Por qué es importante el autocuidado en las madres
Durante el embarazo, la mujer recibe todas las atenciones: la cuidan y se cuida a sí misma. Descansa más, evita situaciones de estrés, no pierde ninguna cita médica, lleva una alimentación saludable, hace ejercicio, cuida su piel y su boca…
En cambio, cuando da a luz, esta atención no es tan intensa: el protagonismo se traslada al bebé y, en muchos casos, la madre solo se centra en la nueva criatura, descuidado a su pareja y olvidándose de sí misma. Deja de prestar atención a sus propias necesidades, lo que acaba generando en problemas de salud de todo tipo y que alertan de que algo no va bien: cansancio, falta de energía, estrés, ansiedad, sentirse aislado, dolor de cabeza, complicaciones digestivas, lumbalgia, insomnio, fallos de memoria…
Y es que cuidar de uno mismo, el autocuidado, es fundamental. Está comprobado que seguir una rutina de cuidado personal reduce el estrés y la ansiedad, minimiza la frustración, mejora la concentración, da energía y calma y hasta disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o infartos.
Y más especialmente el autocuidado es vital en el caso de los cuidadores y de quienes se encargan de la crianza y la educación de sus hijos. Si tú no estás bien, ¡cómo vas a cuidar bien! Menos paciencia, menos creatividad… los pequeños —y los no tanto— lo notan, lo sufren y aprenden —mal— de ello. ¡Nos están mirando!
Todas las madres (y los padres, por supuesto) necesitamos ayuda en esta tarea que, aunque gratificante, a veces puede resultar muy estresante. Son tiempos difíciles para la crianza, con una autoexigencia altísima. Y reconocer que nos hace falta apoyo no es signo de debilidad, ni de incapacidad.
Esa ayuda puede venir de otras personas, de nuestra pareja, de nuestro entorno familiar y social (nuestra tribu) y hasta de los servicios sociales públicos o de ONG. Pero no siempre supone delegar. A veces solo basta con dar un paseo, permanecer en silencio un rato, leer un libro, quedar con los amigos para tomar un café o visitar a un familiar.
Las madres necesitan tiempo y espacio para ellas. Es lo que se entiende por autocuidado parental, ese tiempo personal que todos los progenitores precisamos para recargar pilas, conectar con nosotros mismos y sentirnos bien, esas actividades que llevamos a cabo para proporcionarnos salud física, mental y emocional.
¿Que no tienes tiempo ni para los niños? Mira estas ideas para dedicar más tiempo a tus hijos. Pero apunta en la agenda esa hora (o minutos) para ti misma. En ocasiones, deberás obligarte a ese momento diario, porque encontrar ese hueco no siempre es sencillo. Eso sí, nunca debes sentirte culpable ni egoísta (ni madre tóxica) por hacerlo, porque de verdad toda madre necesita el cuidado personal.
Cómo practicar el autocuidado para madres
Antes de ver cómo aplicar el autocuidado en la vida diaria, es preciso hacerse una serie de preguntas y responder de manera sincera: ¿cómo estoy? ¿cómo me siento física y emocionalmente? ¿qué me hace sentir bien? ¿qué necesito?
No hay que olvidar que el autocuidado incluye seguir hábitos saludables: descanso nocturno, ejercicio apropiado a la edad, alimentación saludable, sin tabaco ni alcohol, revisiones médicas, uso adecuado de las nuevas tecnologías… Pero hay más.
A continuación, exponemos algunos ejemplos sencillos de autocuidado parental, sin olvidarte de que, si lo ves necesario y quieres profundizar en ello, hay profesionales en crianza y psicología que ofrecen cursos para padres y madres. Por descontado, estas prácticas, la mayoría gratuitas, sirven para ambos progenitores, pero especialmente para las «supermamás» que tienden a no acordarse de ellas mismas.
❤️ Autocuidado físico
Duerme la siesta, o échate una cabecita. Haz estiramientos al aire libre. Sal a dar un paseo por el parque. Sube las escaleras cuando te apetezca. Cocínate algo especial solo para ti. ¿Por qué no vas a que te hagan un masaje o una pedicura? Túmbate un rato a tomar el sol con protección. Tómate un baño relajante en la bañera de hidromasaje o pasa varios minutos bajo la ducha. Disfruta por la noche mirando al cielo estrellado o las nubes por el día. Haz yoga o gimnasia hipopresiva. Apúntate a clases de baile.
❤️ Autocuidado intelectual
Lee poesía. Pinta mandalas. Escucha música relajante o un audiolibro. Ve al cine. Haz sudokus. Apúntate a piano o canto. Aprende un oficio. Visita un museo, una iglesia o una galería de arte. Oye ese programa de radio que tanto te gusta.
❤️ Autocuidado emocional
Evita el aislamiento y no te distancies de tus seres queridos. Así que tómate un té con tus amigas o visita a ese familiar. Sal con tu pareja. Escribe en un diario o una carta. Acércate a la playa y observa el horizonte. Planta flores en la terraza o cultiva un bonsái.
❤️ Autocuidado espiritual
Haz voluntariado. ¿Y por qué no meditación o mindfulness antes de ir a trabajar? Reza. Aprende cómo respirar bien.