“Cargar” con un embarazo avanzado en plena época estival es un reto al que deben enfrentarse muchas gestantes, puesto que a las incomodidades propias de su estado, se une el mayor contratiempo de los meses de verano: el calor. Para minimizar los desagradables efectos que las altas temperaturas pueden provocar en las embarazadas y lograr superar, asimismo, el último tramo de la gestación en óptimas condiciones, es aconsejable adoptar diferentes pautas y rutinas. Tener en cuenta los riesgos que supone el calor para las gestantes y considerar ciertos consejos respecto de los baños en el mar y la piscina son algunas de las claves.
Los riesgos del calor
Embarazo y verano. La combinación de estos dos términos representa una dura batalla para las mujeres que deben afrontar el tramo final de su gestación durante los meses estivales, ya que tienen que superar los efectos propios del calor que caracteriza a esta época del año (sudor, cansancio o agotamiento) que se acrecientan aun más en su condición de embarazadas.
Pero no solo eso. Las gestantes también se arriesgan a sufrir deshidratación, taquicardia o fallo circulatorio por las altas temperaturas, tal como señala la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Por este motivo, es importante que la embarazada adopte determinadas pautas durante el verano que le eviten tener que exponerse a riesgos innecesarios y que le permitan, asimismo, disfrutar de los aspectos positivos de esta época del año.
Cinco claves para el verano
1. Hidratarse: según apunta el Observatorio Hidratación y Salud, las mujeres necesitan beber de media 2,2 litros diarios para mantener su cuerpo hidratado. Durante la gestación, sin embargo, se debe beber más de lo habitual, sobre todo cuando las temperaturas son elevadas. Agua, zumos y refrescos son idóneos para hidratarse en el verano. Una buena idea es llevar siempre consigo una pequeña botella de agua y renovarla de forma permanente.
La gestante es más propensa que otras mujeres a desarrollar melasmas o manchas en la piel
2. Vestirse de forma adecuada: para no elevar más la temperatura corporal cuando el calor es excesivo, es recomendable utilizar ropa ligera y holgada que facilite la transpiración. El calzado debe ser también cómodo, que no oprima ni dificulte la circulación y, si es posible, abierto.
3. Cuidado con el sol: la gestante es más propensa que otras mujeres a desarrollar melasmas (manchas en la piel). Por eso es importante que evite la exposición solar directa, utilice filtros solares de factor elevado y proteja sobre todo su rostro de los rayos solares, con gorros o sombreros.
4. Modificar los hábitos: para mantenerse a una temperatura adecuada durante todo el día es esencial cambiar algunos de los hábitos cotidianos. Una propuesta es intentar realizar las salidas al exterior o bien a primera, o bien a última hora del día, cuando el calor es menos intenso. También es recomendable ducharse con mayor frecuencia para refrescar el cuerpo y no secarse el pelo después de lavarlo para permanecer fresca durante más tiempo.
5. Adaptar la dieta: durante el verano, la embarazada debe seleccionar los alimentos que le aporten todos los nutrientes que necesita en su estado pero que, a su vez, le proporcionen la hidratación necesaria y eviten la sensación de pesadez que producen algunos platos «invernales». Frutas de temporada, verduras y hortalizas en ensalada y lácteos frescos son algunas de las mejores opciones.
Consejos para los baños en el mar y la piscina
Muchas mujeres creen que bañarse en el mar o en una piscina en las últimas semanas del embarazo conlleva el riesgo de contraer algún tipo de infección vaginal que afecte a la gestación. Sin embargo, los especialistas apuntan que los baños, ya sean en la playa o en la piscina, solo son peligrosos en el caso de que la mujer haya expulsado el tapón mucoso que protege el cuello uterino o que rompa aguas.
Esta duda se debe a que el desprendimiento del tapón mucoso que se puede producir, en general, durante las cuatro semanas previas al final de la gestación, no siempre es percibido por la mujer. De modo que, en ocasiones, el profesional que realiza el seguimiento del embarazo recomienda no bañarse durante ese periodo.
Por otra parte, las embarazadas deben tener en cuenta los siguientes consejos para evitar riesgos en sus baños veraniegos:
no bañarse en el mar si está muy revuelto o con grandes olas que pueden provocar caídas peligrosas o revolcones innecesarios.
se desaconseja por completo la práctica del buceo, ya que las inmersiones profundas pueden afectar seriamente a la salud del bebé.
evitar los deportes acuáticos que puedan implicar algún riesgo como surf, esquí acuático o windsurf; también los juegos de pelota y los saltos de trampolín.