Por qué los niños ya no juegan al aire libre
¿Dónde juegan los niños y niñas hoy en día? La generación Alfa, los nacidos a partir de 2010, ya no juegan tanto en la calle como lo hacían sus padres y madres, sino que prefieren hacerlo en casa. Antes de la pandemia de covid-19, el Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU) reconocía en su ‘Guía 3.0 2018-2019’ que mientras que de pequeños más del 40 % de nuestro tiempo de juego lo pasábamos en la calle, nuestros hijos apenas dedicaban el 14 % de su tiempo libre.
Y ahora, no mucho más. Según el informe que ha realizado AIJU junto a la Fundación Crecer Jugando para celebrar el pasado Día del Niño, los peques han ganado 12 minutos para sus juegos en exteriores: de las 7 horas y 11 minutos que tienen de tiempo libre al día, juegan al aire libre una media de 67 minutos (16 %), mientras que lo hacen en interiores 78 minutos (18 %). Hasta los 9 años, los peques juegan fuera de casa más de lo recomendado por los expertos (una hora al día), pero ya con 10, el 63 % lo hace por debajo de lo aconsejado.
¿Por qué sucede esto? Las causas son múltiples, como reflejan los estudios llevados a cabo por AIJU en los últimos años.
➡️ No tienen tiempo
El aumento de las actividades extraescolares y las tareas del cole está provocando una disminución del tiempo que los niños disponen para jugar de forma libre. Según el último estudio citado, los peques dedican un 34 % de esas horas que tienen cada día de tiempo libre al juego con y sin juguetes y otro 24 %, a las pantallas. ¿El resto? Practican deporte (18 %), hacen deberes (10 %), van a extraescolares no deportivas (7 %) y leen (7 %). El factor edad es determinante, como se ve en el siguiente gráfico.
➡️ Prefieren las pantallas
El 24 % de su tiempo libre lo pasan frente a pantallas: ven la tele, están con el móvil o la tableta, juegan a videojuegos… una media de 1 hora y 41 minutos al día, lo que supone un aumento de 6 minutos con respecto al año 2019. Pero eso sí, el 75 % de los niños y niñas supera el límite de tiempo máximos de exposición a las pantallas recomendado por los expertos (dos horas). Y es especialmente destacado que se alcanza un 84 % en los peques de 1 a 3 años (debería ser 0 minutos de pantallas) y un 88 % en los de 4 a 6 años (aconsejan un máximo de 30 minutos).
➡️ Espacios de juego limitados
Los expertos advierten de que los menores juegan en espacios muy específicos como parques infantiles o sus mismos centros escolares con patios inclusivos, pues en otros lugares no son bien recibidos. Y es que no son pocos los jardines, plazas y calles, sobre todo de las ciudades, donde lucen carteles como “prohibido ir en bici” o “prohibido jugar a la pelota”. Además, la calle tiene sus riesgos para los niños.
➡️ Habilidades sociales mermadas
La pandemia ha afectado a la salud mental de los niños. Según los resultados de otra encuesta con familias de AIJU, las nuevas generaciones están menos habituadas a las relaciones cara a cara (30-35 %) y el tiempo con los amigos se ha reducido para la mayoría (70 %).
➡️ Juegos sedentarios
Por último, no es en sí misma una causa, pero tiene relación con que se juegue menos en la calle. ¿A qué juegan los niños? Atrás quedan los juegos activos que nos encantaban a padres y madres, como la goma, la cuerda, el pilla-pilla o el escondite o simplemente ir en bici. Entre las actividades de juego más citadas por los niños y niñas de hoy en día están ir al parque, jugar con el móvil o la tableta, dibujar, manualidades y juegos de construcción o mesa, entre otros. Es decir, han aumentado los juegos más sedentarios, individuales y de juego en interior, mientras han disminuido los juegos activos, colectivos y de juego en el exterior.
Beneficios del juego en la calle
Jugar al aire libre mejora la imaginación y creatividad del niño y acaba con el trastorno por déficit de naturaleza que sufren nuestros hijos hoy. Pero además de que mejora su función cerebral y el aprendizaje, ¿qué beneficios tiene salir a jugar a la calle? La Asociación Española de Pediatras de Atención Primaria (AEPap) señala los siguientes en la campaña ‘En marcha hacia una vida sana’ que lleva adelante en 2023 en su publicación ‘Familia y salud’:
- Promueve la actividad física y favorece su desarrollo motor y coordinación. Así, previene el sedentarismo y establece las bases de unos hábitos saludables.
- Fomenta la relación y comunicación con otros niños y adultos. Por tanto, el menor aprende a interactuar, compartir y respetar reglas, además de mejorar y enriquecer su lenguaje.
- Conoce el entorno y aprende a amar la naturaleza.
- Ayuda a expresar sus emociones, controlar el estrés y afrontar los problemas.
- Brinda momentos de felicidad y ocio, por lo que mejora su autoestima y su bienestar.
Qué podemos hacer para jugar en la calle
Por un lado, está claro las ciudades deberían ser más amables con la infancia con, por ejemplo, más espacios verdes donde poder correr, hacer deporte, jugar… y espacios de juegos en los que todos los niños y niñas puedan participar en actividades grupales desde una temprana edad, socialicen, aprendan, conozcan, intercambien, investiguen o descubran el entorno que les rodea, como recuerda UNICEF.
Pero también son necesarias normativas que no extiendan la «niñofobia», pero sí el respeto al mobiliario urbano y al descanso de los vecinos. En algunas ciudades han empezado a cambiar las cosas. Estos son algunos ejemplos:
- En Cádiz se sustituirán los carteles de “prohibido jugar a la pelota” por otros con el lema ‘Juega, convive y respeta’, una medida que llega tras las peticiones del Instituto de Educación Secundaria Caleta y la Fundación del Cádiz Club de Fútbol.
- Huesca, desde 2016, celebra en mayo el Día del Juego en la calle. Pero la ciudad no se queda en un día para reconocer la importancia del juego al aire libre; cuenta con varios proyectos sobre el derecho al juego en la calle.
- Barcelona tiene como objetivo convertirse antes de 2030 en una ciudad “jugable”, con cortes de tráfico en las mañanas de los domingos, más parques de agua gratis y juegos itinerantes en las plazas, entre otras acciones.
- En Burlada (Navarra), hay señales que rezan ‘Jugamos y respetamos/Errespetuz jolasten gara’ para hacer visible que la calle es de todos para poder jugar con los balones, las bicis, los patines… “Queremos divertirnos sin molestar a los que pasan por ahí o están en un banco”, puntualizaban los niños en su discurso en el acto de cambio de carteles.
Y cómo padres y madres, ¿qué se puede hacer? Puedes sumarte al proyecto 1.000 horas fuera (1000 Hours Outside): hacer que tus hijos pasen al aire libre 1.000 horas al año, un poco menos de las 1.200 horas que el niño estadounidense promedio entre 8 y 12 años pasa frente a las pantallas. No tienes por qué ponerte esa meta, pero sí una que te parezca factible y haz un seguimiento de tus progresos con las plantillas gratuitas que Ginny Yurich, su promotora, sugiere para ello. ¿Algunas ideas? En su site se ofrecen algunas actividades, como caminatas nocturnas, vacaciones al aire libre o caminar a la escuela.
Pero no siempre es posible que los niños puedan jugar al aire libre en entornos naturales. ¿Y por eso debemos dejar que nuestros hijos abandonen el juego en espacios abiertos? No. Debemos promover que los menores jueguen en las calles, plazas, jardines y parques de nuestras ciudades y pueblos. ¿Cómo? Acompáñales al menos media hora al día. Conoce cómo dedicar más tiempo a tus hijos y mira con qué juegos:
✅ Juegos para menores de 2 años
No hace falta mucho para que un peque disfrute del juego al aire libre. Un correpasillos o cochecito de bebé puede ayudar a que se mueva con más soltura en la calle cuando ya anda. Un cubo para jugar en la arena y una pelota bastarán para que se divierte, pues a estas edades cualquier objeto les sirve para jugar. Los columpios empiezan a gustarles y las pompas de jabón también.
✅ Juegos para niños de 3 a 6 años
Saca a la calle su triciclo, patines, bicicleta sin pedales… siempre que puedas para que ande y corra. ¡Le encantan las carreras y esconderse! Por supuesto, lleva algún juguete (encajables, muñecos, coches…) para compartir el juego con otros niños, como también una pelota o unas tizas (y agua para limpiar lo coloreado). Buscad piedras para pintarlas y jugar con ellas. Y no te olvides de ir a un parque infantil; a estas edades les encantan los columpios.
✅ Juegos para niños de 6 a 12 años
Es hora, si aún no lo has hecho ya, de que tus hijos conozcan a qué jugabas con tus amigos en la calle cuando eras pequeño. Hay juegos infantiles propios del verano, pero otros juegos tradicionales con los que se lo pasarán en grande. Enséñaselos: goma, comba, peonza, rayuela (pita), canicas, escondite, policías y ladrones, pilla-pilla, pañuelito, chapas, escondite inglés, cuatro esquinitas, balón prisionero, gallinita ciega…
✅ Juegos para adolescentes
A estas edades, los juegos tradicionales son ya infantiles. Pero aún hay actividades en exteriores que pueden animarles a jugar en la calle: geocaching, la búsqueda del tesoro en la naturaleza que es parecida a un rally de pistas o una gincana; tirar de la cuerda (sokatira), el juego de la silla, la rana; una guerra de globos de agua en verano; cualquier juego de pelota (fútbol, baloncesto, voleibol…); ir a un pump-truck para bicis, patines y monopatines; acudir a un parque de calistenia a hacer street workout; trepar por un rocódromo…