Si hay alguien en quien debe confiar la futura madre durante su embarazo es en la matrona que le asista. Estas profesionales proporcionan a la mujer una atención integral. Las competencias de la matrona no se limitan a la intervención en el parto: es una compañera durante todo el embarazo, incluso antes. La matrona da consejos a las primerizas, controla el embarazo de cerca, ayuda a tener partos menos dolorosos y, tras la llegada del pequeño, se queda con la madre y su bebé.
Una compañera durante todo el embarazo
El embarazo es una experiencia única para todas las mujeres y la mejor compañera para compartirla, además de con la posible pareja, es la matrona. Estas enfermeras, especialistas en obstetricia (gestación, parto, recuperación) y ginecología, tienen un papel esencial en la asistencia de la gestante.
Las matronas son las responsables de realizar el seguimiento continuo del embarazo, ya que algunas de sus funciones principales son la coordinación de las citas con el ginecólogo y la solicitud de las distintas pruebas y analíticas que se le realizan a la mujer en las diferentes etapas de la gestación.
El principal interés de la matrona es velar por la seguridad y el completo bienestar de la mujer
Pero su labor va más allá. Tal como señala la Confederación Internacional de Matronas (CIM, por sus siglas en inglés), la federación de asociaciones de partería que representa a las matronas en 72 naciones del mundo, el principal interés de estas profesionales es velar por «la seguridad y el completo bienestar de la mujer».
«Los cuidados que presta una matrona se basan en el principio de que el embarazo y el parto son acontecimientos normales de la vida», destaca la CIM. Por eso, las matronas involucran a las mujeres, y a sus familias, en cada una de las partes del proceso de toma de decisiones y desarrollan un plan de cuidados para lograr un embarazo sano y, además, un parto natural.
Aconseja a las madres primerizas
La CIM define el especial papel que tienen las matronas para promover la salud de la mujer, y de sus familias, en edad reproductiva; y dicta las competencias esenciales que deben poseer estas profesionales de la salud.
La gestante puede acudir a la matrona para resolver todas sus dudas
Su importante tarea se inicia en los momentos que preceden a la concepción y se extienden hasta el puerperio, tras el parto.
La matrona no limita su actividad al embarazo. Antes de que este se produzca, puede ser de ayuda para tratar aspectos que giran alrededor de la planificación familiar. La matrona está capacitada para asesorar y aconsejar a la pareja sobre los métodos de concepción, sobre métodos anticonceptivos; así como sobre prácticas sexuales, entre otros aspectos.
Controla el embarazo de cerca
La matrona proporciona un cuidado prenatal que sirve para optimizar la salud durante el embarazo, así como para detectar posibles complicaciones. En sus visitas periódicas, la gestante recibe asesoramiento y resuelve sus dudas sobre la edad de gestación, la evolución y los cambios normales durante el embarazo, las necesidades nutricionales de la mujer, el alivio de molestias comunes, el uso de medicamentos, los signos de peligro, los hábitos saludables y la preparación para el parto y el nacimiento.
Por otra parte, la matrona es la encargada asesorar acerca de las diferentes pruebas y citas con el ginecólogo a las que la gestante debe someterse. También vigila de cerca la evolución del embarazo, mediante controles tanto de la madre (peso, altura del útero, tensión) como del bebé (latidos).
Ayuda a tener partos menos dolorosos
Cuando llega el tiempo del parto, la matrona se ocupa de acompañar a la futura madre durante la estancia en el centro hospitalario, de atenderla durante la dilatación, así como de proporcionarle algunos alivios contra el natural dolor del momento.
Durante el alumbramiento, la matrona se encarga de la dirección activa del nacimiento y ejecuta las maniobras adecuadas para un parto natural.
Con la madre y su bebé
Una vez que la mujer ha dado a luz, la matrona continúa su atención durante el periodo posparto que transcurre en el hospital, con el fin de controlar que todo evoluciona con normalidad. También puede ayudar a iniciar la lactancia materna.
Tras la salida del hospital y durante todo el puerperio (periodo posterior al parto, hasta que la mujer se recupera), la atención de la matrona se mantiene. En su consulta recibe a la madre y puede resolver las dudas que surjan sobre la alimentación o sueño del bebé, por ejemplo, o sobre los cuidados del cordón umbilical.
En España, el papel de la matrona puede ser más o menos significativo en función de si el seguimiento del embarazo lo realiza la mujer a través de la sanidad pública o, por el contrario, a través de la privada. Mientras que en el sistema público de salud la matrona interviene desde el primer momento y es la responsable de la atención durante el parto, en el sistema privado su figura suele limitarse a prestar asistencia en el alumbramiento y posparto.