Las capacidades que los bebés adquieren al llegar al medio año de vida permiten que en esta etapa sus juegos sean más activos. Muchos de ellos, además, incentivan sus capacidades motoras en una época en la que la mayoría comienza a gatear e incluso algunos ya logran ponerse de pie. Este artículo describe algunos juguetes y actividades apropiados para los niños de entre seis y nueve meses, que incluyen juegos con bloques, pelotas, muñecos, instrumentos musicales, espejos y casi cualquier objeto que no represente un peligro para ellos.
Diversión y estímulos para los bebés
Cuando el bebé llega a los seis meses de vida, en general, ha adquirido ciertas capacidades que hacen que sus juegos cambien. Ya es capaz de sujetar cosas con ambas manos a la vez, golpearlas unas contra otras y recoger objetos del suelo. Además, en esta época ya se mantiene sentado y comienza a gatear, lo que le da mayor autonomía de movimientos y le abre un enorme campo para sus exploraciones y el conocimiento del mundo que le rodea.
Por eso, los juegos para el periodo que va desde los seis a los nueve meses de vida del pequeño apuntan no solo a entretenerlo sino también a estimular su desarrollo psicomotriz. Por otro lado, también permiten forjar el vínculo entre el niño y los mayores que jueguen con él, en particular su madre y su padre. A continuación se enumera un listado de actividades y juguetes para esta etapa.
1. Bloques
El juego que consiste en derribar una pila de bloques divierte mucho a los bebés de esta edad. Luego llegará la parte en que él mismo pueda construir la «edificación», pero este primer paso le será muy útil para familiarizarse con esos objetos. Una variante de esta misma idea es colocar esos mismos bloques u otras piezas en recipientes y después proponer al niño que los vacíe, tirando su contenido al suelo.
Se debe procurar que estos bloques sean blandos. En general se realizan con plástico, poliestireno o materiales sintéticos tipo esponja o también de madera. Una posibilidad es fabricar los bloques en casa, con estos mismos materiales o incluso con cartones de tetrabrik. Si el pequeño tiene hermanos mayores, estos pueden participar en su elaboración, lo cual será también una manera de reforzar el vínculo entre ellos.
2. Pelotas
Los juegos con pelotas entretienen a los niños de casi cualquier edad. En esta etapa, las pelotas deben ser suaves y ligeras, de plástico o de tela.
Se puede jugar haciéndola rodar para que el pequeño la reciba y la lance también, o arrojarla a cierta distancia de él para estimularlo a que gatee hasta ese sitio y la alcance. Otro juego consiste en que un adulto le sujete, le levante por detrás y le haga dar patadas una pelota grande y ligera que otra persona impulse desde el otro lado, como se observa en este vídeo (que incluye, además, varias otras actividades para bebés en esta etapa). De este modo también se fortalecen los músculos de las piernas.
3. Muñecos
Los niños de esta edad se encariñan mucho con los muñecos. A veces también pasa con otros juguetes o incluso con una mantita. En ocasiones, estos artículos les sirven para sentirse más tranquilos ante experiencias nuevas o que pudieran generarles cierta ansiedad. Muchos adoptan estos «compañeros» para el baño u otros momentos.
Además, con seis meses los bebés ya saben que los objetos siguen existiendo aun cuando han dejado de verlos. Esto permite un juego muy divertido para ellos: coger un juguete (como el muñeco preferido) y esconderlo. El menor lo buscará y lo descubrirá, y encontrarlo le hará mucha ilusión.
4. Instrumentos musicales
Los instrumentos musicales también representan un estímulo muy importante para el desarrollo de las habilidades y la sensibilidad de los niños. La música es «una herramienta que permite potenciar la capacidad de movimiento» de los pequeños, tal como afirma la pedagoga musical Annely Keller.
Para los bebés de entre seis y nueve meses, los instrumentos deben ser muy sencillos: maracas, bongós o simples sonajeros u otros objetos que produzcan algún sonido al ser golpeados unos con otros. El descubrimiento de estos sonidos también es parte de la exploración del mundo por parte del niño.
5. Espejos
El bebé reconoce su imagen en el espejo y, debido a eso, le gusta jugar con este objeto. El padre o la madre pueden incentivar esta actividad, al señalar y hablar al niño de las imágenes que aparecen reflejadas en el cristal, tanto del pequeño como de otras personas. Por supuesto, si se ha de dar un espejo al menor para que juegue, debe tratarse de uno irrompible, con marco de plástico.
6. Cualquier objeto que no resulte peligroso
En realidad, casi cualquier cosa puede ser un juguete para el niño en esta etapa. Su interés en el mundo es tan grande (y el mundo es tan nuevo para él) que cada objeto le puede servir de divertimento: una cuchara de madera, un libro, un vaso de plástico, etc.
Es importante comprobar que el artículo no tenga partes pequeñas que el bebé pudiera llevarse a la boca (como los ojos de plástico de un muñeco), cintas o hilos con las que pudiera asfixiarse por accidente, bordes con los que se pudiera cortar, etc. Por lo demás, los niños tienen la capacidad -y esto también es una manera de estimular su creatividad- de encontrar entretenimiento en casi cualquier objeto y casi cualquier parte.