogos; entre ellos, uno de más empleados es la domperidona», señala Martínez. No obstante, el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) advierte que estos medicamentos no deben usarse demasiado tiempo y, en ningún caso, sin supervisión médica, puesto que pueden tener efectos secundarios.
Por otra parte, existen algunas plantas medicinales a las que se les suele atribuir la capacidad de incrementar la producción de leche, bien tomadas sin tratar, bien ingeridas en forma de infusión. Es el caso de la alhova, la galega y del cardo mariano. En este sentido, el Comité de Lactancia advierte de que «no hay ningún trabajo serio publicado en ninguna revista científica que demuestre las supuestas propiedades de estas sustancias». Y señala que, en ocasiones, incluso se han registrado efectos adversos por su utilización, de modo que este organismo desaconseja su uso.
Falsos mitos sobre la lactancia materna
¿Tendré leche suficiente? El miedo a no producir la leche necesaria -o a que esta no sea de buena calidad- para que el bebé se alimente de forma adecuada ha dado origen a numerosos consejos «caseros», que carecen de fundamento o evidencia científica.
El ‘Manual de Lactancia Materna. De la teoría a la práctica’, de la Asociación Española de Pediatría, recoge algunos de estos falsos mitos que aún circulan entre las mamás:
Cuanto más se coma, más leche se producirá. Comer para dos solo puede llevar a que la madre aumente de peso, sin afectar -en absoluto- a su producción de leche. Para que el bebé se alimente de forma adecuada, y la mamá recupere la forma tras el parto, lo recomendable es adoptar una dieta sana y equilibrada.
Tomar leche para fabricar más. La producción de leche materna no tiene nada que ver con la leche que se ingiere. La AEP es rotunda en este sentido: «Ninguna madre de ninguna especie de mamífero consume leche de otra especie mientras amamanta».
Alimentos que aumentan la producción. Almendras, sardinas, avellanas o arenques son algunos de los alimentos que se recomiendan ingerir para aumentar la cantidad de leche materna pero que, en ningún caso, tienen efecto sobre esta.
Más líquido, más producción. La ingesta de líquidos no incrementa la producción de leche, aunque las madres lactantes tengan, por lo general, más sed -y, por lo tanto, beban más-, no hay que forzar la toma de bebidas. Solo se debe ingerir lo que marque la sed de cada una.
La cerveza estimula la producción de leche. No hay estudios que avalen que la cerveza aumente la producción de leche, aunque sí estimula la producción de prolactina, la hormona responsable de la subida de la leche. No obstante, la AEP recomienda que, si se consumía cerveza antes del embarazo, se mantenga durante la lactancia un consumo moderado. Pero, si no era así, «sería un error que la madre la consumiera para tener más leche».
A mayor tamaño de pecho, más cantidad de leche. El tamaño del pecho no se relaciona, en absoluto, con la producción de leche. Una madre con senos pequeños puede amamantar a su hijo con las mismas garantías que otra que tenga un mayor volumen de pechos.
Ofrecer el pecho a demanda, sin horarios, tanto de día como de noche, para estimular la producción de leche materna.
Adelantarse al llanto del bebé para que mame tranquilo y succione de modo correcto. De esta forma se asegura la producción adecuada de leche.
Asistir a un grupo de apoyo a la lactancia para adquirir confianza y superar los problemas que se puedan presentar al lactar.
Asegurarse de que se efectúan las tomas nocturnas, que son fundamentales para una buena producción de leche materna.
Relajarse, disfrutar del bebé y de la lactancia; y olvidarse de horarios, llamadas y visitas.