Niños y niñas se enamoran por primera vez a los cuatro o cinco años. Por supuesto, este sentimiento nada tiene que ver con lo sexual, sino que se expresa hacia una o más personas de su misma edad con las que se sienten muy a gusto. Este artículo describe cómo es el primer amor infantil y de qué manera expresan este enamoramiento los pequeños más tímidos y los más extrovertidos. Además, recoge consejos para que padres y madres sepan cómo actuar ante estas situaciones.
El primer amor del niño llega pronto
El primer amor llega muy pronto. Según los especialistas, los niños y niñas experimentan su primer enamoramiento alrededor de los cuatro o cinco años. Antes, no obstante, puede haber otra clase de enamoramiento: del padre o de la madre, del maestro o la maestra. Pero es en este momento, en general, cuando el pequeño se fija y se siente atraído por alguien de su misma edad. Y hasta es posible que afirme con relativa seguridad que ese niño o esa niña de quien habla es su novio o novia, aunque ese otro no lo sepa jamás.
El primer amor del niño llega pronto, con cuatro o cinco años, pero carece del significado sexual de la adolescencia
Por supuesto, en esta etapa el enamoramiento es muy inocente, lleno de ternura infantil y fascinación por el otro. Poco tiene que ver con lo que serán los primeros amores en la adolescencia, cuando las hormonas hagan surgir las pulsiones sexuales y se manifiesten otro tipo de deseos y fantasías. «La noción de noviazgo es bien diferente en la infancia y en la edad adulta«, explica un estudio elaborado por el Ministerio de Educación, publicado por el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado.
El texto destaca, además, la importancia de «no dar significados adultos a lo que en realidad significa otra cosa» durante la niñez. «Aunque niñas y niños tienden a imitar a las personas adultas, dan significados distintos a estas experiencias amorosas», explican estos expertos. En ocasiones, estos primeros amores no son más que un juego simbólico en el que los pequeños «se entrenan en eso de formar pareja». En otros casos, los pequeños usan las palabras novio y novia para afianzar la relación que tienen con alguien con quien se sienten muy a gusto.
El amor infantil: distintos modos de expresarlo
No todos los niños exteriorizan de la misma forma este tipo de vivencias y sentimientos amorosos. Cada pequeño es diferente, está formando su personalidad y «expresa sus enamoramientos a su manera», explica la psicóloga Anainés Cazador.
Algunos muestran su enamoramiento «diciéndolo o acercándose para jugar y compartir experiencias; mientras que otros no lo manifiestan y lo viven con más vergüenza«, añade la especialista.
Algunos pequeños afirman que les gusta alguno de sus compañeros de colegio e, incluso, afirman tener varios novios o novias. «Esto puede durar unas horas, unos días o más», explica Cazador.
El niño se ha enamorado, ¿qué hacer?
Ante los primeros amores infantiles, los padres y madres deben tener presentes una serie de consejos, que se enumeran a continuación.
Acompañar al niño en su primer amor. Lo primero, y más importante, es que los progenitores acompañen a los hijos en cada etapa, la disfruten junto a ellos y los dejen manifestarse. En este sentido, hay que hablar mucho con el pequeño, no reprimir ni corregir sus actitudes, y dejarles experimentar y expresarse. Es una etapa de pruebas y necesitan el espacio de sostén emocional de sus padres.
No preocuparse. Este tipo de sensaciones y sentimientos infantiles son normales, y no debe generar en los padres ninguna preocupación por creer que puede tener algún significado sexual. «Solo están experimentando sus emociones y sus encuentros con otros niños y niñas», describe Cazador.
No burlarse del amor infantil. Esta es una forma elemental de respeto por los sentimientos del pequeño. También hay que cuidar de que no lo hagan otros adultos ni tampoco sus hermanos mayores. Una burla, aunque se haga sin mala intención, puede herir los sentimientos del niño y hacer que los reprima, y esto puede inhibirlo y causarle problemas para relacionarse en el futuro.
Cuidar el vínculo de confianza con ellos. Para el pequeño, contar a su madre o su padre que «tiene novia o novio» (o que le gusta alguien) puede ser una auténtica confesión y, por lo tanto, una demostración de confianza infantil. Si el adulto, luego, lo cuenta sin autorización a los abuelos del pequeño, tíos u otras personas, para el niño puede ser una decepción, y algo que genere que el vínculo de confianza con sus progenitores se resquebraje.