Se considera normal que a los cinco o seis años los niños ya puedan dormir toda la noche sin pañales y sin mojar la cama. Pero cuando sufre de algún tipo de incontinencia, el pequeño se hace pis en la cama, y se considera que padece enuresis nocturna, que resulta más o menos grave en función de la periodicidad con que le ocurra. Este artículo describe este problema, brinda algunas cifras que hacen de este trastorno algo más frecuente de lo que parece y enumera cinco maneras de ayudar al niño a que deje de mojar la cama.
El niño se hace pis en la cama, ¿cuándo es un problema?
El proceso por el cual los niños aprenden a controlar su cuerpo y usar el baño tiene varios pasos. El último, por lo general, es el de dormir sin pañales y sin hacerse pis en la cama. ¿Cuál es la edad normal a partir de la cual los pequeños deberían alcanzar ya esta etapa? Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), es a los cinco años de edad, o a los seis, en el caso de los varones.
La mayoría de los niños de hasta 8 o 9 años que mojan la cama menos de tres veces por semana tienden a la curación espontánea
El problema de los menores que alcanzan estas edades y padecen incontinencias urinarias durante el sueño se denomina enuresis nocturna. De acuerdo con Luis Miguel Rodríguez Fernández y Salvador Gracia Manzano, expertos de la AEPED y autores de ‘Diagnóstico y tratamiento de la enuresis nocturna‘, no hay un consenso sobre cuándo mojar la cama debe ser considerado un problema, aunque lo más aceptado es cuando ocurre al menos cuatro veces al mes.
Niños que mojan la cama: más frecuente de lo que parece
«La enuresis nocturna es un trastorno más frecuente de lo percibido por los pediatras», advierte la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Las cifras de la prevalencia varían de acuerdo a los criterios que se tomen en cuenta para el diagnóstico, pero según esta asociación médica, padecen enuresis nocturna entre el 10% y el 13% de los niños de seis años y entre el 6% y el 8% a la edad de 10, unas cantidades nada despreciables.
¿Es este un problema que merece tratamiento? Los expertos Isabel Úbeda Sansano y Roberto Martínez García dan algunas pistas. La mayoría de los menores de nueve años que mojan la cama menos de tres veces por semana tienden a la curación espontánea. En los casos de niños que se hacen pis con una frecuencia mayor -o los mayores de esta edad-, lo mejor es acudir al especialista, porque no tienden a curarse solos.
Ayudar al niño que moja la cama
A continuación se enumeran cinco maneras de ayudar al pequeño a superar este trastorno, recomendadas por los especialistas.
1. No reñir al niño ni enfadarse con él.
La enuresis nocturna es un problema por completo involuntario, por lo cual se debe evitar mostrar enfado hacia el niño o reprenderlo, y mucho más aún aplicarle castigos o ridiculizarlo delante de otras personas. Esto, además de dañar su autoestima y propiciar que sea tímido y retraído, podría tener un efecto contrario y agravar el problema.
Si bien este consejo puede parecer anacrónico, en una encuesta publicada en 2004, citada en la guía de la AEPap, todavía el 14% de los padres consideraba que debía castigar al hijo que mojaba la cama.
2. Acostumbrarle a que beba menos en las últimas horas del día.
Es clave evitar que beba demasiado durante las últimas horas antes de acostarse, ya que esto favorece la producción de orina durante la noche. En particular se debe dejar de tomar las infusiones y refrescos con cafeína, ya que, además de ser posibles causantes de problemas para el sueño, también aceleran la producción de orina.
Pero tampoco se debería poner en riesgo la buena hidratación del niño, que para compensar tendría que beber mayor cantidad de líquidos durante el resto del día.
3. No hacer que use pañales.
Para la enuresis nocturna, los pañales funcionan como esos medicamentos que alivian los síntomas, pero no acaban con la enfermedad. Más aún, pueden resultar contraproducentes, ya que el pequeño no se da cuenta de que se ha mojado y esto le impide tomar mayor consciencia del problema.
Lo que sugieren los especialistas es dejar una muda de ropa y un juego de sábanas limpias a mano, para que el niño se pueda cambiar después de despertarse. También se puede utilizar una funda de plástico u otro material impermeable para el colchón, para que sea más fácil de limpiar y seguir durmiendo allí, además de impedir que se impregnen malos olores.
4. Felicitar por las noches secas y establecer recompensas.
No se debe reñir ni enfadarse con el menor, pero sí darle la enhorabuena cuando se mantiene seco. Esto también refuerza su confianza en sí mismo y es un elemento importante en el camino para que deje de padecer este problema.
Se pueden usar tablas de puntos, calendarios en los que se marquen con distintos colores los días secos y aquellos en que sí se haga pis, etc. Y luego se pueden establecer recompensas por el logro de objetivos (semanas sin mojar la cama, días consecutivos, etc.): poder ver más tiempo la televisión o utilizar el ordenador, actividades compartidas, una visita a un sitio especial, etc.
5. Emplear alarmas para enuresis.
Las alarmas para enuresis son dispositivos que se conectan a la zona pélvica del pequeño y emiten una fuerte señal sonora para despertarle en cuanto ha comenzado a orinar. El objetivo es que el menor aprenda a reconocer el vaciado inminente de la vejiga y se levante al baño.
Sin embargo, una investigación realizada en Escocia demostró que el uso de estas alarmas también tiene como consecuencia el aumento de la capacidad de la vejiga. Pero, según la AEPED, «las intervenciones con alarmas son un tratamiento efectivo para el tratamiento de la enuresis nocturna en los niños».