Salen de casa con su mascarilla, en la mochila del colegio llevan el gel hidroalcohólico, en las aulas conviven con una mayor ventilación, no pueden compartir material escolar y la distancia física es más patente en los patios. El coronavirus SARS-CoV-2 ha cambiado los hábitos de los niños en los centros escolares. Y a pesar de las medidas anticovid-19 y el esfuerzo de toda la comunidad educativa, se producen contagios, con sus correspondientes confinamientos en las clases, aunque pocos: el 1,8 % de todos los contagios registrados en el estudio actualizado semanalmente por la Red Española de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). Pero además de pocos casos confirmados de la nueva enfermedad, la aplicación de estas medidas en los colegios tiene más consecuencias en los más pequeños. Analizamos algunas de ellas.
El lavado de manos, el uso de las mascarillas, la ventilación y la distancia física son las medidas de prevención básicas para evitar los contagios de covid-19 en interiores, también en los centros escolares.
Aun así, los profesionales de la sanidad no dejan de atender casos de la nueva enfermedad entre los niños. De hecho, es la principal patología infecciosa que ven los pediatras de Atención Primaria. “Hacemos el seguimiento de los positivos, el diagnóstico precoz de los cuadros sintomáticos y el rastreo de contactos, aunque esto depende de las autonomías. Hay algunas que han contratado personal específico y otras en las que los pediatras tienen que realizar esa labor con el consiguiente colapso de una atención primaria ya deteriorada por los recortes que ha sufrido en los últimos 10 años”, manifiesta Pedro Gorrotxategi, vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
Consecuencias positivas de las medidas anticovid-19 en los niños
Pero las medidas anticovid-19 también están sirviendo para que patologías que otros años copaban las consultas pediátricas y las farmacias durante el periodo escolar, y que obligaban en muchos casos a no ir al colegio, ahora no sean tan frecuentes. Algunas, incluso, parecen haber desaparecido. “Todas han contribuido a la disminución de las infecciones. Quizás, el más determinante es la mascarilla que hace que exhalemos menos virus y se difundan menos”, reconoce Gorrotxategi.
Sin gripe
Entre noviembre y febrero la gripe afecta sobre todo a los niños menores de 12 años. Este año apenas ha habido casos, como se refleja en los informes semanales del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España (SVGE). Las medidas anticovid-19 habrán tenido que ver, pero también una mayor vacunación entre la población más vulnerable.
Sin casi bronquiolitis
El segundo cuadro más frecuente en edad pediátrica de octubre a marzo es la bronquiolitis, una infección de los bronquios que afecta en mayor medida a niños menores de dos años. Sin embargo, aunque el periodo de presentación de esta infección aún no ha terminado, en lo que llevamos de curso, los casos se han reducido en un 90 %. “Llama la atención que siendo niños pequeños los que se infectan por la bronquiolitis y no llevando ellos mascarilla, se haya producido tal disminución de casos. Esto nos indica que el hecho de que la mayoría de las personas usemos mascarilla hace circular menos a los virus y los niños que no usan mascarilla se ven también protegido”, comenta el pediatra.
Pocas otitis y nada de faringitis
La garganta y los oídos de los niños siempre traen de cabeza a los padres en el periodo otoño-invierno. Hasta este curso. Desde la Comisión de ORL pediátrica de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) confirman que en lo que respecta a patología infecciosa de las vías respiratorias altas como rinitis y faringoamigdalitis agudas, el porcentaje de reducción de los casos ronda prácticamente el 100 %. “También hemos observado un descenso muy importante de las derivaciones desde el pediatra por otitis serosas y otitis medias agudas de repetición”, comentan las doctoras Ana Faraldo e Irene García, vocales de esta comisión. ¿En qué medida afectan a esta reducción las medidas anticovid-19? “Todas ellas se benefician de estas medidas, aunque puede haber otros factores microbiológicos de competencia que estén influyendo y que a día de hoy desconozcamos”, reconocen.
Menos gastroenteritis y enfermedades diarreicas
Imagen: Burst
Dentro de la disminución de las enfermedades infecciosas transmisibles también está la gastroenteritis, que tanta diarrea provoca entre los más pequeños. Es muy frecuente en verano, pero también en la época escolar, que es cuando hay una mayor propagación de virus como el norovirus, el adenovirus entérico o el rotavirus, que suele ser la causa más frecuente de estos episodios en niños menores de 5 años. Pero también la diarrea puede estar causada por “bacterias, parásitos, ciertos medicamentos, incluso por la intolerancia a algunos alimentos que modifican el tránsito intestinal. Por esta razón, es importante saber su origen para pautar el tratamiento correcto”, sostiene el doctor Javier Miranda, responsable de la unidad de pediatría de varios hospitales de Vithas. Para prevenirla, el lavado de manos con agua y jabón resulta fundamental, ya que reduce su incidencia en más del 40 %.
Fuera piojos
El distanciamiento social ha logrado que los parásitos más temidos por los padres y madres no hayan hecho tanto acto de aparición este curso como en los anteriores. Así lo certifican las cifras facilitadas por la consultora IQVIA, que constatan que las ventas en las farmacias de los kits antipiojos han disminuido en el último año en torno al 46,7 %. Y es que los piojos necesitan el contacto directo y mantenido para poder extenderse, y gracias a las medidas anticovid-19, esto les resulta más complicado en los entornos escolares.
Sin enfermedad mano-pie-boca
Ni la enfermedad boca-mano-pie ni otros exantemas víricos secundarios a parvovirus o adenovirus que se contagian por las vías respiratorias y tienen sus manifestaciones en la piel (sarpullidos, lesiones en palmas de las manos y plantas del pie) se han visto este año en las consultas de dermatología pediátrica. ¿Por qué? También debido a la higiene extrema, las medidas de aislamiento y el uso de mascarillas. “No hay datos oficiales, pero vemos menos de la mitad de los casos que antes de patologías infecciosas con trasmisión ora-fecal o respiratoria”, reconoce Raúl de Lucas, coordinador del Grupo Español de Dermatología Pediátrica de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), quien destaca que también hay menos herpesvirus porque hay menos contacto físico y nada de varicela, esta vez porque está incluida en el calendario de vacunación.
Más visible la capacidad de adaptación
“Las normas se siguen a la perfección en los colegios. No he visto llamar la atención a ningún niño. Eso sí, distanciamiento hay poco en los grupos burbuja”, confiesa Antonio Labanda, psicólogo educativo en cuatro centros madrileños y coordinador de la Sección de Psicología Educativa del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Ya la tuvieron en el confinamiento y, ahora, con las medidas anticovid-19 siguen mostrando que “su capacidad de adaptación es soberbia”. Labanda resalta el esfuerzo de los profesores para también adaptar la metodología de trabajo a las clases a distancia y el que están teniendo que aplicar las familias. “No todo el mundo puede tiene capacidad económica para disponer de portátiles para cada hijo, buenas conexiones, habitaciones para todos… Cada uno se apaña con lo que tiene. Todos se van a adaptando a la situación”, apunta.
Consecuencias negativas de las medidas anticovid-19 en los colegios
Sin embargo, no todo es positivo. Tanta higiene puede hacer aflorar problemas como un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o que los geles hidroalcohólicos se usen como un juguete más y produzcan intoxicaciones. La mascarilla, pero sobre todo tantas horas ante pantallas por las clases a distancia debido a los confinamientos, provocan ojo seco. ¿Qué otros efectos pueden tener las medidas anticovid-19 en los niños?
Imagen: Julia M Cameron
Más dermatitis atópica y acné
Sobre todo lo están notando los adolescentes. Las mascarillas están empeorando problemas en la piel como el acné, la rosácea o la urticaria. Pero también la excesiva higiene provoca que los dermatólogos pediátricos como Raúl de Lucas atiendan otras patologías inflamatorias cutáneas como dermatitis atópica, dermatitis irritatoria de las manos o dermatitis perioral.
Aquí recogemos consejos de expertos en caso de acné, dermatitis y otros problemas de la piel derivados del uso de las mascarillas.
¿Problemas de audición y fonación?
El empleo de mascarillas también tiene su repercusión en nariz, boca y oídos de los niños. Por un lado, las especialistas en otorrinolaringología explican que ha aumentado el número de consultas por epistaxis (sangrados nasales), y ven en ello una posible relación con la sequedad que puedan producir las mascarillas. Su recomendación: hidratación nasal con suero y pomadas emolientes.
Y aunque las mascarillas no ocasionan problemas de audición en menores sin hipoacusia previa, Ana Faraldo e Irene García sí consideran que “pueden dificultar la capacidad de discriminación auditiva en niños con problemas auditivos, que usen audífonos o implantes cocleares”. ¿Qué hacer en estos casos? Se debe facilitar que los escolares tengan un ambiente idóneo en el aula: la profesora debe estar a poca distancia y usando mascarilla transparente si es posible.
Además, las expertas pediátricas de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) señalan que las mascarillas, especialmente las FFP2/KN95, atenúan la intensidad de la fonación y distorsionan el sonido, lo que puede ocasionar un mayor abuso y esfuerzo vocal en niños con tendencia a gritar. Por eso creen necesario intensificar las medidas de cuidado de la laringe, con una buena hidratación, ofreciendo al niño pequeños sorbos de agua a menudo y evitar en la medida de lo posible que grite durante periodos prolongados.
Desigualdad en el acceso a la educación y el aprendizaje
Las clases online para reducir las ratios de alumnos por aula o los confinamientos por covid-19 o por contacto estrecho tienen consecuencias. Ya lo sugieren en el informe ‘Cole Seguro: la seguridad de la educación durante el primer trimestre del curso 2020/2021’, de la Plataforma de Infancia y Political Watch: los fondos covid para la educación favorecen la seguridad en las aulas, pero no consiguen reducir la inequidad educativa. Se ha contratado más personal docente y la educación digital es la segunda partida que más dinero ha recibido desde las comunidades autónomas, pero resulta insuficiente para garantizar la igualdad de acceso a la educación.
¿Cómo intentar solucionarlo? Según detallan en el mismo informe, se debe garantizar la presencialidad, asegurar la gratuidad en la etapa obligatoria y que las familias más vulnerables no tengan que asumir ningún coste adicional para la compra de materiales y equipos necesarios y dar máxima prioridad al seguimiento, apoyo y refuerzo al alumnado de familias socio económicamente vulnerables. Y es importante dotar a los centros, al profesorado y al alumnado de infraestructuras, dispositivos y plataformas adecuadas para el desarrollo de la educación digital, como también apoyar al profesorado para el desarrollo de metodologías mixtas de aprendizaje.
Pero también, de alguna manera, para que las clases a distancia por las plataformas de videollamadas sean fructíferas y el aprendizaje , el psicólogo educativo Antonio Labanda aconseja un esfuerzo extra por parte de los alumnos: “Deben planificar bien el trabajo, las tareas… La organización debe ser más escrupulosa en las casas”.
Impacto emocional
Según ‘Cole Seguro’, las medidas adoptadas para frenar la expansión de la covid-19 “están teniendo y tendrán a medio y largo plazo un impacto negativo sobre la salud mental y el bienestar emocional de niños, niñas y adolescentes”. De ahí la importancia de que los padres no descuiden la salud emocional de sus hijos durante la pandemia. “A pesar de la aparente facilidad con la que han interiorizado los cambios, a los niños les cuesta lo mismo que a los adultos hacerlo y, por tanto, no hay que olvidar valorarles el esfuerzo y reconocerles lo difícil que la situación es también para ellos”, comenta Mónica Portillo, psicóloga clínica del Hospital Universitario de La Ribera de Alzira (Valencia).
Los expertos señalan que algunos niños pueden mostrarse irritados, con cierta hiperactividad e, incluso, presentar dificultades para dormir, más enfados, tristeza y llanto en algunos momentos. “Son formas que el organismo encuentra para adaptarse a la situación, pero a los que hay que prestar atención; también hay que hacerlo con aquellos niños que se muestran como si no pasase nada diferente”, apunta Portillo.
Labanda de nuevo confía en la “muy buena capacidad de adaptación” de los más pequeños, no sin antes recordar que entre las tareas de los psicólogos educativos en los colegios está la detección de necesidades y la prevención. “Los servicios de atención psicológica en centros escolares no deben ser servicios de psicología clínica. Es el psicólogo educativo quien debe hacer esas dos fases. Aquellos niños o niñas que se sospeche una mayor problemática, sí le debemos derivar a psicología clínica”, sostiene.
¿Cómo ayudar desde casa? Desde la Unidad de Psicología de la Salud del Hospital de La Ribera se aconseja a los padres:
- practicar una comunicación positiva, “de manera que los menores puedan expresar sentimientos como el miedo, el agobio o el aburrimiento, sin que sean recriminados por ellos”.
- darles información veraz adecuada a su edad, para que entiendan el momento que se está viviendo y las razones de las medidas que se van adoptando, integrándolas como algo necesario, y no solo por las consecuencias punitivas que pueda tener el no seguirlas.
- compartir actividades con ellos y evitar el abuso de las nuevas tecnologías.
- disminuir el aislamiento social, manteniendo el contacto con familiares y amigos, a través de medios de comunicación que eviten el encuentro físico, “siempre de forma supervisada por los padres y con un tiempo máximo de uso”.
- ofrecerles cariño y hablarles del futuro y de experiencias para vivir en este momento, reales y posibles.
- evitar el castigo físico y emocional del niño, sustituyéndolo por otras estrategias que le ayuden a aprender y a reflexionar.
Otra de las conclusiones del informe ‘Cole Seguro’ es que las familias se enfrentan a un mayor gasto en materiales y equipos con respecto a cursos escolares anteriores, algo “especialmente preocupante en el caso de las más vulnerables”. Según este sondeo, un 82 % de las familias han tenido que incrementar su gasto educativo y más de la mitad considera que ha sido sustancial.