Tras dos meses sin clases para evitar contagios del coronavirus, la vuelta al cole cada vez se ve más cercana. Pero hay muchas dudas en los centros educativos y entre los docentes, padres, madres y los propios escolares. UNICEF ha editado una guía que recoge principios básicos para asegurar el derecho a la salud en la reapertura de los colegios. Se trata de un listado de recomendaciones para dar respuesta al reto, sin precedentes, al que se enfrenta el sistema educativo: proteger el derecho a la salud de todos los niños, niñas y adolescentes garantizando su derecho a la educación.
¿Qué medidas de higiene debe adoptar el alumnado? ¿Y el profesorado? ¿Qué distancia deben mantener entre sí? ¿Cómo deben desinfectarse los espacios comunes? ¿Es seguro que se reanuden las clases presenciales? Estas y otras preguntas rondan estos días las cabezas de padres, madres, escolares y profesorado, que ven cómo se aproxima la vuelta a las aulas.
Es prioritario que los niños, niñas y adolescentes vuelvan a la escuela, pero no a cualquier precio; el proceso debe hacerse de manera que se garantice el derecho a la educación y a la salud. Por ello, a través del informe ‘COVID-19: Proteger la salud en las aulas‘, UNICEF Comité Español ofrece una serie de propuestas para una reapertura segura de los centros educativos, basadas en las directrices internacionales elaboradas conjuntamente por UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja.
Imagen: Filippov
¿Qué retos presenta la reapertura de los centros educativos?
La emergencia sanitaria puede suponer que haya niños o familiares que enfermen, que estén en cuarentena, o familias que no se atrevan a mandar a sus hijos e hijas al colegio por miedo al contagio. Además, el estrés y el impacto emocional provocado por la COVID-19 puede aumentar la tensión en el hogar y producir abandono escolar.
En los centros escolares, la ausencia del profesorado es mayor, al tener que cuidar a familiares o, también, por miedo. Algunos colegios presentan dificultades para cumplir las medidas de salud e higiene, sobre todo, aquellos con mayor número de alumnado.
Consejos para la vuelta a las aulas
Imagen: Hirani
UNICEF recuerda que, en cualquiera de las fases de esta emergencia, deben garantizarse cuatro factores: el funcionamiento seguro del centro educativo, la continuidad del aprendizaje, la inclusión de las personas y colectivos más vulnerables, y el bienestar y la protección de la infancia. Teniendo en cuenta estos aspectos, la guía ofrece pautas para evitar contraer y propagar la COVID-19 en los centros escolares:
- Impedir que las escuelas se utilicen con fines distintos a los educativos.
- Asegurar la continuidad del aprendizaje en todos los casos, con metodología mixta, combinando enseñanza online y presencial.
- Fomentar el aislamiento de contagios, con protocolos y procesos para informar a las familias.
- Distanciamiento físico, escalonando las horas del comienzo y la finalización de la jornada escolar, y manteniendo un espacio mínimo de, al menos, un metro entre las mesas de las aulas.
- Establecer rutas escolares seguras, fomentando los desplazamientos a pie o bicicleta o utilizando un vehículo particular.
- Garantizar que en las instalaciones se sigan procedimientos de limpieza y desinfección adecuados, desinfectando una vez al día como mínimo y, más frecuentemente, barandillas, mesas, material deportivo, pomos, juguetes, materiales de enseñanza y aprendizaje, etc. Se recomienda utilizar lejía al 0,5 % para superficies y alcohol etílico al 70 % para objetos pequeños.
- Garantizar la higiene y seguridad en la preparación y/o distribución de los alimentos al alumnado y personal del centro. Los utensilios de cocina, vajilla y cubertería deberán ser desinfectados, procurando una manipulación mínima. Los horarios de las comidas deberán ser escalonados para evitar aglomeraciones, con tiempo para desinfectar entre turnos.
- Promover los hábitos higiénicos.
- Los equipos directivos deberán recibir instrucciones y asegurarse de que todo el personal comprende la información básica sobre la COVID-19.
- Intentar no incrementar la brecha educativa de las poblaciones más vulnerables.
- Apoyo de las autoridades educativas para abordar las necesidades de salud mental y apoyo psicosocial de la comunidad educativa.
- Reforzar los recursos y estrategias dirigidas a poblaciones vulnerables, garantizar la continuidad de los servicios para estudiantes con necesidades educativas especiales y/o con discapacidad. También, reforzar la figura de una persona coordinadora de protección y bienestar para tomar medidas específicas de protección para niñas, niños y adolescentes en riesgo de explotación, abuso sexual y maltrato en su hogar, en la escuela y en la comunidad, atendiendo a las dinámicas cambiantes del riesgo que plantea la COVID-19.
- Reforzar contenidos y el desarrollo de competencias relacionados con la salud.
- La prevención y lucha contra la estigmatización y la discriminación, con medidas para evitar los prejuicios y exclusión de quienes han estado expuestos al virus.
- Promover la participación infantil y las iniciativas de los estudiantes es clave para involucrarlos activamente en la respuesta a la pandemia y en la promoción de actitudes responsables.
“La escuela es mucho más que un lugar donde se aprende”
La educación no puede parar. Es una pieza clave en la recuperación en cualquier crisis, porque aporta normalidad y un sentido de la rutina; es una vía para salvar las distintas brechas sociales, económicas y educativas a las que se enfrenta gran parte de la población mundial.
Tal y como recuerda Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, “la escuela es mucho más que un lugar donde se aprende. Para muchos niños y niñas, es la única forma de acceder a la seguridad, a los servicios de salud y a la nutrición. Si no actuamos de inmediato, ampliando servicios vitales para la infancia más vulnerable, las devastadoras repercusiones de la COVID-19 durarán décadas”.
Imagen: Frank Dejongh
Tal y como recuerda Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, “la escuela es mucho más que un lugar donde se aprende. Para muchos niños y niñas, es la única forma de acceder a la seguridad, a los servicios de salud y a la nutrición. Si no actuamos de inmediato, ampliando servicios vitales para la infancia más vulnerable, las devastadoras repercusiones de la COVID-19 durarán décadas”.
Imagen: Frank Dejongh