Uno de cada cuatro bebés en España nace por cesárea. Para superar el miedo al parto por esta técnica, conviene conocer todo el proceso de la intervención quirúrgica. Este artículo explica, paso a paso, cómo es una cesárea, desde los necesarios preparativos, la llegada al hospital o el nacimiento del bebé, hasta la cura de las heridas tras la operación.
El 25,2% de los partos en España se producen por cesárea, señalan las estadísticas del Sistema Nacional de Salud. Este pocentaje supera con creces las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se fijan entre el 10 y 15%.
La preparación y conocer cómo funciona el proceso ayudan a afrontar el miedo a esta intervención. En algunos casos, prepararse no será posible. Ocurre si la cesárea se hace de forma urgente, cuando existe una grave amenaza para la salud de la madre o del bebé, una vez ya iniciado el parto. Sin embargo, en otras ocasiones, se sabe con horas, días e incluso meses de antelación. En estos casos, es muy útil conocer, paso a paso, cómo es el parto por cesárea.
1. Los preparativos para la cesárea
Enfrentarse a una cesárea ya prevista no es fácil. En ocasiones, la mujer se siente frustrada por no poder traer al mundo a sus hijos de forma natural.
Antes de la cesárea, hay que consultar todas las dudas con el médico
Pero al menos, la programación del nacimiento puede facilitar la preparación para el parto con calma y dejar todo a punto antes de la intervención, que la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomienda que no se realice antes de la semana número 39 del embarazo.
Una vez que se planifica la cesárea, es conveniente consultar con el especialista que sigue la gestación todas las dudas que puedan surgir.
2. La llegada al hospital
Por fin llega el día. El especialista recomendará a la futura madre ayunar al menos seis horas antes de la intervención y no ingerir líquidos durante las dos horas previas a la cesárea.
Después del ingreso, se asigna a la mujer una habitación en la que se preparará para la operación. Allí, lo más frecuente es que el personal sanitario coloque en uno de sus brazos una sonda intravenosa, para introducir a través de ella los líquidos y medicamentos necesarios. También se realiza un rasurado de la zona alta del pubis, en la que se practicará la incisión. La gestante debe desprenderse de cualquier joya que lleve encima (pulseras, collares, pendientes o anillos) y eliminar de sus uñas cualquier resto de esmalte.
A la hora indicada, la embarazada es trasladada al quirófano en el que se realizará la cesárea. Estos momentos previos a la cirugía pueden alargarse por imprevistos en el centro hospitalario. Por eso, es recomendable que la mujer se mantenga relajada y limite el número de acompañantes en la habitación para evitar tensiones de última hora.
3. En el quirófano
Una vez que la gestante es trasladada al quirófano, es el momento de la anestesia. En general, se opta por la anestesia raquídea, un fármaco que se administra en una dosis única y que actúa de forma inmediata para insensibilizar la mitad inferior del cuerpo.
El efecto de la anestesia es muy rápido y no causas demasiadas molestias
La punción con la anestesia se realiza en la zona lumbar, en la parte inferior de la columna vertebral. Aunque puede sentirse y hasta doler un poco cuando se produce el pinchazo, su efecto es muy rápido y no causas molestias destacables.
Después, se coloca una sonda vesical para recoger la orina y se traslada a la gestante a la mesa de operaciones.
4. Nace el bebé
La salida del bebé es casi el proceso más corto de la cesárea
El parto es casi el proceso más corto de la intervención por cesárea: en unos cinco o diez minutos, el bebé es extraído del útero materno.
Antes, el especialista habrá realizado una apertura de unos 15 o 20 centímetros en la parte alta del pubis y, después, una incisión en el útero. Por allí sale, con ayuda de los doctores, el niño.
En algunos casos, son necesarios instrumentos como el fórceps o ventosas para sacarlo del vientre materno. También es posible precisar la intervención de un ayudante o matrona, que presione sobre la parte alta del abdomen para bajar al pequeño hacia la apertura uterina.
La mujer no suele sentir dolor, pero sí nota la presión y el momento en el que su hijo sale por fin al exterior.
5. Curar las heridas tras el parto
El bebé ha nacido, pero la intervención no ha terminado. Es turno para la parte más larga del proceso, que dura entre 30 y 40 minutos: la sutura de las heridas.
En primer lugar, se extrae la placenta. Después el especialista cierra las incisiones, tanto las internas (la pared del útero), como las externas (zona abdominal). Esta última se puede cerrar con grapas o con puntos sueltos.
6. Reponerse de la cesárea
Una vez terminada la intervención, la madre es trasladada a la sala de reanimación. Aquí permanece hasta que desaparezcan los efectos de la anestesia: alrededor de una hora.
Algunos hospitales han puesto en marcha protocolos de humanización del parto, que permiten, entre otras medidas, estar acompañada por el recién nacido durante la reanimación.
7. El postoperatorio
De vuelta a su habitación, la madre podrá disfrutar de su hijo. Sin embargo, el gotero y la sonda de la vejiga no se retiran hasta unas diez horas después.
Cuando pasan los efectos de la anestesia, es probable sentir un dolor más o menos intenso en el lugar de la cirugía. Estas molestias suelen minimizarse con un analgésico o calmante (siempre que sean compatibles con la lactancia).
8. Recuperarse del parto por cesárea
Entre ocho y doce horas después de la operación, la madre podrá tomar los primeros líquidos e iniciar una dieta progresiva primero blanda y después más sólida.
La recuperación de la cesárea, sin embargo, depende de cada mujer. Pero la estancia media en el hospital es de unos cinco o seis días, según los datos del Ministerio de Sanidad.