Todos tenemos derecho a respirar un aire limpio, de buena calidad, tanto al aire libre como en nuestros hogares, centros de trabajo, escuelas… Tenemos derecho a un aire que no nos enferme, y más en el caso de los menores, ya que por sí mismos no pueden protegerse.
Y es que la contaminación exterior e interior supone un importante peligro para nuestra salud. Cada año ocho millones de personas mueren de forma prematura por sus efectos. Y son muchos más los afectados por la polución en su sistema respiratorio, cardiovascular, la piel… Pero en el caso de los más pequeños, las repercusiones son aún más severas. ¿Por qué?
Por qué los menores son más vulnerables a la contaminación del aire
Junto con las personas mayores, los niños, niñas y adolescentes son un grupo de población especialmente vulnerable a los efectos adversos de la contaminación. Por un lado, porque van a vivir más años acumulando las consecuencias de esta exposición, pero, sobre todo, debido a características propias de estas edades, como recuerda el Grupo de Trabajo de Tabaquismo y Medio Ambiente (GTTMA) de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP):
- frecuencia respiratoria aumentada y menor estatura.
- instinto exploratorio (mucha actividad física) que les hace exponerse más a los contaminantes.
- sistema inmunológico y respiratorio en desarrollo.
- nula capacidad de decisión.
“Todo ello va a hacer que ventilen más aire por kilo de peso y lo que está contenido en él”, comentan estos especialistas. Y ¿qué hay en el aire? Neurotóxicos tan perjudiciales como partículas en suspensión como las PM2.5 y PM10, el monóxido de carbono (CO), el ozono (O3), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO3).
Cómo afecta la contaminación del aire a los niños
El 93 % de los menores respira a diario aire que no cumple los criterios de calidad fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lamentablemente, esto provoca 600.000 muertes infantiles prematuras todos los años y numerosas enfermedades, sobre todo respiratorias.
🔴 Enfermedades respiratorias por contaminación del aire
- Asma infantil. Los expertos de la SENP explican que “se ha demostrado una asociación positiva entre su exposición y el aumento de exacerbaciones tanto en frecuencia como en gravedad”. En Europa, el 33 % de los casos de asma en niños son causados por la contaminación del aire; en la Ciudad Condal, según un estudio realizado por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el porcentaje sube hasta el 50 %.
- Pérdida de función pulmonar. A largo plazo, la polución podría afectar al crecimiento y el desarrollo pulmonar, lo que podría provocar una función pulmonar reducida que puede persistir hasta la edad adulta y derivar en enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Síntomas respiratorios como tos, sibilancias o disnea.
- Infecciones respiratorias de vías bajas y alergias. Los contaminantes pueden debilitar el sistema inmunológico de los niños, haciéndolos más susceptibles a este tipo de infecciones. Además, como señalan en este estudio, estas sustancias pueden originar que un resfriado común por rinovirus derive en cuadros más graves, como bronquiolitis, que requieran hospitalización.
🔴 Consecuencias en la salud cardiovascular
Como aseguran los especialistas en salud ambiental, la exposición a la contaminación relacionada con el transporte puede provocar un aumento de la tensión arterial y la hipertensión infantil. Además, se asocia a un mayor riesgo de aumento rápido de peso y obesidad infantil, un problema de calado en nuestro país, como analizamos en nuestro monográfico sobre obesidad infantil.
🔴 Efectos en el desarrollo neurológico, la capacidad cognitiva y la salud mental
Entre los efectos de la polución en el cerebro de los niños, destaca que la contaminación del aire cambia el cerebro de los preadolescentes y que afecta a su desarrollo conductual y cognitivo. Esto se manifiesta en dificultades de aprendizaje y mayor riesgo de prevalencia del trastorno del espectro autista (TEA) y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), pero también en una peor salud mental.
Y cada vez hay más producción científica en este sentido, como esta investigación reciente que asocia la contaminación del aire durante los primeros años de vida con una peor capacidad de atención en niños, o este estudio británico que ha encontrado relación entre una mayor exposición a la contaminación ambiental durante las primeras etapas de la vida y el riesgo de desarrollar trastornos psicóticos y depresión durante la juventud.
Cómo reducir la contaminación del aire en colegios
Por supuesto, para reducir la contaminación atmosférica, gobiernos de todos los niveles y empresas deben poner de su parte. Pero, ¿y la comunidad educativa y las familias? ¿Se puede hacer algo para disminuir su impacto en los menores?
Los peques pasan muchas horas en los centros escolares, y no son precisamente lugares donde la calidad del aire sea buena, como señala un informe reciente de Ecologistas en Acción. Y es que, según datos recabados en 114 colegios e institutos de nueve localidades españolas, la concentración de dióxido de nitrógeno en todos estos entornos supera el límite establecido por la OMS, e incluso se cuadriplica en algunos casos.
✔️ Centros educativos y su entorno
Y ¿qué podemos hacer? En primer lugar, como padres y madres, solicitar a las administraciones que podamos disponer de información actualizada en todo momento sobre la calidad del aire en los entornos educativos, con el fin último de poder exigir un aire cada vez más limpio. ¿Cómo conseguirlo?
Como recomienda la ONG, la restricción del tráfico en estas áreas (las ZBE deben ayudar a ello) o la priorización del transporte público (gratuito para menores), compartido, en bicicleta y peatonal ayudan a reducir la exposición.
Pero también contribuyen otras medidas que proponen los profesionales del Hospital Sant Joan de Déu en Barcelona en el último informe FAROS sobre medio ambiente y su impacto en la salud infantil: plantar más árboles en los patios de las escuelas; crear muros verdes que generen sombras; e instalar fuentes y parques infantiles, entre otros.
Qué hacer en la familia para evitar la contaminación a los niños
Los autores del mismo informe barcelonés animan a las familias a salir a la naturaleza más a menudo para reducir el impacto que tiene la contaminación en los menores. Por su parte, el Grupo de Trabajo de Tabaquismo y Medio Ambiente de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica plantea:
✔️ Usar herramientas de control de la calidad del aire
Es fundamental informarse acerca del índice de calidad del aire (ICA o AQI). Casi todas las apps del tiempo preinstaladas en los teléfonos móviles cuentan con él. Si no, puedes mirar en el Índice Nacional de Calidad del Aire y en las redes de calidad del aire autonómicas y locales.
✔️ Evitar la exposición en los días con peor calidad de aire
Si el ICA está alto (el nivel de contaminación es alto), limita las actividades al aire libre con los niños o utiliza mascarilla FFP2 en exteriores.
✔️ Ventilar bien
¿Sabes ventilar tu casa? Sigue estos consejos para ventilar y hazlo cuando la calidad del aire exterior sea adecuada, no cuando no sea favorable. Así impedirás que la contaminación entre en tu hogar. Ten en cuenta que, como comentan investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la ventilación natural debe realizarse en las horas de baja concentración de contaminantes atmosféricos, evitando las horas pico de la mañana y la tarde.
✔️ No acumular contaminantes
El principal contaminante del hogar es el humo ambiental del tabaco, además de los productos de limpieza y gases de cocina. No fumes y reduce los compuestos orgánicos volátiles (COV) que pueden contener limpiadores, suavizantes, ambientadores, insecticidas, pinturas…
✔️ Utilizar filtros HEPA
Los filtros HEPA (High Efficiency Particle Arresting) atrapan partículas como humo, polvo, bacterias, polen… por lo que ayudan a protegernos de respirar contaminantes potencialmente dañinos.