Hemos pasado del confinamiento a lo que todo el mundo ha denominado “nueva normalidad”. Nos estamos preparando para una vuelta a las aulas con todas las garantías sanitarias, pero… ¿qué ocurre con el ocio de nuestros niños, niñas y adolescentes? ¿Cómo podemos crear espacios de recreación seguros para nuestros hijos e hijas? ¿Son seguras las colonias de verano? ¿Cuáles son sus beneficios? UNICEF Comité Español ha lanzado ‘Cuadernos para la acción local‘, una serie de medidas para construir entornos protectores de cuidado y ocio para la infancia y adolescencia en el postconfinamiento.
La situación de confinamiento generada por la pandemia de covid-19 ha trastocado las rutinas de la infancia y adolescencia, limitando sus derechos al juego y al ocio. Los datos previos a la pandemia ya eran alarmantes: en España, el 82 % de los niños y niñas de 0 a 12 años jugaban al aire libre menos del tiempo recomendado, según advertía el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y de Ocio. En los últimos meses, además, la infancia se ha visto obligada a cambiar los patios de juego y los espacios naturales por cuartos cerrados, luz artificial y un móvil o tableta. El “déficit de naturaleza”, sumado al estrés con el que viven muchos niños y niñas, y al uso excesivo de las pantallas, tienen efectos nocivos en la infancia.
Partiendo de esta situación, los próximos meses se presentan cargados de nuevos retos, como crear entornos seguros para el ocio infantil y juvenil durante el verano. El Gobierno Vasco ya ha detallado cómo serán las colonias infantiles, los udalekus, de este 2020. Entre las medidas adoptadas figura la limitación de participantes a un máximo del 60 % de la capacidad habitual, en espacios cerrados, pernoctaciones y comedores, y las actividades deportivas o artísticas se realizarán sin contacto y sin público. Además, la Dirección de Juventud ha abierto la inscripción de un curso online para formar hasta a un millar de monitores y monitoras en prevención de la covid-19.
En este contexto de pandemia, UNICEF Comité Español, a través de la iniciativa Ciudades Amigas de la Infancia, ha elaborado el informe ‘Cuadernos para la acción local‘, que incluye una batería de medidas para que los gobiernos autonómicos y locales ofrezcan entornos protectores de cuidado y ocio. La coordinación de todas las administraciones públicas es imprescindible para que se cumplan las condiciones sanitarias y se garanticen los derechos de la infancia y la adolescencia y su desarrollo pleno, sin que nadie quede atrás.
¿Qué es un entorno seguro para la infancia?
Es un espacio libre de violencia, en el que todas las personas se rigen por el respeto a los derechos humanos, existe un trato afectivo, y se vela por los intereses específicos de los niños, niñas y adolescentes. Se debe garantizar la protección infantil, promover la inclusión social y garantizar también el derecho al juego, algo esencial para el desarrollo afectivo, físico, intelectual y social de la infancia. Jugar ayuda a reducir desigualdades, fomenta la inclusión, y, en épocas de emergencias, aporta estabilidad y sentido de normalidad a los niños y niñas.
Sin embargo, venimos de una situación de confinamiento muy dura para la infancia. En la fase de desescalada ha aumentado el juego digital y se han limitado los espacios de juego e intercambio al aire libre. Tras un periodo tan largo, los niños y niñas necesitan jugar al aire libre e interactuar con sus pares; por lo tanto, los espacios se deben acondicionar para que cumplan las medidas sanitarias, velando por su derecho al ocio y su desarrollo pleno.
Además, un entorno seguro tiene que contar con su voz. El derecho a la participación infantil y adolescente debe garantizarse en cualquier circunstancia, también durante el confinamiento.
¿Cómo crear entornos seguros y protectores para la infancia tras la crisis sanitaria?
Imagen: Unicef
Las medidas que recogen los ‘Cuadernos para la acción local’ de UNICEF, abordan cuatro niveles para crear un entorno seguro y protector:
- A nivel físico, los espacios deben ser diseñados teniendo en cuenta las necesidades de la infancia, garantizando la seguridad sanitaria, el distanciamiento físico, la limpieza, la desinfección y la adopción de hábitos higiénicos. Esos pequeños cambios pueden preceder a otros como, por ejemplo, el diseño urbano y de ciudades con enfoque de infancia.
- A nivel emocional, hay que impedir que la distancia física suponga una distancia emocional. Podemos mantenerla siendo personas emocionalmente cálidas.
- A nivel humano, debe existir un equipo que actúe como garante de ese entorno que esté formado por adultos que de forma consciente garanticen los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Cuando hablamos de personas adultas conscientes, nos referimos a aquellas con capacidad para crear vínculos afectivos positivos desde el respeto y abordar los conflictos desde la disciplina positiva. Mantienen la conexión emocional con los niños, niñas y adolescentes, prestando atención a sus procesos emocionales y lo que puedan estar viviendo, ayudándoles a expresarlo e integrarlo.
- Por último, es fundamental la participación de niños, niñas y adolescentes, reconociendo su derecho a ser escuchados y a opinar en los temas que les afectan, tanto a nivel individual como colectivo, para que sean protagonistas y actores principales de sus vidas.
¿Por qué es bueno jugar?
Jugando, los niños y niñas, desarrollan la imaginación, la curiosidad, la sociabilidad y muchas otras aptitudes que los transformarán en futuros adultos. Sin embargo, esta práctica, cada vez se realiza menos; algunos estudios confirman que el juego ha disminuido a la mitad en todos los grupos de edad durante las últimas décadas. Por eso, es más imprescindible que nunca crear entornos seguros, para que la infancia no pierda espacios y tiempo de juego infantil.