Ventajas y desventajas del trabajo en la adolescencia
“Mi hijo quiere trabajar” es una de las frases que suenan en muchas familias en verano y en épocas de vacaciones como las Navidades. El chico o chica adolescente quiere ganar dinero trabajando para poder costearse algún capricho: ropa o calzado, un viaje con sus amigos, una cena, una consola…
Pero “no deben ver el trabajo como algo que haces para obtener dinero a cambio sin más. Sería una pena, porque lo percibirían como algo negativo y no tendrían ningunas ganas de trabajar. Va mucho más allá. Se trata de una realización personal, de compartir tu talento con los demás, de ayudar en la vida a otras personas gracias a ese talento, capacidades personales, de generar un bienestar general”, señala Juana León, fundadora y directora de Aprender Cuenta, un proyecto de educación financiera para niños de 5-16 años.
Y es que al trabajar se aportan soluciones, servicios y se facilita la vida de la ciudadanía y, a la vez, el adolescente obtiene varios beneficios personales que redundarán en toda la sociedad. Por eso es bueno y recomendable que los jóvenes trabajen. Pero también a estas edades trabajar tiene sus peligros. “El mayor riesgo es que no sepan administrar bien su dinero”, reconoce la experta en educación financiera.
Estas son las ventajas y los inconvenientes de trabajar desde tan jóvenes:
✅ ¿Qué beneficios proporciona el trabajo a un adolescente?
- Responsabilidad, autonomía y autoestima. Trabajar les reporta satisfacción por ganar su propio dinero y se hacen más autónomos. “Adquieren responsabilidad, sobre todo si desarrollan empleos de cuidados infantiles”, comenta Amaya Prado, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.
- Tolerar la frustración. “Como estudiantes desarrollan un trabajo autónomo, pero al trabajar aprenden a tolerar la frustración al tener que cumplir con los objetivos que marcan otras personas”, explica Prado.
- Compromiso con el trabajo. Trabajar en verano les prepara para introducirse en el mundo laboral: cumplir horarios, relacionarse con los compañeros, hacer entrevistas, redactar el currículum…
- Manejo de las finanzas personales. “La lección fundamental es que aprendan a que deberán decidir qué hacer, porque el dinero, aunque tengas mucho, es limitado. Deben aprender a maximizar su utilidad, es decir, su satisfacción con el dinero que tienen”, recuerda la experta en educación financiera.
❌ Peligros de trabajar para un adolescente
- Abandono de los estudios. Una cosa es que el adolescente trabaje en verano, y otra que deje los estudios por un empleo. “Un alto porcentaje de los que dejan los estudios, cuando llegan a la mayoría de edad se dan cuenta de la importancia de la formación para prosperar y tener un trabajo de calidad, por lo que dejan de trabajar o compatibilizan su empleo con los estudios”, confiesa la psicóloga. Porque en medio está la opción de estudiar y, en los ratos libres, seguir trabajado. “El adolescente debe valorar el coste de oportunidad, es decir, el valor de aquello a lo que está renunciando por seguir trabajando y compararlo con lo que le ofrece seguir trabajando. A estas edades tan tempranas, no deben renunciar a seguir formándose. El conocimiento es fundamental en un mundo tan cambiante como al que ellos se enfrentan. Eso sí, puede compaginarlo”, indica León.
- Abuso de sustancias y apuestas. Uno de los riesgos que temen los padres son las adicciones y las apuestas. “Creo que debería regularse mejor el acceso de los adolescentes a las apuestas. Hay que seguir apostando, pero con mucha educación en casa y en las aulas”, sostiene la profesora. La psicóloga alerta del peligro de verse de repente con más dinero, por lo que recomienda “desde pequeños trabajar la organización de la economía personal”, por ejemplo, con la práctica de dar la paga a los niños.
Consejos para padres de adolescentes que quieren trabajar
Tanto antes de decidir por qué trabajo hacer, como una vez que ya los adolescentes obtienen su propio dinero, el papel de los padres es muy importante. “Hay que apoyarles y hacerles ver que estás ahí para que las dificultades que tengan las puedan solventar. Les podemos aconsejar sobre el tipo de empleo que puede ser más adecuado para ellos, además de ayudarles a ponerse objetivos: para qué quieres trabajar, qué harás con el dinero, qué harás en tu día a día…”, asegura Amaya Prado.
Además de dejarles autonomía, León insiste en que es recomendable trasladar una actitud positiva del trabajo y el esfuerzo. ¿Cómo? Dando ejemplo. “Los padres son el patrón financiero de sus hijos, debemos educarnos y convertirnos en una mejor versión. Si queremos que perciban el trabajo de forma enriquecedora y positiva, no pueden oírnos quejarnos todo el rato de nuestro trabajo”, advierte Juana León.
En clave financiera, su consejo consiste en animar a pasar a los adolescentes ciertos gastos que antes recaían en la familia (cine, salidas, gastos de móvil, etc.). Así, “les enseñan que lo que obtiene debe gestionarlo bien para sus propios gastos. Todo lo que acerquemos a los adolescentes a la realidad que se encontrarán en el futuro ayudará a su inteligencia financiera”, apunta.
Consejos para adolescentes que quieren trabajar
Para la psicóloga consultada, antes de decantarse por un empleo a estas edades, lo importante es que los adolescentes se formen para ello y hagan “trabajos acordes con su edad, divertidos y en los que puedan conocer gente”. También recuerda que hay otras alternativas de trabajo para estar con personas y mejorar los idiomas: los voluntariados y los campos de trabajo. Además, aconseja que inviertan el dinero conseguido en algo “provechoso para su vida”, como puede ser un viaje por Europa.
Entre las recomendaciones de la experta en educación financiera destacan dos:
- Si hay un objetivo de ahorro. Aprenderás el valor del ahorro, de posponer las gratificaciones y esperar para tener algo en un futuro. También comprenderás cómo realizar un presupuesto de ahorro, es decir, saber cuánto tiempo tardarás en conseguir un objetivo con los ingresos que recibes.
- Sin una meta de ahorro, ni fin concreto. El dinero que recibes debes administrarlo. En esta gestión del dinero es fundamental destinar al ahorro, al menos, un mínimo de 10 % de tus ingresos. Y, después, ese ahorro puedes trasladarlo a la inversión. Pero debes saber que toda inversión lleva implícito cierto riesgo, así que antes de invertir aprende todo sobre la inversión y hazlo en lo que conoces bien.