La gran variedad de modelos de chupetes que se pueden adquirir en la actualidad crea dudas entre los padres sobre cuál es el más adecuado para su hijo. Incluso, sobre las ventajas de su uso. De látex o silicona, anatómicos o fisiológicos, especiales para la noche, con o sin anilla… Para elegir bien y no equivocarse, ante todo, hay que verificar que el modelo cumpla con los requisitos exigidos por la normativa de seguridad vigente y que sea adecuado para la edad del bebé.
Requisitos mínimos de los chupetes
En la actualidad, los padres que optan porque sus hijos utilicen chupete disponen de una amplia gama de este artículo, en la que se combinan distintos materiales, tamaños, formas y usos. En general, el bebé es quien «decide» qué modelo se adapta más a él, mediante el rechazo o aceptación de las alternativas que le ofrecen sus padres. Es decir, el bebé «elige», pero los padres «proponen».
¿Cómo saber cuáles son los modelos que más conviene proponer al bebé? Al margen de los gustos estéticos de los padres y de las recomendaciones del entorno, los principales aspectos a los que se debe atender para elegir el chupete son dos:
- Debe adecuarse a la edad del bebé.
- Debe cumplir con los requisitos exigidos por la normativa.
La norma UNE-EN 1400-1/2/3:2003, referente a chupetes para bebés y niños pequeños, establece con claridad cuáles son esos estándares de calidad. Entre las exigencias más genéricas, destacan las siguientes:
- Los chupetes no deben tener elementos desmontables pequeños que el bebé se pueda tragar. Sus piezas deben estar unidas con la suficiente resistencia como para que puedan romperse o separarse entre sí.
- Deben tener sus bordes protegidos o redondeados para evitar riesgos de cortes o heridas.
- El disco del chupete debe tener al menos dos orificios de ventilación de un diámetro mínimo de cuatro milímetros.
- La tetina, cualquiera que sea su forma, debe ser de un material flexible y tener una longitud máxima de 30 milímetros.
- El etiquetado debe incluir todos los datos, instrucciones y advertencias que especifican las normas, de manera que se proporcione al consumidor toda la información esencial para el uso correcto y seguro de cada producto.
- Es obligatorio que se vendan en envases cerrados cuyo etiquetado incluya todas esas instrucciones y advertencias necesarias para los padres.
¿Chupetes de látex o silicona?
Chupetes de látex: las tetinas de los chupetes fabricados con este material natural (de un color entre ámbar y amarillo) son, por lo general, blandas y elásticas, así se asemejan más a la sensación del pecho materno. Se caracterizan por su alta resistencia a los tirones o mordiscos, de modo que se pueden utilizar sin problemas en todo momento. Al ser de un material natural, se desgastan y estropean con mayor facilidad, se deforman y se vuelven pegajosas y pueden absorber sabores y olores, por lo que es recomendable sustituir estos chupetes por uno nuevo cada uno o dos meses.
Chupetes de silicona: este material sintético transparente es más rígido que el látex, pero menos resistente a los mordiscos y tirones, por lo que se recomienda para las etapas anteriores a la dentición del bebé. Por otra parte, las tetinas de este material resisten muy bien las altas temperaturas, se desgastan con menos facilidad y son más fáciles de limpiar, ya que ni la grasa de los alimentos, ni otras sustancias pueden dañarlos. Los fabricantes recomiendan sustituirlos en cuanto se aprecien marcas de mordiscos u otras deficiencias.
¿Chupetes con tetina redonda o anatómica?
Tetina anatómica: los chupetes con la tetina anatómica imitan la forma del pezón materno durante la lactancia y se adaptan a la boca y el paladar del bebé de una forma natural. Por eso, los especialistas recomiendan esta forma de tetina para los pequeños que se alimentan con leche materna. Al ser similar, se evita un posible rechazo posterior del pecho materno. La desventaja de este tipo de chupetes es que, para estar bien adaptados a la cavidad bucal, deben colocarse siempre de forma correcta en la boca y, por tanto, es necesario estar pendiente de situarlos en su posición original cuando el bebé les dé la vuelta.
Tetina redonda: los chupetes con la tetina redondeada en ambos lados o con forma de cereza son los más clásicos y su forma simétrica ayuda a que en todo momento tengan una posición correcta dentro de la boca del bebé, incluso cuando le haya dado la vuelta por sí mismo.
Chupetes especiales
Para dormir: los especialistas recomiendan para la noche los chupetes fabricados en su totalidad de látex (no solo la tetina) y sin anilla para sujetarlos porque ejercen menos presión en la cara del bebé mientras duerme. Algunos fabricantes disponen también de chupetes con partes luminiscentes, que facilitan su búsqueda en la oscuridad.
Chupete termómetro: este tipo de chupetes están diseñados de manera específica para facilitar a los padres la toma de temperatura del bebé. Son muy fáciles de usar. En general, cuentan con una pantalla digital en el frontal que permite comprobar si el bebé tiene o no fiebre de una manera muy sencilla.
Dispensador de medicamentos: el momento de dar una medicación a un bebé puede llegar a ser agotador, ya que muchos pequeños rechazan estas sustancias de forma contundente. Para hacerlo más fácil, se pueden utilizar los chupetes especiales para dispensar medicamentos, que permiten colocar la medida correcta de la medicina en un dispensador que está unido al chupete y que traslada la sustancia poco a poco a la boca del bebé a través de la tetina.
- Aunque se compre en un envase hermético, es recomendable lavar bien el chupete antes de usarlo por primera vez y hervirlo por un tiempo aproximado de cinco minutos.
- Si el chupete cae al suelo o se ensucia, debe volver a lavarse bien de nuevo. Hay que evitar limpiar la tetina con la boca de un adulto para no transmitir bacterias al bebé.
- Para evitar que se ensucie con frecuencia o que se pierda, se pueden usar cadenas o cintas específicas para sujetar los chupetes, siempre que se verifique antes que cumplen la normativa vigente referente a estos artículos de puericultura.
- Los chupetes con tetina de látex deben reemplazarse cada uno o dos meses o en cuanto se detecte que la tetina está deteriorada o pegajosa; los de silicona se deben sustituir en cuanto se perciban marcas de dientes o semejantes.