¿Hay épocas del año que son mejores que otras para nacer? Al parecer sí, aunque todas ofrecen variantes positivas y negativas. Este artículo reseña las conclusiones de numerosos estudios que afirman que nacer en verano es beneficioso porque produce huesos más fuertes y menos alergias, pero también aumenta los riesgos de padecer deficiencias visuales. También se destacan los pros y contras de venir al mundo en otoño y primavera y cuándo conviene nacer, según una investigación, para ser director ejecutivo de una empresa.
Nacer en verano: huesos fuertes y menos alergias
¿Cuál es la mejor estación del año para nacer? Es una pregunta muy difícil de responder. Al menos, esa es la conclusión si se observa la gran cantidad de estudios científicos relacionados con los probables efectos que el mes de nacimiento tiene en la salud de una persona a lo largo de su vida.
Uno bastante reciente señala que la mejor estación para nacer es el verano, debido a una mayor producción de vitamina D en el organismo de la embarazada, como consecuencia de una mayor exposición sol durante el último trimestre de la gestación. Fue realizado sobre una muestra de casi 7.000 niños, y forma parte del proyecto de seguimiento Avon Longitudinal Study of Parents and Children, de la Universidad de Bristol (Reino Unido).
Las personas nacidas en otoño tienen el doble de probabilidades de contraer alergias a la comida que las nacidas en primavera o verano
El resultado según esta investigación es que los bebés nacidos en la última parte del verano o comienzos del otoño son más altos y sus huesos, más resistentes. A los diez años de edad, los niños nacidos en verano u otoño medirían, en promedio, medio centímetro más que los nacidos durante el resto del año, y sus huesos son más anchos. La exposición de la mujer embarazada a los rayos del sol «está relacionada con el tamaño de los huesos del pequeño, lo que sugiere que la vitamina D en la gestación tiene efectos directos sobre la formación ósea durante la infancia», concluye el trabajo.
También un estudio desarrollado en Finlandia destaca las ventajas de nacer en verano. La investigación concluye que las personas nacidas en otoño (sobre todo en octubre y noviembre) tienen el doble de probabilidades de contraer alergias a la comida que las nacidas en primavera o verano, en particular entre los meses de junio y julio. Los científicos atribuyen este riesgo a que, durante los meses de mayor acción del polen (abril y mayo), los bebés nacidos en otoño apenas están en su primer trimestre de gestación (un periodo muy delicado), mientras que los que vienen al mundo en verano ya están en el tercero.
Bebés que nacen en verano, riesgos
Otros trabajos, por el contrario, ofrecen datos según los cuales sería mejor evitar nacer en verano. Estudios publicados en la revista científica ‘Ophthalmology’ revelan que la miopía está asociada con la época de nacimiento. Tanto en Israel como en Gran Bretaña, encuestas realizadas a decenas de miles de personas demostraron que la miopía y otras deficiencias visuales son mucho más propensas en niños nacidos en verano (e incluso otoño). Los expertos sospechan que la exposición a la luz natural de los bebés recién nacidos puede tener efectos negativos en su visión a largo plazo.
Nacer en verano también representa un mayor riesgo de contraer la enfermedad celiaca, demuestran varios estudios, entre ellos uno publicado por expertos suecos de la Universidad de Umea, que analizó más de 2.150 casos de niños celiacos en un amplio periodo de tiempo (entre 1973 y 1997). A conclusiones similares llega una investigación difundida en 2012 en Estados Unidos.
Nacer en primavera y el otoño: pros y contras
Nacer en primavera tiene sus pros y sus contras. Un estudio también realizado en Gran Bretaña determinó que en los pequeños nacidos en primavera las probabilidades de padecer anorexia nerviosa aumentan un 15% más. «Los resultados indican que los factores de riesgo en el entorno actúan durante la gestación y después del nacimiento,. Su identificación será importante para las estrategias de prevención de enfermedades», afirma el trabajo.
Pero cuando se trata de longevidad, la ventaja es de los que nacen en otoño. En Estados Unidos, expertos analizaron a más de 1.500 personas que sobrepasaron la barrera de los 100 años de vida, así como a sus hermanos y cónyuges. De este modo, los compararon con personas que se habían criado o vivido en un entorno similar. El resultado no dio margen para dudas: los nacidos entre septiembre y noviembre tienen muchas más posibilidades de convertirse en centenarios que los que vienen al mundo entre marzo y abril.
Para llegar a director ejecutivo de una empresa, lo mejor es nacer en marzo o abrilHasta para ascender en una compañía parece ayudar el hecho de haber nacido en la época apropiada. Las personas que vienen al mundo en marzo y abril tienen el doble de posibilidades de alcanzar el cargo de director ejecutivo, si se las compara con las nacidas en junio o julio, según una investigación de la Universidad de British Columbia (EE.UU.). En este caso, la explicación no estaría en las condiciones ambientales de la época del año, sino en cuándo se comienza a acudir a la escuela.
El mismo argumento es empleado por Malcolm Gladwell en el libro ‘Fueras de serie‘ (Taurus, 2009), quien explica que, por un motivo similar, la mayoría de los jugadores de la liga profesional de hockey canadiense nacieron en los primeros meses del año.
Por supuesto, los casos retratados describen lo que ocurre en el hemisferio norte. En el otro lado del mundo, los riesgos serían los mismos, pero hay que tener en cuenta que el verano transcurre entre diciembre y marzo y el invierno, entre junio y septiembre. Además, la fecha de corte para las escuelas es a mitad de año (el 30 de junio): los niños nacidos en julio son los mayores de cada promoción.