Si bien la fertilidad del hombre suele ser más longeva que la de las mujeres, la paternidad tardía también entraña riesgos. Por eso, antes de decidirse a ser padre, conviene tener presentes las posibles complicaciones que conlleva. A continuación se explica el reloj biológico en los hombres, los problemas de la paternidad tardía -mutaciones del ADN y menor fertilidad- y las posibles dificultades en la crianza. También se ofrece, además, una radiografía del retraso de la paternidad en España en las últimas décadas.
✅ Riesgos de la paternidad después de los 40 años
Numerosos estudios demuestran que el reloj biológico de los padres también corre y, a partir de determinada edad, los riesgos y posibles complicaciones de la paternidad se multiplican, tanto a nivel fisiológico como en lo relacionado con la crianza.
La paternidad después de los 40 años triplica el riesgo de esquizofrenia, afirman algunos estudios, y quintuplica el riesgo de autismo como revela una investigación en Reino Unido, Israel y Estados Unidos.
Los hombres también tienen reloj biológico, y su fertilidad se reduce a partir de los 35 años
Otro estudio de 2012 confirma la correlación directa entre la edad del padre y la cantidad de pequeñas alteraciones o mutaciones en el ADN de los hijos. A los 20 años de edad, un progenitor varón transmite a su hijo una media de 20 de esas mutaciones, mientras que a los 40 la cifra aumenta hasta las 65.
Si bien los científicos todavía no tienen claras las consecuencias de tales mutaciones, el director del estudio, Alexey Kondrashov (investigador de la Universidad de Michigan, Estados Unidos), advierte de que si futuros trabajos encuentran efectos negativos en tales alteraciones, quizá se comience a recomendar que se congele el semen a una determinada edad, como ya hacen muchas mujeres con sus óvulos.
✅ Más edad del hombre, menos fertilidad
Los problemas no se deben solo a las alteraciones genéticas que podrían tener los hijos concebidos por hombres de esas edades. También está la dificultad de lograr la concepción: a partir de los 35 años de edad, la disminución de la calidad del semen hace que la fertilidad masculina disminuya entre un 21% y un 23% cada año, una cifra similar a la de las mujeres, según revela un trabajo del Hospital Universitario Cruces (Bizkaia) y el Instituto de Física de la Universidad de Cantabria en 2011.
Los hijos concebidos por padres de más edad tienen una expectativa de vida más extensa
Incluso antes de los 30 años el semen ya pierde calidad. Uno de cada cuatro jóvenes de 22 años tiene espermatozoides con una motilidad inferior a la normal, según científicos de la Universidad de California. Y en España, el semen del 57,8% de los menores de 30 años está por debajo de lo que la Organización Mundial de la Salud considera normal, de acuerdo a datos del «Estudio nacional del semen en jóvenes«.
Pero no todas las consecuencias son negativas. Una investigación de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos) determina que los hijos concebidos por padres de más edad tienen una expectativa de vida más extensa. Esto es porque, con los años, se alargan los telómeros, unas estructuras protectoras del material genético que están en los extremos de los cromosomas. Como los telómeros son claves para el envejecimiento, ser concebido con células de telómeros más largos aumenta las probabilidades de vivir más años.
✅ ¿Padres demasiado mayores para criar niños?
También hay cuestiones vinculadas con la crianza y las relaciones entre padres e hijos que pueden resultar problemáticas.
Una de ellas es que, por lo general, un padre de 25 años lleva mejor el cansancio físico y las exigencias de un niño pequeño que uno de 45.
Por otro lado, una brecha generacional muy amplia puede causar una desconexión y mayor dificultad para que los padres puedan entender el mundo de sus hijos, sobre todo en la adolescencia.
Hay además hay otros factores, quizás un poco menos evidentes. Para un hombre que decide ser padre a una edad avanzada es más probable que tenga que lidiar al mismo tiempo con la adolescencia de su hijo y la vejez de sus propios padres, algo mucho menos frecuente para padres y madres más jóvenes. Y además, una generación de hijos de padres mayores está condenada a perderlos antes y compartir menos tiempo con ellos.
Como contrapartida, existen también factores positivos. La psicóloga Gabriela Cossi Pasache señala que, a mayor edad, los padres «se sienten más reposados y menos impulsivos, y sienten la necesidad de ser mucho más activos», lo cual los llena de vitalidad. Además, a menudo, a una edad más avanzada los hombres tienen una situación socioeconómica más estable, lo cual favorece también, de forma directa o indirecta, la crianza de los pequeños.
El número de bebés nacidos en España con padres mayores de 40 años se ha duplicado en 15 añosEn España, el retraso de la paternidad es evidente y los números del Instituto Nacional de Estadística lo confirman. En 1996, el primer año del que hay datos disponibles, el 30% del total de nacimientos correspondía a padres menores de 30 años. Los datos más recientes, de 2012, indican que esa cifra se redujo a casi la mitad: solo el 16%. Los bebés nacidos con padres de entre 30 y 34 años también son menos: eran el 40% en 1996 y el 32% en 2012.
A partir de los 35 años, la tendencia se invierte. Los padres de entre 35 y 39 años correspondían al 21% de los nacimientos hace casi dos décadas, cifra que subió hasta el 32% en 2012. Y en el caso de los hombres de 40 o más edad, el aumento fue a más del doble: del 8% al 17%.
Un último dato, también significativo. En 2012 hubo un 25% más de nacimientos que en 1996 (se pasó de 362.626 a 454.648). Pero los bebés nacidos con padres de 40 o más años pasaron de 29.933 a 78.201. Es decir, el incremento en esta franja etaria fue del 161%.