Una mala salud bucal en la mujer puede causar trastornos durante el embarazo, desde la necesidad de tratamientos odontológicos contraindicados en esa etapa hasta el riesgo de un parto prematuro y de bajo peso del hijo al nacer. Pero además, puede originar problemas dentales también en el bebé, ya que la madre es la principal transmisora de las bacterias causantes de la caries. Este artículo explica la importancia de la salud bucal durante la gestación, las formas en las que la madre transmite las bacterias de la caries al niño, cómo prevenir este problema dental incluso desde antes del nacimiento y la relación entre caries y lactancia materna.
Salud bucal durante el embarazo
Durante el embarazo, muchas mujeres padecen problemas de salud bucal que no habían sufrido antes, al menos no con ese nivel de intensidad. La Sociedad Española de Odontopediatría apunta que esto se debe sobre todo a tres motivos: un descuido de la propia higiene dental, el cambio de horarios y de hábitos dietéticos que se produce en este periodo y los vómitos y reflujos del ácido del estómago, así como las modificaciones en la composición de la saliva, que pueden causar una erosión del esmalte de los dientes y también daños en las encías.
Estos problemas no solo pueden ocasionar problemas durante la gestación -como la necesidad de tratamientos y radiografías, siempre más discutibles en esta etapa- sino que, además, la periodontitis y otras infecciones en las encías se han vinculado con un mayor riesgo de parto prematuro o de que el bebé nazca con bajo peso. Así lo señala la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) en un libro titulado ‘Salud bucal en la mujer. Prevención a lo largo de la vida’ (Médica Panamericana, 2013), fruto del trabajo en colaboración con la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
La madre transmite las bacterias de la caries al bebé
Pero los riesgos no acaban allí. Una mala salud dental de la madre también tiene consecuencias negativas en la boca de su niño. «La madre es la mayor ‘donante’ en la transmisión de caries», explica Juan Carlos Llodra Calvo, profesor de Odontología Preventiva y Comunitaria en la Universidad de Granada y autor de la guía ‘Salud oral y embarazo‘. Esto está demostrado, según el documento, por «los estudios de genética bacteriana en los que se encuentra asociación de los genotipos entre madres e hijos en más del 70% de los casos».
¿En qué momento se materializa esa transmisión de bacterias cariogénicas (es decir, que producen o inducen la aparición de caries) de madre a hijo? En esta última guía, publicada por la Organización Colegial de Dentistas de España y la Fundación Dental Española, se apunta que tal intercambio ocurre «a través de hábitos en los que interviene la saliva: probar la comida con la misma cuchara, chupar el biberón o el chupete«. Es decir, se trata de una transmisión casi inevitable que también el padre y otros adultos podrían producir.
Prevenir las caries en los niños desde antes de su nacimiento
Por estos motivos los especialistas recomiendan visitar al odontólogo no solo al menos una vez durante el embarazo, sino también, si es posible, antes de la gestación. En esta consulta se puede realizar, si es necesario, una limpieza bucal profunda, llamada tartrectomía, que consiste en la eliminación de cálculo dental o masa mineralizada que permanezca adherida a los dientes. Por otra parte, existen tratamientos contraindicados durante el embarazo. Si se determina su necesidad durante esta visita previa, se pueden efectuar antes de quedarse en estado y, de esta manera, evitar problemas futuros.
La guía ‘Salud oral y embarazo’ indica que la prioridad para los dentistas cuando atienden a una gestante, o a una mujer que se propone tener un hijo, es prevenir la caries y la gingivitis para conseguir una boca sana. No es un objetivo sencillo, ya que la llamada gingivitis del embarazo (caracterizada por las encías enrojecidas, inflamadas y sangrantes) afecta al 60-75% de las mujeres entre finales del primer trismestre de la gestación y mediados del tercero.
Lo que se debe buscar es evitar que ciertos agentes cariógenos primarios colonicen la cavidad bucal de la mujer, sobre todo el Streptococcus mutans y el Streptococcus sobrinus. El texto de Llodra Calvo especifica que «la adquisición precoz del S. mutans por parte del recién nacido es la clave para explicar la historia natural de la caries temprana en la infancia«. Por lo tanto, si se impide o al menos se retrasa su llegada a la boca del niño, se reduce el riesgo de que padezca caries durante sus primeros años de vida.
De todas formas, la presencia de bacterias cariogénicas en la boca del pequeño no es la única condición necesaria para que la caries se produzca: también lo son la presencia de dientes, el consumo de alimentos ricos en carbohidratos, el tiempo prolongado de permanencia de las bacterias en los dientes y factores individuales de predisposición hacia las caries (defectos del esmalte, anatomía irregular de la superficie dental, etc.). Por ello, además de que la madre y los cuidadores del niño presten mucha atención a su propia salud bucal, deben poner mucho cuidado también en la higiene y la dieta de los pequeños.
Existe la creencia de que la lactancia materna, sobre todo la prolongada (dos años o más), es otro elemento que favorece el surgimiento de caries en los niños. Pero el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) lo desmiente. En un documento sobre ‘Lactancia materna y caries‘ publicado en 2015, los expertos enfatizan que no existe evidencia científica que demuestre una relación entre ambos factores, así como tampoco hay estudios que concluyan que un destete precoz disminuya el riesgo de caries infantil.
Por el contrario, el texto de la AEP enumera una serie de beneficios de la lactancia materna en relación con la salud bucal de los pequeños: cuanto más tiempo son amamantados, menos se chupan el dedo o recurren a chupetes. Cuando los bebés no toman el pecho, “se altera la función succión-deglución-respiración, al no haber un desarrollo de la musculatura”, se afirma en el documento, donde se añade que, además, aumenta el riesgo de problemas como deglución atípica, respiración oral, disfunción masticatoria y dificultades en la fonoarticulación del lenguaje, entre otros.
Debido a ello, los odontopediatras destacan el valor positivo de la lactancia materna, a la vez que remarcan, como medidas para el cuidado de la salud bucal de los niños, la importancia de “la higiene dental desde una fase temprana de la infancia, asesorar a los padres para reducir la frecuencia del consumo de azúcares por el pequeño y aconsejarles de que eviten darle besos en la boca y soplar o probar la comida antes de dársela, especialmente si tienen caries activas”.