En la actualidad, la mejor opción para que los bebés que no pueden ser amamantados tomen leche materna son los bancos de leche, que pasteurizan y congelan las donaciones de madres que ceden leche que sus hijos no consumirán. Pero científicos mexicanos trabajan en una nueva posibilidad: la de producir leche materna en polvo, la cual tendría las ventajas de no necesitar frío para su conservación y mantener sus propiedades nutriciales en un grado más alto que cuando se congela. Este artículo da más detalles sobre el proceso de producción de la leche materna en polvo y de por qué los bebés prematuros serían los principales beneficiados.
Leche materna para bebés que no pueden ser amamantados
Los beneficios de la leche materna son muy numerosos. Es el mejor alimento que el bebé puede recibir, ya que contiene todos los nutrientes que precisa y se va modificando con el paso del tiempo, para adaptarse a las distintas necesidades de cada etapa. Además, genera un vínculo afectivo muy importante entre la madre y su hijo. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Española de Pediatría (AEP) y otros organismos recomiendan que la leche materna sea el alimento exclusivo de los pequeños durante sus primeros seis meses de vida y que luego se mantenga, combinado con otros, hasta que al menos cumplan un año.
Sin embargo, por diversos motivos, no todas las madres pueden amamantar a sus recién nacidos. Para esas situaciones -sobre todo para el caso de prematuros que no han desarrollado la capacidad de succionar y cuyas madres tienen dificultades para extraerse leche- existen los bancos de leche materna, que aprovechan la leche donada por madres altruistas. Hay incluso, aunque es una opción arriesgada debido a la ausencia de controles, la compra y venta de leche materna por Internet.
En los bancos, la leche materna se analiza y clasifica en función de su «madurez» (es decir, a la edad del bebé para la cual es más apropiada), se pasteuriza (un proceso que elimina los agentes infecciosos y posibles virus) y luego se congela, para ser descongelada al suministrarla a un niño. Este proceso altera algunas de las propiedades de la leche materna, pero, en cualquier caso, es una opción mucho mejor que la leche de fórmula.
El objetivo, producir leche materna en polvo
Ahora científicos mexicanos trabajan en una alternativa: leche materna en polvo. El procedimiento es ensayado por investigadores de la Universidad de Guadalajara (UG) en México. Consiste en la deshidratación por aspersión: la leche materna se somete a altas temperaturas en muy poco tiempo (fracciones de segundo), de tal forma que el agua se evapora y el resultado es leche humana en polvo. La gran ventaja, según los investigadores que trabajan en el proyecto, es que de esta manera la leche pierde solo un 10% de calidad en relación con sus nutrientes y que el tiempo de conservación -sin necesidad de frío- sería de hasta seis meses.
Blanca Rosa Aguilar Uscanga, experta del departamento de Farmacobiología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la UG, reconoce que ya existen procesos de secado de la leche materna humana, pero en ellos «el alimento es combinado con otros aditivos nutrimentales o complementos, como proteínas vegetales, polisacáridos y probióticos». Lo novedoso del desarrollo actual, según esta especialista, es que el líquido no se combina con ningún complemento externo. «A nivel mundial no encontramos algo parecido», afirmaba Aguilar Uscanga en declaraciones a la prensa.
Según los datos dados a conocer hasta ahora, a partir de un litro de leche materna se obtendrían unos 80 o 90 gramos de polvo. Esta cantidad, mezclada luego con agua esterilizada, permitiría «recuperar» una cantidad de líquido similar a la original.
El procedimiento superó una serie de pruebas microbiológicas en el Institut sur la Nutrition et les Aliments Fonctionnels, en Quebec (Canadá). En la actualidad, los investigadores gestionan la obtención de la patente por su desarrollo.
Bebés prematuros, los principales beneficiados
Tal como ocurre con los bancos de leche materna congelada, el objetivo de los hipotéticos bancos de leche en polvo no serían los niños sanos, sino los recién nacidos que, como los prematuros, no pudieran acceder a ella de forma directa a través del pecho de sus madres. La meta, según los científicos mexicanos, es instalar el sistema en hospitales, para que allí mismo se pueda analizar la leche donada, convertirla en polvo a través del secado por aspersión y luego empaquetarla en sobres listos para su uso.
La Asociación Española de Bancos de Leche Humana (AEBLH) reúne a los ocho bancos que existen en la actualidad en España (Palma de Mallorca, Madrid, Valencia, Granada, Zaragoza, Barcelona, Mérida y Valladolid). En un comunicado oficial de AEBLH, emitido en relación con los riesgos de la leche materna que se vende en Internet -tema en torno al cual se aprovecha el vacío legal existente al respecto-, detallaba que «los bancos de leche no comercializan la leche materna ni obtienen beneficio económico alguno de su distribución».
En el documento, la AEBLH añadía que «todas las iniciativas que implican cualquier forma de pago o negocio con la leche materna deben ser consideradas poco éticas y por tanto rechazadas». Una máxima que, en principio y según los deseos de los científicos mexicanos que participan en su desarrollo, también valdría en el caso de que se concrete la obtención y producción de leche materna en polvo.
La leche en polvo tradicional es la presentación más popular de las leches de fórmula, que también se comercializan en versión líquida listas para usar o concentradas para ser diluidas en agua. Estas fórmulas funcionan como un sustituto de la leche materna en el caso de los bebés que no son amamantados.
Esta leche en polvo se obtiene a partir de la deshidratación de la leche de vaca. Pero los niños solo pueden tomar leche de vaca a partir del año de vida. Por ese motivo, para obtener las fórmulas se realizan modificaciones sobre la leche de vaca, tal como explica un protocolo de la AEP redactado por los pediatras Aurora Lázaro Almarza y Benjamín Martín Martínez. Lo que se logra es “asemejarlas a la leche materna en cuanto a contenido proteico, dada la limitación del lactante para la concentración renal y metabolismo de aminoácidos, invirtiendo la relación caseína/seroproteínas que oscilan entre 20/80 hasta 40/60 según los fabricantes”.
De todos modos, el valor nutricional de las fórmulas es muy inferior al de la leche materna. Por ello, si la obtención de leche materna en polvo se concreta y es una herramienta más para posibilitar que los niños accedan a sus beneficios, sería una muy buena noticia.