Uno de cada diez bebés padece una hernia umbilical durante sus primeros meses de vida. Este abultamiento, aunque lo normal es que no sea doloroso, sí complica algunas acciones cotidianas como colocar el pañal al niño. A continuación se responden algunas de las preguntas más frecuentes sobre la hernia del ombligo del bebé, como cuál es su tratamiento y cuándo es necesario operar.
1. ¿Qué es una hernia umbilical en los bebés?
El cordón umbilical, principal nexo de unión entre la madre y su hijo mientras este se halla dentro del vientre, se conecta al niño a través de una pequeña abertura en sus músculos abdominales. Lo normal es que esta apertura se cierre por completo cuando nace el bebé.
Sin embargo, en ocasiones, los tejidos no se sellan del todo y ocurre que parte del contenido intestinal sobresale a través del ombligo, ya recubierto de piel. Cuando esto pasa, se dice que el bebé tiene una hernia umbilical (en el ombligo).
2. ¿Es frecuente la hernia umbical en los recién nacidos?
Los niños prematuros tienen más hernias umbilicales
Uno de cada diez niños padece una hernia umbilical, según los datos de la Asociación Española de Pediatría.
La hernia es sobre todo muy frecuente en los bebés prematuros. De hecho, afecta casi al 75% de los niños que nacen con un peso por debajo del kilo y medio.
Esta afección, en general, resulta indolora para los pequeños. Sin embargo, sí es molesta, por ejemplo, para colocar el pañal.
3. ¿Cómo se reconoce la hernia del ombligo?
«Tiene el ombligo para afuera» o «se le ha salido el ombligo» son las primeras impresiones que la hernia umbilical del bebé provoca. Este abultamiento suele ser perceptible a partir de la segunda semana de vida del pequeño, después de la caída del cordón umbilical.
En general, en los recién nacidos con esta patología «el ombligo sobresale de la pared del abdomen como si fuese un globo hinchado», apunta el pediatra Jesús Garrido, autor del blog Mi pediatra on line.
Aunque puede alcanzar un tamaño considerable, «como una ciruela», no siempre la hernia es tan evidente. En algunos niños, «aparece cuando aprieta la barriga, pero desaparece cuando la relaja», señala el pediatra. Por eso, puede ser más visible cuando el bebé llora o defeca. Es decir, cuando hace un esfuerzo con los músculos abdominales.
No hay que confundir la hernia con el abultamiento normal en la piel del recién nacido que se produce cuando cae el cordón umbilical. «Esta piel no está en tensión, mientras que la de la hernia sí», explica Garrido.
4. ¿La hernia del niño desaparece sola?
Después de la caída del cordón, el anillo umbilical se contrae poco a poco y ayuda a que la apertura que provoca la hernia se cierre de forma espontánea. Esto ocurre durante los primeros cuatro años de vida de ocho de cada diez bebés, señala la Asociación Española de Pediatría.
La medida del anillo umbilical (la apertura por la que sale la protuberancia) puede servir para predecir si la hernia desaparecerá o no por sí misma. Si el diámetro es superior a 1,5 centímetros, «es probable que precise ser cerrado con cirugía a partir de los tres años», indica la Asociación Española de Pediatría.
5. ¿Qué hacer cuando el niño tiene una hernia en el ombligo?
Los pediatras recomiendan no tapar con fajas ni esparadrapos la hernia del ombligo del niño
Dado que un alto porcentaje de las hernias se resuelven por sí mismas, los especialistas recomiendan mantener la calma y tener paciencia. Sobre todo, insisten en no recurrir a supuestos remedios caseros que es habitual que se aconsejen en estos casos, como colocar fajas o esparadrapos para comprimir la hernia.
En este sentido, Garrido puntualiza que «las fajas no sirven para nada y dificultan la respiración del bebé». Asimismo, poner un adhesivo tampoco ayuda a mejorar la evolución de la hernia umbilical. Esta presunta solución no lo es y, además, «produce irritación en la piel del pequeño».
6. ¿Cuándo es necesario operar?
Recurrir a la cirugía para resolver una hernia umbilical no es frecuente. El ‘Calendario de operaciones electivas en niños‘, elaborado por Juan Antonio Tovar, del departamento de Cirugía Pediátrica del Hospital Universitario La Paz (Madrid), apunta que la intervención debe reservarse para los pocos casos en los que el orificio permanece abierto con una dimensión amplia después de los cuatro o cinco años.Tovar señala que la norma general es «no practicar operación alguna antes de que el niño cumpla los dos años». Sin embargo, esta norma puede «incumplirse», si se dan alguna de estas circunstancias:
el orificio de la hernia se sitúa por encima del ombligo (hernia supraumbilical).
la apertura por la que sale la hernia es de una dimensión enorme (debe indicarlo el especialista).
se produce una estrangulación o ruptura de la hernia. Estas complicaciones son muy poco frecuentes.