El embarazo es un periodo particular en todos los ámbitos de la vida, y las relaciones sexuales, por supuesto, no quedan fuera de esta cuestión. Para algunas parejas, aunque los cambios hormonales pueden reducir el deseo en la mujer durante el primer trimestre y el tamaño de la tripa puede causar alguna complicación en los últimos meses, en esta etapa aumenta el placer y el sexo es el mejor de sus vidas. A continuación se explican las principales características de las relaciones sexuales en cada trimestre del embarazo.
Sexo en el primer trimestre del embarazo
El primer trimestre del embarazo se caracteriza por presentar en la futura madre ciertos síntomas, que son producto de los cambios hormonales que experimenta su cuerpo. No siempre se desarrollan todos, pero, en general sí varios de ellos. Algunos de los más comunes son mareos, náuseas, vómitos, hinchazón e hipersensibilidad en los senos y mayor cansancio. Estos factores, a menudo, no favorecen el deseo sexual.
Otro aspecto que en esta etapa puede reducir el deseo, incluso de manera inconsciente, es el miedo a hacer daño al bebé. Este es un temor más común en los hombres que en las mujeres. Sin embargo, los especialistas están de acuerdo en que, salvo en gestaciones de riesgo, el sexo durante este tiempo es seguro para el bebé. Más aún en los primeros meses, cuando la tripa de la mujer todavía no ha aumentado su tamaño.
Sin embargo, hay elementos de este periodo que pueden generar el efecto contrario: hacer las relaciones más placenteras y aumentar el disfrute. Uno de ellos es la total ausencia de preocupaciones en relación con la anticoncepción. Otro, la liberación que el embarazo puede representar para parejas que vienen de un tiempo en que, en el momento de las relaciones sexuales, tenía más importancia el propósito de concebir que el propio placer. Después de priorizar el sexo en los días de mayor fertilidad y las posturas que supuestamente favorecen la fecundación, haberse preocupado por no lograr quedarse en estado después de un cierto lapso, etc., ahora pueden gozar de nuevo de sus encuentros de una manera plena.
«Las relaciones sexuales en este periodo afianzan el vínculo en la pareja«, señala Lydia Luque, presidenta de la Asociación Sexológica Sexcuela. La mayor sensibilidad de la mujer, derivada de los cambios hormonales que padece, hace que «necesite sentirse deseada». En tal situación, las relaciones sexuales desempeñan un papel central.
Sexo en el segundo trimestre del embarazo
El segundo trimestre de la gestación es, para muchas parejas, el de más placer a nivel sexual. A la ya citada falta de necesidad de métodos anticonceptivos, se suma el hecho de que los síntomas menos agradables (mareos, náuseas, etc.) ya han desaparecido. Para algunas mujeres, el embarazo aumenta el placer sexual, debido a que «la mayor irrigación sanguínea hace que, en ciertos casos, las zonas genitales estén un poco más dilatadas». Así lo explica Francisca Molero, vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS). Para algunas parejas, las relaciones sexuales durante esta etapa pueden ser las mejores de sus vidas.
Por otra parte, esa misma dilatación incrementa las probabilidades de que, tras el coito, las mujeres tengan pequeños sangrados, ya que los vasos sanguíneos quedan expuestos a roturas. Esto no debe ser motivo de preocupación, si no hay dolores, calambres ni ningún otro síntoma extraño. De todos modos, Molero recomienda acudir al especialista lo antes posible, para descartar riesgos, y evitar las relaciones con penetración hasta después de la consulta.
Otra característica de esta etapa es la producción de una mayor cantidad de secreciones vaginales, que son beneficiosas en el caso de mujeres que hayan sufrido problemas de lubricación o estrechez vaginal.
Sexo en el tercer trimestre del embarazo
Los últimos meses son especiales también en relación con el sexo. La tripa de la mujer adquiere un tamaño considerable y obliga a las parejas a buscar posiciones específicas para sus encuentros: aquellas en las que no se ejerza presión sobre el vientre ni resulten incómodas para ella. Esto puede dar creatividad y originalidad a las relaciones y hacerlas más divertidas.
Muchos hombres tienen, además, la fantasía de tener sexo con una mujer embarazada. Las nuevas curvas o el aumento del tamaño de los pechos de su pareja pueden generar en los hombres un incremento del deseo que haga de estos meses, también en este sentido, una época muy placentera para él.
Una ventaja de la gestación es que ejercita y fortalece los músculos de la vagina, lo cual sirve como preparación para el momento de dar a luz. Los expertos coinciden en que las relaciones sexuales de la mujer resultan beneficiosas también para el bebé, por varias razones. Por un lado, el balanceo durante el acto sexual le resulta agradable, así como las contracciones del útero durante el orgasmo. Por otro, la mayor irrigación sanguínea que se produce en el coito le hace llegar más oxígeno. Y después del sexo, el niño compartirá con su madre la sensación de tranquilidad y satisfacción.
En este último tramo, el acto sexual puede contribuir a desencadenar el parto. Esto hace que los especialistas desaconsejen las relaciones durante esta etapa en los embarazos con riesgo de nacimiento prematuro.
Hay que tener en cuenta que las relaciones sexuales no se limitan al coito. Los besos, abrazos, masajes sensuales, los juguetes eróticos, la masturbación y el sexo oral son otras maneras de vivir la sexualidad. Esto es importante para las parejas con embarazos de riesgo u otras situaciones que desaconsejen las relaciones con penetración. En estos casos, estas variantes y una buena comunicación son claves para el bienestar de la pareja.