La diarrea es la disminución de la consistencia de las heces, en general acompañada por un aumento en la frecuencia de las deposiciones. En los bebés criados al pecho (que ya hacen normalmente unas deposiciones desligadas y frecuentes), la diarrea se reconoce por la variación respecto a lo que era habitual en ellos: por ejemplo, cuando aumenta el volumen de líquido que contienen las heces y se ensucia más de un pañal por toma.
La diarrea puede ser a la vez un síntoma, un mecanismo defensivo y un problema:
- Un síntoma, ya que si las deposiciones se vuelven más líquidas de lo habitual, es porque algo anormal está sucediendo en el tubo digestivo del bebé
- Un mecanismo defensivo, cuando la propia diarrea sirve para eliminar los microbios o alimentos en mal estado responsables del problema
- Un problema, porque la pérdida de líquidos y minerales puede ocasionar una deshidratación.
Más allá de algunas raras enfermedades y de la alergia a la proteína de leche de vaca, las diarreas en los bebés se deben en su inmensa mayoría a gastroenteritis, que en los primeros meses de vida, tampoco son muy frecuentes. La gastroenteritis es la inflamación del estómago y del intestino («enteros» = intestino). Se manifiesta por vómitos y diarrea, y predomina lo uno o lo otro según sea la parte del tubo digestivo más afectada. En su mayoría son causadas por virus, entre los que destaca el rotavirus, que también ocasiona fiebre y signos catarrales.
El tratamiento de las gastroenteritis agudas no persigue acabar con la diarrea, pues esta cumple una función defensiva (similar a la que tiene la tos en las bronquitis), sino evitar la deshidratación del bebé y alimentarle lo mejor posible mientras dure el proceso, que el propio organismo resolverá en pocos días. De este modo:
- El agua de arroz o de zanahoria, que se usaban de manera tradicional en los niños con diarrea, han sido sustituidas por unos sueros compuestos por agua, glucosa y sales minerales semejantes a los que se utilizan en los hospitales para administración endovenosa, que vienen ya listos o en unos sobres para preparar.
- Si el bebé está con lactancia materna, se le debe seguir ofreciendo el pecho y, además (o, a cambio, si lo rechaza), el suero que acepte.
- Si se le cría con biberones, el pediatra puede recomendar sustituir o complementar la leche con suero, y es posible que recete una leche especial.
- Cuando además de diarrea tiene vómitos, se debe intentar que vaya reteniendo la mayor cantidad posible de suero. Para ello, no hay que dejar que tome mucha cantidad de una vez, sino ofrecerle poco pero a menudo. Para empezar, puede tener suficiente con una cucharadita de 5 ml cada 5 minutos y, si la tolera, al cabo de una hora, probar 10 ml cada 10 minutos, luego 30 cada media hora, etc. Pero si los vómitos no cesan y el niño parece somnoliento (o, por el contrario, muy irritable) debe acudirse sin demora al hospital.
Signos de deshidratación
Leve:
- Ojos poco brillantes
- Boca seca
- Disminución de orina
Moderada:
- Ojos hundidos
- Somnolencia o irritabilidad
- Pérdida de turgencia cutánea
Grave:
- Depresión de la fontanela
- Ausencia de orina
- Coma