Cuando al bebé le están saliendo los dientes, hay distintas formas de calmar sus molestias: se le puede facilitar un mordedor, darle a morder el chupete frío recién salido de la nevera o frotarle la encía con el dedo limpio o con una cucharilla fría. A esta lista de remedios no debes añadir los peligrosos collares de ámbar, pues no producen ningún beneficio sobre la dentición y el niño podría estrangularse con ellos. Pero sí que puedes usar otro artilugio: el dedal de silicona o también llamado cepillo de dedos de silicona. Te contamos qué son estos artículos, cuándo puedes utilizarlos también para la limpieza de sus dientes y cómo.
¿Qué son los dedales de silicona?
Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), un dedal es un “utensilio pequeño, ligeramente cónico y hueco, con la superficie llena de hoyuelos y cerrado a veces por un casquete esférico para proteger el dedo al coser”. Y lo que protegía el dedo para coser, hoy en día, sirve para mucho más fabricado en un material flexible, fácil de manejar y que se puede limpiar con facilidad con agua y jabón como es la silicona.
Hay dedales de silicona para costura, por supuesto, pero también para hacer manualidades, tocar instrumentos musicales, contar documentos, coger cosas calientes o cortar y pintar las uñas. Existen dedales para pies, que evitan el roce entre los dedos y alivian el dolor por las lesiones en esta parte del cuerpo. Y encontrarás en comercios también dedales de silicona para bebés, que son los que analizamos a continuación.
¿Cómo son los dedales de silicona para bebés y para qué sirven?
En vez de la tradicional gasita húmeda o el cepillo dental para lactantes, muchos padres y madres utilizan dedales de silicona o cepillos de dedos de silicona para la limpieza de la boca de sus hijos pequeños.
Fabricados de silicona médica o alimentaria, libre de bisfenol A (BPA) y sin fltatos, estos cepillos son ergonómicos (se adaptan a los dedos de los adultos) y supersuaves, idóneos para la boca de bebés de 6 a 18 meses.
Pero también se pueden usar desde que los niños tienen apenas 3-4 meses de vida. Y es que estos dedales de silicona resultan muy útiles para masajear las encías del bebé durante su erupción dentaria. Bien fríos aliviarán las molestias propias de esta etapa del niño que se produce antes de los seis meses de edad.
Por eso, para permitir esta función, la mayoría de estos cepillos de dedos cuentan con una doble cara bien diferenciada (algunos hasta tres): sus pequeñas cerdas sirven para limpiar los dientecitos, mientras que el lado de puntitos vale para dar masajes a las encías. Y de ahí también que se puedan utilizar con crema dental infantil o sin ella. Al usarlos como si fuera un juego, irás acostumbrando al bebé al futuro cepillado infantil.
Dedal de silicona para limpiar los dientes, pero ¿y las encías?
La Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) no los recomienda para limpiar las encías de los bebés después de cada toma de leche, como hasta hace poco sí que lo hacía en sus protocolos. De hecho, como se refleja en este documento actual sobre la limpieza de la boca del bebé, solo aconseja utilizarlos (o una gasa o un cepillo para lactantes) tras alimentar al peque -y sobre todo por la noche- cuando aparezca en su boca su primer diente temporal o de leche, algo que suele ocurrir a los seis meses de edad. ¿Por qué?
La odontopediatra Cristina Marès nos lo explicaba en un artículo reciente sobre cómo cuidar los dientes de leche: “Al eliminar los restos de leche materna que puedan quedar en las encías, estamos también eliminando las inmunoglobulinas transmitidas al bebé por la leche materna y que las encías aún pueden absorber”. Y daba otras dos razones: por un lado, introducir elementos en la boca del bebé y con ellos bacterias que pueda haber en ellos podría alterar su microbiota oral; y, por otro, no se ha demostrado que limpiar las encías suponga una mejor aceptación del niño al cepillado.
Por tanto, sí que sería conveniente usar dedales dentales con el primer diente, aunque lo preferible, como nos comentan los odontopediatras, es que sean cepillos específicos para el bebé (de cabezal muy pequeño, con cerdas suaves y de mango largo). A partir de este momento, la higiene bucal debe hacerse al menos dos veces al día (una obligatoriamente por la noche), limpiando las piezas dentales, lengua, mejillas y paladar con el fin de evitar la caries en los dientes de leche.
Cómo se usa el dedal para bebé
El cepillo de dedo es muy sencillo de utilizar: solo hay que meterlo en tu dedo bien limpio, y con el lado “cepillo” podrás realizar una limpieza suave de los dientes del bebé, y con el lado “punteado”, masajear sus encías. Eso sí, siempre debe estar mojado; así no dañarás su boca.
A principio, úsalo una vez al día, hasta que se haga al dedal de silicona. Para esas primeras ocasiones, no te esmeres en la limpieza. Lo importante es que su boca, lengua y encías se adapten al nuevo cepillo. Empieza con movimientos circulares empezando desde atrás hacia adelante y deja la lengua para cuando se haya acostumbrado.
¿Cómo limpiar y conservar los dedales de silicona para bebés? Se lavan a mano con agua tibia, aunque algunos, según indican sus fabricantes, se pueden meter en el lavavajillas. Se pueden esterilizar en agua hirviendo y se recomienda sustituirlos cada tres meses. Por lo general, estos dedales vienen en una caja o estuche para guardarlos bien secos, limpios y ordenados, a salvo de polvo y suciedad.