En general, la celebración de la Navidad cambia mucho cuando se tienen niños. Pero hay una etapa, cuando estos son muy pequeños, hasta los dos años de edad, en que se presentan dudas acerca de cómo vivir las fiestas con ellos, qué actividades realizar, cuáles no, etc. A continuación se describen algunas alternativas para jugar con el bebé mientras se decora la casa para las fiestas y se aportan consejos sobre canciones, cuentos y disfraces de Navidad destinados a los bebés.
Jugar con el bebé mientras decoramos la casa en Navidad
¿Cuáles son las mejores actividades para celebrar la Navidad con los niños más pequeños? En general, hasta los dos años de edad, los bebés todavía no interpretan del todo bien las ideas relacionadas con las fiestas, los Reyes Magos, Papá Noel o el Olentzero, los regalos, etc.
Una primera medida para integrar a los bebés es «pedir ayuda» al niño para decorar la casa. Su aporte a la decoración no será significativo, desde luego, pero se puede hacer que el pequeño juegue con materiales parecidos a los que se empleen para ornamentar la casa. Sobre todo, buscar juguetes parecidos a las bolas y otros adornos del árbol, pero que se pueda llevar a la boca sin riesgo de que los trague o se haga daño.
Entre los 12 y 24 meses de vida, los juguetes más apropiados para bebés son, entre otros, los bloques de plástico para apilar y tirar, juguetes de construcción y de arrastre, pelotas y juegos de formas. «El juego con este tipo de materiales contribuye a desarrollar la confianza en sí mismo y la capacidad de cooperación con los demás, además de la psicomotricidad fina y gruesa», explica la psicóloga Teresa Arango, autora de ‘Estimulación temprana para niños’ (Gamma, 2006).
En esta etapa, además, los juegos más apropiados para los niños son simples, como agacharse y levantarse, pasar una pelota, ordenar colores y hacer puzles. Por eso, una alternativa para los padres es utilizar la creatividad para lograr versiones navideñas de estos juegos: usar pelotas parecidas a los adornos del árbol, usar rompecabezas con motivos típicos de estas fechas, priorizar los colores verde, blanco y rojo, típicos de la Navidad, etc.
Cuentos y disfraces navideños para bebés
Además de la decoración y el juego en torno a ella, es bueno vincular a los niños con la magia y la ilusión que las fiestas concitan. Se pueden realizar actividades para acercarlos a las figuras de los Reyes Magos, el Olentzero y Papá Noel, ver películas alusivas, leerles historias o contar cuentos en los que ellos aparezcan como protagonistas, redactar las cartas, etc.
Para las lecturas a estas edades, es importante que los adultos se comprometan: cuenta menos el contenido de la historia, que cómo se interpreta, las inflexiones de la voz, los ritmos, la intensidad, los movimientos que ejecute mientras narra y los disfraces o complementos a los que puede recurrir: un gorro festivo, una barba postiza, una bolsa de regalos, etc.
Se debe procurar que los niños se acerquen a estas figuras de maneras amables y divertidas. En caso contrario, podrían asustarse en la cabalgata o algún otro sitio si ven a personas con largas barbas y ropas extrañas. Y si el niño sintiera miedo, no hay que insistir ni forzarlo, solo dejarlo estar hasta que se vuelva a acercar a ellos a través de otros medios.
Canciones infantiles de Navidad
Las canciones infantiles son otra muy buena alternativa para que el niño se entretenga y se divierta en Navidad. A través de YouTube y otras plataformas de vídeos online, es posible reproducir decenas de canciones relacionadas con estas fechas, protagonizadas, entre otros, por los Reyes Magos, Papá Noel e, incluso, uno de sus renos. Como los vídeos ilustran las canciones con imágenes, también ayudan a que los niños se acerquen a los temas navideños.
Un consejo final: más allá de todas las ideas divertidas y actividades diferentes propuestas para estas fechas, es fundamental mantener ciertas rutinas y, sobre todo, respetar el descanso apropiado para el bebé. Es todavía muy pequeño y, si no duerme bien, verá resentido su bienestar: estará de peor humor, más irritable y hasta podría sentir depresión.
Los bebés recién nacidos duermen hasta unas 18 horas por día, mientras que ya hacía los dos años de edad, el tiempo de sueño apropiado oscila entre las 12 y las 14 horas diarias.