La convivencia tiene sus propios peajes y en vacaciones llegan, a veces, el aburrimiento por pasar tanto tiempo juntos y la necesidad de volver a jugar con los amigos del cole. De este modo, los conflictos entre hermanos son frecuentes en muchos hogares. Las peleas, amenazas e, incluso, las agresiones físicas puede que se repitan más de lo habitual. Estas riñas son más comunes entre niños de 6 y 12 años de edad y suelen desaparecer con la adolescencia. Pero pueden frenarse. En este artículo se explica por qué se originan las disputas entre hermanos y cómo intervenir en ellas. También se detallan algunos trucos para resolver y olvidarse de las riñas entre hermanos en casa.
Cómo gestionar peleas entre hermanos paso a paso
«No paran de pelearse, están todo el día igual». Con esta sencilla frase describe Ana Pérez, madre de dos pequeños de seis y ocho años, los conflictos entre hermanos que se viven cada día en su hogar. Más aún durante las vacaciones, cuando pasan más tiempo juntos y tienen todo el día libre.
Pero ¿es esta una situación atípica? En absoluto. Los conflictos entre hermanos se pueden considerar algo natural, casi inherente a la condición fraternal. Los datos también lo confirman. Un estudio del sociólogo estadounidense David Finkelhor apunta que el 35 % de los niños y adolescentes había sido agredido por alguno de sus hermanos, y en el 40 % de los casos, de forma repetida. Según esta investigación, los ataques entre hermanos son más habituales entre los 6 y 12 años de edad y tiende a desaparecer a medida que se adentran en la adolescencia. Pero, si se repiten a menudo, es importante tener pautas para gestionarlos del mejor modo posible:
➡️ Intervenir en ocasiones puntuales
Ante una pelea o un conflicto entre los hermanos, algunos padres dudan sobre si es mejor intervenir y mediar entre ellos o dejar que resuelvan su problema por sí mismos. Hay especialistas que recomiendan que los progenitores no se impliquen y den a los niños la oportunidad de que aprendan a manejar sus diferencias y desarrollen así habilidades que les serán de utilidad en el futuro. Otros, sin embargo, aseguran que los padres tienen un papel muy importante como mediadores de los conflictos entre sus hijos.
Para la psicóloga estadounidense Laurie Kramer, responsable de un programa de intervención en la Universidad de Illinois denominado ‘Mas diversión con los hermanos’, ambas actitudes pueden ser efectivas. Pero hay que considerar algunos factores antes de adoptar una de ellas.
- Hay que tener en cuenta el desarrollo del menor. «La habilidad para manejar los conflictos se incrementa con la edad y, por tanto, la intervención de los progenitores en las peleas de los hijos será menos necesaria a medida que los hermanos crezcan», sostiene.
- Hay que conocer qué tipo de intervención es favorable, o no, en las distintas situaciones. «Si hay un problema generado por celos y los padres intervienen a favor de uno de los hermanos, el conflicto puede volverse aún mayor», afirma la especialista.
➡️ Generar buen clima fraternal
Más que intervenir o no, la mejor opción para los progenitores es intentar evitar que se produzcan conflictos entre hermanos. La forma de conseguirlo no es fácil, pero tampoco imposible. Consiste en generar un buen clima fraternal en el hogar, que favorezca un vínculo afectivo y positivo entre los niños, donde el diálogo y el respeto mutuo formen parte esencial de las relaciones de los miembros de la familia.
➡️ Fomentar el diálogo emocional
Hay que propiciar conversaciones acerca de las emociones de los miembros de la familia, de modo que no se enquisten pequeñas rencillas de fácil solución.
➡️ Evitar la comparación directa entre hermanos
Nunca, nunca, nunca hay que comparar a los hermanos o poner a uno u otro como modelo de comportamiento. ¿Te gustaría que tu jefe hiciera eso contigo? Resultaría doloroso… En el caso de los hijos aún duele más, pues la opinión procede de las personas con las que tiene mayor vinculación emocional. Y, por lo general, genera celos o desavenencias entre los hermanos.
➡️ Potenciar la autoestima
Hay que tratar a cada hijo desde su individualidad y facilitar el intercambio de afecto y apoyo entre hermanos.
➡️ Dar su propio espacio a cada uno
En la misma línea que el punto anterior, es importante que cada pequeño tenga claro cuáles son sus sitios y cuáles los de sus hermanos, lo mismo que deberían vestir con ropa que no sea igual.
También se debe propiciar la diferenciación y respetar los gustos de cada pequeño cuando se piensa en regalos, actividades extraescolares, etc. pues cada hermano es diferente. En el caso de los mellizos y gemelos aún es más importante este punto.
➡️ Tener normas y reglas
Una buena estrategia para mediar entre los conflictos de los pequeños es dejar bien claro cuáles son las normas y reglas que hay que respetar ante cualquier pelea, como no pegarse, no gritar, intentar dialogar o siempre perdonar. Para que no las olviden, se puede elaborar con los niños un cartel con cada una de ellas y colocarlo en un lugar bien visible de la casa.
Imagen: Victoria_Borodinova
Resolución de conflictos entre hermanos pequeños
Tengan la edad que tengan tus hijos, hay que intentar siempre buscar soluciones a sus riñas. Pero si son pequeños puedes seguir estas pautas:
- No aceptes nunca soluciones a los conflictos basadas en la violencia física o verbal o la fuerza.
- Cuando impongas un castigo, debe estar relacionado con el conflicto que se quiere corregir.
- No busques culpables y víctimas, trata a ambos hermanos por igual y no los juzgues.
- Asume el conflicto como algo natural, y aprovecha para proponer a los niños soluciones originales y creativas para resolverlos y que sean ellos mismos los que decidan cuál es la mejor.
Además, cuando los hermanos son pequeñitos, hay algunos juegos, actividades colaborativas y estrategias que se pueden poner en práctica para lograr la unión de los hermanos:
- Juego de niños contra padres. Qué mejor manera de fomentar la cooperación y apoyo entre hermanos que hacerlos integrantes de un mismo equipo. Es tan sencillo como sentarse en la mesa delante de un entretenido juego de mesa y dejar que ellos formen una piña para intentar ser los ganadores de la partida.
- Un puzle para dos. Montar juntos un puzle, una maqueta u otro juego de construcción representa una magnífica oportunidad para limar rivalidades entre hermanos y lograr un ambiente de ayuda y colaboración entre ellos.
- El día de. Para respetar la individualidad de cada hermano y hacer sentir a cada uno que es especial al menos por un día, se puede proponer la creación del «día de», una jornada en la que todos los demás miembros de la familia tienen que mostrarse siempre amables, cariñosos y complacientes con el afortunado.
Cómo evitar peleas entre hermanos mayores
No en todas las familias se producen estos conflictos. Así, un trabajo realizado en España por Enrique Arranz, catedrático de Psicología de la Familia de la Universidad del País Vasco, apunta que cuando la diferencia de edad entre los hermanos es amplia (igual o más de tres años), así como cuando el hijo o hija es único en su sexo, las peleas entre hermanos son menos frecuentes, además de que «la crianza resulta de mayor calidad».
Sin embargo, cuando se dan, las peleas entre hermanos de distinta edad (y, sobre todo entre hermanos mayores) pueden llegar a ser más duraderas y profundas, y en ocasiones llegan hasta la edad adulta sin resolver el conflicto. ¿Cómo se pueden evitar?
Como ya se ha citado, cada hermano debe ser único y potenciar sus diferencias, sin compararlo con el resto. En el caso de los hermanos mayores (en general, más proclives a tener celos) se pueden evitar muchas riñas fraternales si no se le hace responsable de su hermano más pequeño, una tarea para la que no está capacitado. «El hijo mayor no es el responsable de su hermano pequeño», afirma la pedagoga Maite Vallet, y, de hecho, «responsabilizar al mayor de su hermano pequeño aumenta los celos y no ayuda a ser autónomos a ninguno de los dos».
Cuidando estos aspectos es sencillo llegar a la adolescencia sin grandes problemas y conseguir una buena relación entre hermanos, libre de peleas y discusiones.