El destete o paso de tomar solo leche materna a comer alimentos sólidos es fundamental en el desarrollo del bebé. Pero estos productos se deben incorporar poco a poco. Así, en los primeros meses, la cena más recomendada para el niño sigue siendo la leche, aunque se le puede añadir cereales. Pero según se va acercando al año de vida, comienza a cenar otras cosas. A continuación se explican detalles sobre las primeras cenas para bebés que empiezan a tomar alimentos sólidos, cuándo introducir cada uno en su dieta, claves de la alimentación y cómo preparar los alimentos.
Las primeras cenas del bebé
A partir de los seis meses de edad, la dieta de los bebés debe incluir los primeros alimentos sólidos, aunque de forma gradual. Pero ¿cómo tienen que estar distribuidos? ¿Cuáles son las mejores cenas para estos niños? La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria y el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría recomiendan que hasta los 11 o 12 meses de edad la cena del bebé esté compuesta por leche, a la que se puede añadir cereales.
Un modelo básico de dieta diaria para los niños de esta edad, elaborado por estos expertos, consiste en lo siguiente:
- Desayuno: papilla de leche con cereales.
- Comida: papilla de carne o pescado o huevo con verduras.
- Merienda: papilla de fruta.
- Cena: leche con cereales.
La papilla es la forma más común a través de la cual los bebés comienzan a ingerir algo más que leche. Entre los seis y ocho meses toman dos o tres papillas por día; una más -tres o cuatro-, a partir de los nueve. Un consejo de los pediatras es agregar una cucharada de aceite de oliva en crudo a las papillas que lo admitan. Los especialistas recuerdan, de todos modos, que «la lactancia materna debe ser prioritaria con respecto a las papillas de cereales».
¿Cuándo introducir cada alimento sólido en la dieta del bebé?
El segundo semestre de vida es fundamental en relación con la alimentación del niño. En ese periodo, introducirá la mayoría de los alimentos que compondrán su dieta en los años siguientes. En ‘Alimentación del lactante sano‘, la Asociación Española de Pediatría incluye una tabla donde señaliza el momento oportuno para que el bebé empiece a consumir productos sólidos.
Los primeros son las frutas y los cereales sin gluten, que incluso se pueden dar en ocasiones a partir de los cinco meses, y seguir luego con verduras y pollo.
Más adelante, a los siete meses, se incorporan los cereales con gluten y la carne de cordero. A los ocho, la carne de ternera y, desde los 10 meses, yemas de huevo, pescado y legumbres. La clara de huevo y la leche de vaca se aconseja solo a partir de que cumpla un año.
A partir del año de vida, las comidas diarias deben ser al menos cuatro. Los niños ya pueden comer lo mismo que los adultos, salvo excepciones como comidas con mucho picante o especias, bebidas con gas o productos con los que pudieran atragantarse. Y deben consumir fruta, verdura, cereales y carne o pescado todos los días.
Claves de la alimentación para bebés
Poco a poco, todos los alimentos se introducirán también en la cena. Para saber cómo hacerlo, es clave regirse por los principios de la alimentación del bebé, apuntados por la Organización Mundial de la Salud. Son los siguientes:
- Alimentar a los lactantes directamente y asistir a los niños mayores cuando comen por sí solos, respondiendo a sus signos de hambre y satisfacción.
- Animar a los pequeños a comer y alimentarles despacio y con paciencia, sin forzarles.
- Si rechazan varios alimentos, experimentar con diversas combinaciones, sabores, texturas y métodos para animarles.
- Minimizar las distracciones en el momento de la comida, si provocan que el niño pierda interés con rapidez.
- Hablar y mantener el contacto visual con el bebé, mientras se le da de comer. Los momentos de comida también son periodos de aprendizaje y amor.
¿Cómo preparar los alimentos del bebé?
Existe una recomendación especial de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición con respecto a las hortalizas que se dan al niño, en particular la acelga y la espinaca. Debido a la presencia de nitratos en ellas, aconsejan no dárselas a los menores de un año, y luego, hasta los tres años de edad, no incluir más de una ración diaria en su menú.
También señala que las verdudas cocinadas se deben guardar en el frigorífico, si se han de consumir en el mismo día, o bien congelarse. Además, los alimentos fritos se deben cocinar a alta temperatura y durante poco tiempo.
Y para forjar los cimientos de una alimentación sana, hay que evitar el exceso de alimentos azucarados, en particular zumos y bollería industrial, además de añadir sal a las comidas, sobre todo durante los primeros 12 meses de vida del bebé.
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