Los días de lluvia son propicios para que a muchos padres y madres se les encrespe el pelo. Y no tanto por la humedad, sino a causa de la frase que temen escuchar de boca de sus hijos: “¡Me aburro!“. Cuando llueve, y más si hace frío, muchos niños se inquietan porque no saben en qué invertir sus energías. ¿Qué se puede hacer con ellos en estas jornadas? Este artículo ofrece algunas respuestas: jugar, hacer manualidades, cocinar, disfrazarse, disfrutar de las películas y leer.
1. Juegos con niños para un día de lluvia
El juego con y para niños es el recurso más básico con el que los pequeños se entretienen. Por lo general, se las arreglan para jugar solos, pero las limitaciones que impone un día de lluvia puede hacer que crezca la impaciencia o los recursos se acaben. Es entonces cuando las propuestas de juego ofrecidas por el adulto resultan muy valiosas.
Muchos juegos son más divertidos cuando lo desarrollan varios niños, pero un adulto puede compensar esa falta
Hay algunos juegos clásicos, como la búsqueda del tesoro o el de dibujar a ciegas. Este último es muy simple: con los ojos vendados, los niños dibujan lo que un adulto les indica. Luego se destapan los ojos y ¡se ríen de sus creaciones!
También se pueden crear cuentos o dibujos colectivos. Estos juegos son más divertidos cuando hay varios menores, pero si solo hay uno, el adulto que lo acompaña puede ejercer los demás roles.
Con niños algo mayores, los juegos de mesa son una alternativa estupenda. Desde los más simples, como el parchís y el juego de la oca, hasta otros más complejos, como las damas y el ajedrez, sin olvidarse de las cartas ni de los trucos de magia.
Un juego más: irse de acampada sin salir de casa. A los pequeños les encanta montar sus propias tiendas de campaña con sábanas o manteles tendidos sobre sillas y mesas. Mucho mejor será si el refugio está cerca de una puerta o una ventana, para que puedan ver la lluvia e imaginar que están en cualquier otra parte. Y si allí dentro se desarrollan otros juegos, la diversión se multiplica.
2. Manualidades con niños para un día de lluvia
En muchas ocasiones, hacer manualidades se parece mucho a jugar. La diferencia es que en este caso hay un objetivo: lograr un resultado o un producto final concreto. Pero todo el desarrollo puede ser muy divertido.
Además de dibujar y colorear imágenes tomadas de Internet, los niños pueden crear collages, recortando y pegando fotos e ilustraciones de periódicos y revistas. El trabajo con lápices, pinceles, tijeras y pegamento contribuye, además, al desarrollo de la motricidad fina en los más pequeños.
Existen muchas otras alternativas. Una es enseñarles a hacer punto, para que en sus manualidades empleen distintos tejidos y, además, puedan confeccionar prendas. Les hace mucha ilusión saber que sus creaciones serán utilizadas como adorno o abrigo por otras personas o ellos mismos. Por eso, también se pueden realizar construcciones para que las usen otros animales, como puede ocurrir con las casitas para pájaros.
Otra posibilidad es pasar una planta de una maceta a otra mayor. Esta tarea es necesaria cuando un ejemplar crece y el recipiente le queda pequeño. Aparte de que puede resultar entretenida, esta actividad sirve para acercar la naturaleza a los pequeños. Además, se puede decir al niño que, a partir de entonces, esa será su planta y que él será el encargado de cuidarla, regarla, etc. De esa forma, se mantendrá cerca de ella y desarrollará su sentido del compromiso, pues sabrá que, si la abandona, el ejemplar morirá.
3. Cocinar con niños, recetas divertidas
Hay infinidad de posibilidades para integrar a los menores en la cocina. Esto también tiene múltiples ventajas: no solo pasarán un rato entretenido, sino que también logrará que se familiaricen con la preparación de los alimentos, que aprendan los beneficios de una dieta saludable y desarrollen un gusto por los productos que la componen.
Desde galletas con niños y magdalenas hasta dulces infantiles sanos y divertidos, como brochetas de fruta y milhojas de fruta y queso.
Una opción es contarles algunos cuentos en los que los ingredientes culinarios sean protagonistas. Será la manera más idónea para complementar este momento.
4. Disfraces infantiles para pasar el día en casa
Los días de lluvia a menudo se convierten, sin que se sepa bien el porqué, en días para hacer lo que no está permitido cuando no llueve. Y una de esas opciones para los niños puede ser disfrazarse. Un disfraz puede exigir la creación de atuendos especiales, por medio de manualidades, o consistir solo en el uso de ropa poco común. Sombreros, pañuelos, zapatos y complementos de adultos hacen vivir a los pequeños momentos mágicos.
Además, el disfraz puede implicar también una representación, como un desfile de modas o una obra teatral. Si hay varios niños y, sobre todo, si uno o más adultos se suman a la función, la diversión será completa.
5. Cine y lectura infantil
Estas dos ideas parecen opciones más tranquilas. Y si bien es cierto que no tienen por qué estar reservadas para los días de lluvia, tiene su encanto ver una película o leer un libro mientras se escucha el repiqueteo del agua contra los cristales de las ventanas.
Cocinar con los niños permite que desarrollen el gusto por los productos de una dieta saludable
Algunos consejos en este sentido es elegir lecturas apropiadas según cada edad y, si es posible, con cuentos que tengan algún contenido especial para ese momento; pueden ser cuentos para combatir el miedo, relacionados con lo que el niño está aprendiendo en la escuela, etc.
Estas recomendaciones valen también para las películas, aunque con ellas (al igual que con los videojuegos y la televisión) hay que tener en cuenta una muy importante: quitarlas al menos dos horas antes de la hora de ir a dormir. Los contenidos audiovisuales, en general, estimulan mucho a los pequeños, y es mejor no verlos en esa última etapa del día, para evitar problemas y que tengan un buen sueño.