Muchas parejas, después de unos meses de buscar “quedarse embarazadas” y no lograrlo, empiezan a ponerse nerviosas. Surgen miedos, dudas, a veces discusiones e, incluso, sentimientos de culpa. Para lograr la gestación del futuro bebé, lo aconsejable es, sin embargo, todo lo contario: mantener la calma. Para ello, la comunicación en la pareja es esencial. Ambos deben entender que un año es el plazo normal para lograr un embarazo, además de conocer los efectos negativos del estrés, así como la importancia que tiene el deseo de ser padres y de “hacer espacio” para la llegada de un bebé.
Un año es el plazo normal para lograr un embarazo
Desde el momento en el que una pareja decide tener un bebé, el lapso que se considera «normal» para lograr un embarazo es de un año. Según el Instituto Madrileño de Fertilidad, «alrededor de un 85% de las parejas jóvenes y sanas que tienen relaciones frecuentes, sin usar métodos anticonceptivos, lograrán un embarazo en el plazo de un año». El 93% de ellas lo conseguiría si se aumentara el tiempo hasta los dos años. Es importante conocer estos datos para no perder la calma.
Solo después de buscar el embarazo durante un año y no conseguirlo, llegará el momento de consultar a un especialista, que determinará si existe algún problema, físico o biológico, que pueda dificultar la fecundación. Hay una excepción: las parejas cuyos miembros (sobre todo las mujeres) sean mayores de 35 años. En estos casos, la consulta con el especialista debe realizarse seis meses tras intentar, sin éxito, que ella quede embarazada. En estos casos, el tiempo puede ser un factor clave para lograr la ansiada gestación.
Deseos reales de tener un hijo
El deseo de tener un bebé puede no ser genuino, sino consecuencia de presiones sociales que no siempre se reconocen
Pero, ¿qué sucede con las parejas en las que no se detecta ningún problema físico ni ninguna patología y que, sin embargo, no consiguen el embarazo que desean? «Si la mujer es fértil y el hombre también, si este no tiene ningún problema relacionado con sus espermatozoides y está, además, en una edad fértil, entonces el problema puede ir un poco más allá de los estudios y aparatos de última tecnología», apunta Gabriella Bianco, psicoterapeuta perinatal (la rama de la psicología que trata los temas relacionados con el embarazo, el parto y la primera crianza). En esos casos, la propuesta de la especialista es «investigar un poquito más» y averiguar si los anhelos por la paternidad son reales.
Ese deseo de ser padre o madre, en muchas ocasiones, puede no ser genuino, sino una consecuencia de ciertas presiones sociales, de las que no siempre se es consciente. No resultan extraños pensamientos del tipo «después de cierto tiempo casados, o al aproximarse a cierta edad, ‘toca’ tener un hijo». En otras ocasiones, es el propio entorno familiar o de amigos el que presiona: padres que insisten en ser abuelos, o amigas y compañeras de trabajo que se quedan embarazadas.
La presión por la paternidad no es infrecuente. En este sentido, la psicóloga perinatal Anainés Cazador destaca la importancia que tiene la comunicación con el compañero sentimental: «Hay muchos factores que pueden empujar a una pareja a decir ‘vamos a buscar un embarazo’, cuando, en realidad, alguno de los dos no siente deseos reales de tener un bebé».
El estrés, un problema para lograr el embarazo
Por otra parte, si una pareja anhela el embarazo pero, al no lograrlo, se pone nerviosa, puede entrar en un círculo vicioso. En muchos casos, también se producen peleas y discusiones; o aparecen sentimientos como el enfado e, incluso, la culpa. Conviene recordar que las personas no somos máquinas y que el estrés también ejerce un rol activo, y muy negativo, en esta cuestión.
«Un embarazo no es una cuestión de voluntad, no viene cuando nosotros queremos», afirma una experta
Las prisas, las tensiones y la falta de paciencia son solo algunos de los problemas que pueden aparecer en una pareja que se impacienta por no alcanzar la gestación. Si a ello se agregan otros desajustes, como una alimentación desequilibrada, la situación es aún más complicada. Bianco recuerda que no es una mera cuestión de voluntad: «Un embarazo no viene cuando nosotros queremos, sino cuando existen una serie de circustancias favorables que no siempre están bajo nuestro control».
De lo que se trata es de revertir ese círculo vicioso y convertirlo en virtuoso. La clave está en relajarse. Los tratamientos psicoterapéuticos con parejas que no pueden lograr el embarazo revisan el deseo de las dos partes, su relación, su sexualidad e, incluso, su alimentación y estilo de vida.
Hacer espacio para la llegada del bebé
Las expertas enfatizan en la necesidad de «hacer espacio» para la llegada de un hijo. «Hay que crear un vacío para que un bebé lo pueda ocupar», señala Bianco. «La mujer debe contactar con su útero y sentirlo como un lugar acogedor en el que la vida se pueda gestar», agrega.
Los especialistas incluso mencionan casos de parejas que, después de un tiempo largo de buscar el embarazo sin éxito, se resignan y comienzan el proceso para adoptar un bebé. En ese momento, cuando dejan atrás las presiones, de pronto, la mujer se queda embarazada. Conclusión: el objetivo central es, ante todo, mantener la calma.