Los síntomas pueden ser muchos y no siempre se desarrollan todos. Cada uno por separado puede representar algo distinto, pero cuando varios de ellos son simultáneos, las probabilidades apuntan en una sola dirección: el embarazo. Si se llega a esa conclusión, será el momento de realizar un test en casa o bien habrá que acudir al médico para que un análisis lo confirme (o no).
Diez síntomas de embarazo
El siguiente decálogo recopila los diez síntomas que se deben tener en cuenta para reconocer cuándo una mujer está -o es probable que esté- embarazada.
Amenorrea o falta de menstruación
Es una de las señales más notorias, sobre todo en las mujeres con periodos regulares. Se debe tener en cuenta que algunas mujeres experimentan una «falsa regla» cuando el óvulo se aloja en el útero, lo cual ocurre una semana después de la fecundación. Consiste en una hemorragia vaginal, indolora, de color entre rosado y marrón. Las mujeres con ciclos irregulares, por su parte, pueden pensar que es solo un retraso, por lo que deberán estar atentas a otros síntomas.
Hinchazón e hipersensibilidad en los senos
Es uno de los primeros síntomas, similar al que se siente justo antes de que baje la regla, pero exacerbado. Los pechos aumentan de tamaño, están más sensibles, duelen e, incluso, los pezones se modifican. Tal estado se prolonga durante el primer trimestre y luego desaparece.
Cansancio y sueño
Aunque no todas las mujeres lo experimentan, es común que en la primera etapa del embarazo se sientan agotadas, casi exhaustas, y con mucha necesidad de dormir. No están aclaradas de manera estricta las causas de esta fatiga, pero los especialistas apuntan a la subida en los niveles de las hormonas llamadas «del embarazo», como la progesterona y la gonadotrofina, y a que el gasto energético es mayor. Este síntoma también se supera después del primer trimestre, aunque se desarrolla de nuevo en el último, debido sobre todo al tamaño de la tripa y a las dificultades que esto puede generar para andar y dormir.
Náuseas y vómitos
Constituyen otro de los síntomas más conocidos. Se denominan «matutinos», aunque muchas mujeres los sienten en cualquier momento del día. También en este caso, lo normal es que tan solo se desarrollen en el primer trimestre. Una recomendación para reducirlos: beber abundante agua y aumentar el número de ingestas diarias. Conviene comer menos en cada una y evitar así que el estómago esté demasiado lleno.
Baja en la tensión arterial, mareos, vértigo y desmayos
El aumento de las hormonas del embarazo genera una dilatación en los vasos sanguíneos, lo cual tiene como resultado la caída de la tensión. Esto, a su vez, puede derivar, según la intensidad con que afecte, en mareos, sensación de vértigo e incluso desmayos. Es aconsejable llevar siempre algún caramelo o un dulce, que ayudan a subir la tensión.
Más ganas de orinar
Dos causas intervienen en este hecho. La primera, en las semanas iniciales del embarazo: el aumento del nivel de líquidos en el cuerpo de la mujer. La segunda, en un periodo un poco más avanzado: el aumento del tamaño del útero, que ejerce presión sobre la vejiga. Esta presión se reduce después del primer trimestre, gracias a que el útero ocupa la cavidad pelviana, pero resurge más adelante, debido a que el tamaño del útero se incrementa.
Hinchazón y dolor abdominal
Se debe también a los cambios hormonales que el cuerpo experimenta. Al igual que en el caso de la hipersensibilidad en los senos, es un síntoma similar al que se nota justo antes de la regla, pero con valores más elevados. Contribuye también el aumento de gases intestinales (ocasionados por el embarazo).
Deseo o aborrecimiento de ciertos olores y sabores
Son modificaciones sensoriales debidas a los cambios en los niveles hormonales. La percepción olfativa es más amplia, por lo cual se notan aromas que antes pasaban inadvertidos. En cuanto a las comidas, es normal que la mujer embarazada experimente especial apetencia o rechazo ante ciertos alimentos: esto suele responder a que ese alimento contiene algún nutriente que el organismo necesita o, por el contrario, algún componente que es mejor evitar. Esta es una explicación científica de los «antojos», a los cuales en general conviene hacer caso, siempre que se respete el equilibrio de la dieta: no hay que olvidar que la alimentación durante el embarazo tiene mucha importancia tanto para la madre como para el bebé.
Estreñimiento y flatulencias
Se deben también a la segregación en grandes cantidades de una hormona del embarazo, la progesterona. Se ralentiza el tránsito intestinal y se originan más gases, que contribuyen a la hinchazón abdominal.
Temperatura basal elevada
Así como el aumento de medio grado Celsius en la temperatura basal (es decir, la del amanecer, antes de levantarse) con relación al promedio indica que la mujer está en su periodo fértil, que ese parámetro permanezca alto durante 18 días consecutivos señala a menudo que hubo fecundación. Desde luego, no es un dato fácil de percibir, pero sí es un registro que se puede llevar sin problemas, sobre todo cuando se pretende quedarse embarazada