Los miedos infantiles son normales, habituales y hasta saludables, en su justa medida. Además, cambian con la edad, explican los expertos. Sin embargo, no es extraño que el niño padezca ansiedad por su temor excesivo a la oscuridad, por su pánico a los ruidos o a los seres imaginarios. Entonces, ¿qué hacer para ayudar a los niños a vencer su pánico? En este artículo se ofrecen las claves.
¿Por qué tiene miedo el niño?
Los temores de los niños son normales. Esta es la primera premisa a la que deben atender los padres que observan cómo determinadas provocan temor o ansiedad en los niños.
«El miedo del niño está relacionado con el estado normal de dependencia de los adultos con el que nace», concluye la Asociación para la Salud Mental Infantil en ‘Los miedos infantiles en la literatura para niños‘, Según estos especialistas, los miedos tienen una función evolutiva conectada con la «necesidad de preservar la vida y la supervivencia».
Por este motivo, a medida que el niño crece y adquiere mayor autonomía, los miedos evolucionan y los temores infantiles tienden a desaparecer en la adolescencia.
Los padres demasiado temerosos pueden contagiar este miedo excesivo a sus hijos
Bonifacio Sandín, director del departamento de Psicología de la Personalidad de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) apunta distintos factores personales, culturales y hasta de conducta que influyen en los miedos infantiles.
Los hijos de padres miedosos o que padezcan trastornos de ansiedad serán más temerosos, explica Sandín. Además, los niños más sensibles son más propensos a sentir miedo.
Emitir una información negativa al niño sobre alguna situación o estímulo concreto también puede ser una posible fuente de temor en el menor. Y, en otras ocasiones, el miedo puede deberse a condicionamientos derivados del aprendizaje directo (quemarse, mordedura de un perro, perderse…), que provoca el temor a que se repita de nuevo la experiencia.
Los niños tienen miedos que cambian con la edad
El miedo a la oscuridad es un temor frecuente en niños menores de seis años
El miedo infantil, sin embargo, cambia a medida que el pequeño cumple años. «El menor experimenta distintos miedos a lo largo de su vida, que cambiarán con la edad«, asegura el psicólogo Francisco Xavier Méndez, profesor de la Universidad de Murcia y autor de ‘Miedos y temores en la infancia: ayudar a los niños a superarlos’ (Pirámide, 2005),
Méndez señala cuáles son los miedos infantiles más frecuentes, según la edad de los niños.
Miedos al ruido durante el primer año. Los miedos más comunes hasta el año están relacionados con estímulos intensos o extraños, como los ruidos fuertes e inesperados o personas desconocidas.
Hasta los seis años, miedo a la oscuridad. Los niños en esta etapa padecen temores más específicos. Entre ellos, miedo a ciertos animales, temor a las tormentas, la oscuridad, los seres fantásticos, las catástrofes y a separarse de sus padres.
Miedo a la muerte, a partir de los seis años. A medida que desaparecen los miedos anteriores, como consecuencia del desarrollo cognitivo del niño, aparecen otros nuevos. Entre ellos, pavor a la muerte, al daño físico, las enfermedades y los accidentes,
Más adelante aparecerá el temor o inseguridad relacionado con las situaciones sociales, como el miedo al ridículo, al fracaso o a las desavenencias entre los progenitores.
Miedos infantiles, ¿cómo ayudar al niño a superarlos?
Para ayudar a los hijos a superar sus miedos, los especialistas recomiendan evitar la sobreprotección. Además, hay que huir de conductas como resaltar su cobardía ante un temor, ridiculizarle o burlarse, ya que el niño puede sentirse culpable.
Otra pauta que no funciona, advierten los expertos, es forzar al menor a enfrentarse a su temor de forma drástica. Mejor es hacerlo de un modo paulatino.
Una actitud serena y dialogante, que permita delimitar de forma clara y concisa la causa del miedo, ayudará al niño a enfrentarse a su temor. Además, conviene proporcionar al menor un entorno y unas condiciones más favorables, según la ansiedad que afecte al pequeño.
Estas son algunas de las sugerencias más destacadas para que el niño afronte sus miedos.
Miedo a la oscuridad en niños: crear un ambiente agradable y sereno en el momento de ir a dormir y evitar los juegos excitantes.
La luz se debe suprimir de forma progresiva, primero con una lámpara encendida en la mesilla y después con un pequeño piloto o la luz del pasillo, hasta eliminarla por completo cuando haya superado su miedo.
Miedo a los animales: informarle de los peligros que tiene acercarse a un animal desconocido, pero no crear alarma para intensificar su temor. Conviene leer cuentos con el niño cuyos protagonistas sean los animales que teme, ayudarle a que se acerque primero a los cachorros para mitigar su miedo y reducir, poco a poco, las distancias con los animales adultos.
Miedo a las tormentas en niños: es importante dejar al menor que observe la lluvia y contarle cómo funcionan los fenómenos meteorológicos.
Otras pautas son jugar a contar los truenos y calcular el tiempo entre estos y los relámpagos.
Miedo a los seres fantásticos. El temor a los personajes imaginarios puede ser trabajado si se ayuda al niño a reconocerlos como productos de su mundo interno.
El pequeño debe entender que no suponen ningún peligro para su vida. Además, hay que supervisar la programación televisiva y procurar que no vea películas ni series que contengan imágenes o situaciones fantásticas que no puedan reconocer como irreales.