Tensión alta en niños: causas
La tensión arterial es la fuerza que hace la sangre sobre las paredes de los vasos por donde pasa la sangre. Cuando esta presión es excesiva, estamos ante lo que se llama hipertensión. Esta presión con la que la sangre llega a los órganos va dañándolos poco a poco.
Y como sucede con el paso del tiempo y de manera silenciosa, se pensaba que la hipertensión arterial era una enfermedad que afectaba solo a personas mayores. Y no es así. Si bien el 70 % de quienes cuentan con más de 65 años tiene la tensión alta, también hay hipertensos más jóvenes.
La mayor incidencia de casos empieza en torno a los 40-50 años. De hecho, según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), se calcula que en nuestro país hay unos 10 millones. Casi la mitad de los pacientes (48 %) que atienden a diario están diagnosticados (unos 3,5 millones, no).
Y sucede en más jóvenes todavía. Ocurre en la infancia y cada vez más. Como alertan los profesionales médicos, se está empezando a observar un aumento de casos que no son alarmantes, pero sí marca una tendencia creciente en nuestro país. Como explica el grupo de investigación EPINUT de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en la última década la hipertensión infantil se ha incrementado dos puntos: en 2013 afectaba al 3,17 % de los niños y al 3,05 % de las niñas, y en 2023, la cifra sube hasta el 5,3 %. ¿Qué está ocurriendo?
➡️ Otras enfermedades
Por lo general, lo que hay detrás de la hipertensión arterial infantil es otra enfermedad. Es decir, las causas de la hipertensión secundaria son:
- en su mayoría (75-80 %), renal o renovascular
- cardiovascular, como coartación de aorta.
- endocrina, como diabetes o tiroiditis.
- pulmonar, como apnea obstructiva del sueño (AOS).
➡️ Factores ambientales
Pero también es cada vez más frecuente que los niños, las niñas y sobre todo los adolescentes (80 %) tengan el tipo de tensión alta que sufren las personas adultas. Se trata de la hipertensión primaria, que tiene su origen en la infancia, con base genética (familiares) y determinados factores ambientales. ¿Cuáles? Obesidad, malos hábitos alimenticios como tomar poco potasio (dieta sin frutas ni verduras) o mucha sal, sedentarismo y dormir menos de lo necesario. En concreto, la prevalencia de hipertensión arterial es mayor con obesidad (15 %), si se compara con sobrepeso (5 %) y con normopeso (1,9 %).
Y, en ese sentido, en nuestro país se da la tormenta perfecta:
- La obesidad infantil es una epidemia, como recordamos en nuestro monográfico sobre obesidad infantil.
- Los menores españoles (84,5 %) se pasan con la sal, como recoge este estudio, realizado por investigadores de la UCM.
- El sedentarismo constituye un problema creciente en niños y adolescentes de entre 9 y 17 años, como alertan no solo los pediatras. Más del 60 % no hace la cantidad mínima de actividad física diaria (60 minutos) recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como reconoce el estudio PASOS de la Fundación Gasol.
- Desde la Sociedad Española del Sueño (SES) indican que un 20 % de los niños y adolescentes españoles no tiene unos horarios de sueño regulares de forma habitual y “muchos de ellos reconocen falta de sueño, más acusada en adolescentes, que se manifiesta como sueño insuficiente (12,7-31,3 %) y necesidad de dormir siesta (6,6-29,5 %)”.
Qué pasa si un niño tiene hipertensión
Cuanto más joven es el hipertenso, más puede perjudicar a su organismo esa fuerte presión arterial. La hipertensión acelera la aterosclerosis: altera la estructura de las arterias, lo que provoca una mayor acumulación de colesterol LDL y un desarrollo más rápido de la aterosclerosis (endurecimiento y rigidez de las arterias), tal y como apuntan en esta investigación.
Además, precisamente, la OMS destaca cinco órganos que pueden resultar afectados con diferentes patologías:
- Corazón: hipertrofia del ventrículo izquierda, insuficiencia cardiaca.
- Riñón: necrosis arteriolar, insuficiencia renal.
- Cerebro: hemorragia cerebral, infarto cerebral, encefalopatía hipertensiva.
- Vasos sanguíneos: isquemia, disección de aorta.
- Ojos: retinopatía hipertensiva.
Y, por supuesto, la hipertensión en la infancia es un factor de riesgo para tener la tensión arterial alta en la edad adulta.
Cómo detectar hipertensión en niños
Pero a pesar del daño que puede ocasionar en los peques, la hipertensión es una enfermedad silenciosa, que en la mayoría de los casos (60 %) no produce síntomas o son poco específicos. Cuando lo hace es por ser una hipertensión secundaria o porque el menor sufre una crisis: cefalea intensa, mareos, vómitos, palpitaciones…
De ahí que sea fundamental detectarla cuanto antes. ¿Cómo? La Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) en sus guías para niños y adolescentes aconseja que se tome la presión arterial a partir de los 3 años cada dos años.
Pero hay circunstancias en las que se debe medir en cada contacto médico y al menos una vez al año, como recuerdan desde el proyecto europeo COST HyperChildNET (Red para la Investigación de la Presión Arterial en Niños y Adolescentes): niños prematuros, menores con enfermedades crónicas, trasplantados, quienes toman medicamento que suben la tensión y menores con sobrepeso u obesidad.
➡️ Cómo se mide la presión arterial en niños
Para poder medir la tensión es importante que unos cinco minutos antes de hacerlo el niño, niña o adolescente esté relajado en la habitación donde se va a hacer la toma. Para realizarla el peque debe estar en silencio, sentado recto sin cruzar las piernas (tumbado, en caso de ser un bebé) y con los pies en el suelo y con el brazo apoyado sobre un soporte (mesa) de forma que el codo esté a la altura del corazón.
Se hacen tres medidas por lo general en el brazo derecho con tres minutos de separación y luego se evalúa el promedio de las dos últimas lecturas para determinar los niveles de presión arterial.
➡️ ¿Cuánto es presión alta en un niño?
Para calcular la presión arterial, se pueden utilizar las calculadoras ideadas por la HyperChildNET. Estas herramientas se basan en las directrices de la Sociedad Europea de Hipertensión 2016 para el manejo de la hipertensión arterial a estas edades, que fijan como hipertensión a la presión arterial por encima del percentil 95 para su edad, talla y sexo, en el caso de niños y niñas hasta 15 años, y en adolescentes, como los adultos, se establece en igual o más de 140/90 mmHg.
También se pueden usar las tablas denominadas Fourth Report actualizadas por la Academia Americana de Pediatría (AAP), que para cada edad y sexo establecen percentiles de presión arterial en relación con el percentil de talla. De manera simplificada, hasta los 13 años, hay hipertensión elevada en percentil 95, y para mayores de esa edad, 130-139/80-89 mmHg.
➡️ Cómo se diagnostica la hipertensión arterial en niños
Cuando un niño tiene la tensión alta, el pediatra realizará varias pruebas para intentar saber la causa y actuar en consecuencia: analítica de sangre y orina, ecografía renal, radiografía de tórax, electrocardiograma, ecocardiograma, valoración por oftalmología…
Qué hacer si un niño tiene la presión alta
En todo caso, una vez diagnosticada la hipertensión, el menor deberá perder peso, si fuera necesario, y mejorar su estilo de vida con hábitos saludables:
- Hacer más ejercicio físico: realizar 40 minutos de actividad física aeróbica (moderada o intensa) 3-5 días a la semana y evitar más de 2 horas diarias de actividades sedentarias.
- Seguir una dieta sana y variada con menos sal y más potasio: evitar consumir azúcar, refrescos, grasas saturadas y sal en exceso, y tomar muchas frutas, vegetales y cereales.
- Reducir el grado de estrés con técnicas de relajación, meditación, musicoterapia…
Si estas medidas no logran mejorar las cifras de presión arterial, pueden usarse fármacos que ayuden a controlarlas, como ocurre en las personas adultas. Y, por supuesto, si fueran muy altas, podría ingresarse al peque para dar el medicamento por vía intravenosa.
Cómo prevenir la hipertensión infantil
Además de tomar la tensión a partir de los tres años, hay otras formas de prevenir la hipertensión que tienen que ver con los hábitos de vida. El mismo tratamiento que se prescribe para reducir las cifras de presión arterial en el menor hipertenso es lo que recomiendan los expertos de la HyperChildNET y la Asociación Española de Pediatría (AEP) para prevenir la hipertensión, y otras enfermedades estrechamente relacionadas con ella, como la obesidad, la elevación del azúcar en sangre (diabetes), la elevación de las grasas nocivas en sangre o el hígado graso:
- Dieta sana y equilibrada, como la que compone el Plato Saludable de Harvard.
- Práctica diaria de actividad física, como estos ejercicios según la edad del menor.
- Uso adecuado de pantallas.