La donación y el implante de ovocitos es un procedimiento que permite que las mujeres con problemas graves de fertilidad puedan quedarse embarazadas y ser madres. Para ello, se apela a la donación de óvulos por parte de otras mujeres, que deben cumplir una serie de requisitos. Tras este proceso, se realiza la fecundación de los óvulos en el laboratorio y se implanta el cigoto en el útero materno.
Es la técnica de reproducción asistida que más altas tasas de éxito registra: la efectividad oscila entre el 50% y el 60%. El éxito de los implantes depende, en su mayoría, de la calidad del óvulo. Debido a esto, las mujeres mayores de 40 años que reciben donaciones de óvulos multiplican por siete sus posibilidades de quedar embarazadas.
Las mujeres mayores de 40 años que reciben donaciones de óvulos multiplican por siete sus posibilidades de quedar embarazadas
La legislación española garantiza el anonimato tanto de la donante como de la receptora del ovocito. Quien lo recibe solo podrá conocer la edad y el grupo sanguíneo de la mujer que lo ha donado y, si bien establece que no se debe pagar a las donantes de óvulos -lo mismo que a los donantes de esperma-, las clínicas e instituciones dedicadas al tema sí realizan un aporte económico (en general, entre 600 y 900 euros) a las donantes en concepto de «compensación» por los traslados y las molestias ocasionadas.
El tratamiento de ovodonación es costoso: en general, los precios más bajos rondan los 6.000 euros. Un dato positivo (que puede ayudar a bajar los costes generales, pero no reduce el del tratamiento) es que las mujeres que se someten a un proceso de fertilidad pueden donar después de un ciclo exitoso los óvulos que no usen.
El retraso de la búsqueda del embarazo, el principal motivo
Cada vez se realizan más donaciones de ovocitos. La causa la detalla el doctor Isidoro Bruna, jefe de la Unidad de Medicina de la Reproducción del Hospital Universitario Montepríncipe de Madrid: «El terrible problema que tenemos en España en relación con la fertilidad es que se ha ido retrasando de forma espectacular la edad del embarazo. En este momento, la edad promedio de las mujeres que tienen su primer hijo es de 31,9 años. Al haberse incorporado al mundo laboral, cuando pueden y están en disposición de buscar un hijo, su eficiencia reproductiva ya no está en el mejor momento».
Según este experto, lo idóneo sería que la mujer se quedase embarazada entre los 18 y los 22 años, «a lo sumo a los 25». No obstante, la edad media de las mujeres que acuden a la unidad de reproducción en España oscila entre 35 y 36 años, «con un alto porcentaje por encima de los 40». El resultado es que la eficacia de los intentos con ovocitos propios, incluso a través de técnicas de fecundación asistida, es muy baja. «Y a partir de los 42 o 43 años es absolutamente esporádica», apunta el especialista. Por lo tanto, la donación de ovocitos resulta, en muchos casos, la única posibilidad.
Las mujeres que pueden formar parte del programa de donación ovocitaria se clasifican, según el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), en cuatro grupos:
- Mujeres con fallo ovárico sin menstruaciones espontáneas, ya sea por menopausia, fallo ovárico precoz o cirugía ovárica. La institución explica que se puede hablar de “fallo ovárico primario cuando la menstruación no se llega a producir en la pubertad” y de “fallo ovárico prematuro, cuando la ausencia de función ovárica se produce antes de los 40 años, con menstruaciones que comienzan a ser irregulares hasta que terminan por desaparecer”. Estos problemas pueden deberse a causas hereditarias, haber sufrido procesos infecciosos, haber estado sometida a quimioterapia o radioterapia, etc.
- Mujeres con función ovárica que no puedan utilizar sus propios ovocitos, debido a que sean de baja calidad o a que sufran enfermedades hereditarias transmisibles a la descendencia que no puedan detectarse por técnicas de Diagnóstico Genético Preimplantacional. Por tal motivo, se debe “realizar un consejo preconcepcional para dilucidar las posibilidades de transmisión a la descendencia, de enfermedades autosómicas, cromosómicas o aquellas ligadas al sexo, como puede ser la hemofilia”.
- Mujeres con fallos repetidos en fecundación in vitro (FIV), es decir, que no responden a la estimulación ovárica (técnica que provoca la ovulación en mujeres que no producen óvulos en sus ciclos y que aumenta el número de óvulos en mujeres que se someten a tratamientos de reproducción asistida) o que ha sufrido procesos infructuosos de microinyección espermática (ICSI) o de implantación de embriones.
- Mujeres con ovarios inaccesibles para la obtención de ovocitos, que hayan sufrido abortos de repetición, registren alteraciones cromosómicas (en ellas o en sus embriones) o sean mayores de 40 años con muy reducidas probabilidades de gestación o alto riesgo de que el bebé tenga Síndrome de Down.
Las donantes de óvulos -al igual que los donantes de esperma-, según lo establece la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción asistida, “deberán tener más de 18 años, buen estado de salud psicofísica y plena capacidad de obrar”. El texto añade que “su estado psicofísico deberá cumplir las exigencias de un protocolo obligatorio de estudio de los donantes, que incluirá sus características fenotípicas y psicológicas, así como las condiciones clínicas y determinaciones analíticas necesarias para demostrar (…) que las donantes no padecen enfermedades infecciosas transmisibles a la descendencia”.
La legislación también determina que las donantes no pueden tener más de 35 años de edad, que “los centros autorizados y el Registro Nacional adoptarán las medidas oportunas y velarán para que de un mismo donante no nazcan más de seis hijos” y que la donante tenga “la máxima similitud fenotípica e inmunológica y las máximas posibilidades de compatibilidad con la mujer receptora y su entorno familiar”.
Además de esos requisitos, las mujeres que pretendan donar óvulos deben contar con un aparato reproductor normal, un historial de fertilidad previa o adecuada respuesta al tratamiento de estimulación ovárica y no pueden ser adoptadas, ya que es importante conocer la historia clínica de sus progenitores.
Por supuesto, la donación de óvulos no compromete la futura fertilidad de la donante en absoluto. El procedimiento es simple: después de un periodo de estimulación ovárica -que la donante realiza en su casa por medio de inyecciones subcutáneas y que puede durar entre 12 días y un mes-, los óvulos se extraen por vía vaginal, con anestesia local o general suave. Tras un tiempo de recuperación (puede extenderse, como máximo, a una hora de duración), la mujer retoma su vida normal.