Lamentarse por no poder dedicar más tiempo a los hijos es una queja habitual de muchos adultos, que en circunstancias normales, y tras una larga jornada de trabajo, llegan a casa justo a tiempo de preparar la cena a los niños y darles un beso de buenas noches. La cuarentena obligada por el coronavirus invalida esa situación, ya que conmina a pasar las 24 horas del día con los pequeños; pero, a la vez, abre un panorama de incertidumbre. ¿Qué hacer con ellos? Dado que el cierre de los colegios da lugar a mañanas caseras de estudio y deberes, saber sacar provecho del resto del día, reforzando lazos y, a la vez, dejando hueco para el esparcimiento individual, se antoja de vital importancia. Como recomienda la psicóloga Silvia Álava, debe haber “un equilibrio entre los juegos infantiles y el ocio en familia”. Te contamos cómo gestionarlo.
Tiempo para los niños: tareas, juego y videollamadas
La primera parte no solo servirá para que los niños disfruten jugando por su cuenta, sino que, como pone de relieve un documento de UNICEF, dotará a los padres de margen para trabajar o descansar: “Durante este tiempo, sus hijos pueden jugar, leer en silencio o hacer su tarea. Usted, que conoce a su hijo, puede elegir una actividad que le guste (sugiera actividades silenciosas como rompecabezas, bloques, escribir un diario…). Al principio, quizá le resulte difícil, pero puede trabajar en ello día a día, aumentando la cantidad de minutos progresivamente. Los niños, al igual que los padres, necesitan algo de tiempo para relajarse”.
El juego es la actividad más importante para el desarrollo de los niños, y el confinamiento no debe alterar ese precepto. Un estudio realizado por investigadores cubanos y publicado en 2015 en InfoHEM concluye que, mediante el juego, los pequeños “relacionan los conocimientos que ya han adquirido con otros nuevos, formando así procesos de aprendizaje individual. En los primeros años de la vida (…) aporta mucho en el desarrollo cognitivo, social, emocional y en la formación de la personalidad. A través del juego los niños enriquecen su mente, estimulan su fantasía, crean situaciones y les dan solución”.
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Las nuevas tecnologías ofrecen hoy en día un amplio abanico de posibilidades de entretenimiento, ya sea a través de juegos virtuales o de series y películas de contenido infantil. Sin embargo, no es bueno que pasen todo el día pegados a las pantallas. De cara a consignar un tiempo de uso óptimo, la Academia Estadounidense de Pediatría propone una hora al día para niños de dos a cinco años. “A medida que tu hijo crece, un enfoque único no funciona tan bien. Tendrás que decidir cuántos medios audiovisuales le permitirás usar a tu hijo cada día y qué es apropiado”, añade esta institución. ¿Cómo lograr que no sobrepasen el límite? “Conviene pactar por escrito el tiempo que van a dedicar a la tableta, al móvil o los videojuegos”, señala la psicóloga Silvia Álava.
Los móviles permiten mantener el contacto con seres queridos en estos días de encierro. Al igual que los adultos nos conectamos por videollamadas con familiares y amigos, también los niños pueden aprovechar los recursos que ofrece la tecnología para socializar. A este respecto, la profesora Lea Waters, psicóloga de la Universidad de Melbourne (Australia), sugería en un reciente artículo en The Guardian: “Los hijos mayores pueden crear contenidos en Instagram o Snapchat donde compartir sus experiencias y consejos con amigos. Con los niños más pequeños, se podrían programar algunas videollamadas con amigos y familiares”.
Tiempo en familia: actividades para hacer juntos
Pero también es esencial destinar parte del día a tareas que unan a padres e hijos. Ver películas o series en familia está bien, pero aún mejor emprender ocupaciones más activas, y que el resto del año, por falta de tiempo, no se pueden acometer. Sobre este particular, UNICEF sugiere “involucrar a los niños en actividades de limpieza, de acuerdo con su edad y habilidades. Las actividades que realicen juntos son importantes para que los niños desarrollen un sentido de comunidad y el sentimiento de ser necesitados”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en un documento dirigido a los padres con motivo de la cuarentena, resalta la importancia del ejercicio físico conjunto: “Reduce los niveles de estrés de todos y ayuda a dispensar parte de esa energía acumulada”. Con los hijos pequeños propone “bailar con música” y, con los más mayores, “entrenar juntos con su música favorita”.
La cultura no debe quedar en segundo plano. Allyssa McCabe, profesora de Psicología de la Universidad de Massachusetts en Lowell (EE.UU.), aconsejaba a los padres en The Atlantic la lectura de libros a sus hijos más pequeños. “Leer de forma interactiva con los niños es muy beneficioso para la enseñanza del lenguaje y la alfabetización”, advierte.
¿Qué sería de esta clausura sin la elaboración de bizcochos? Solicitar la ayuda de los hijos, de modo que ejerzan de pinches de cocina, es también buena idea. No solo sirve para entrenar dotes culinarias. En la misma publicación, Michelle Martin, profesora de la Universidad de Washington (EE.UU.), expone que “cocinar puede ser una lección de ciencias (hablemos sobre cómo funciona la levadura), una lección de matemáticas (¿qué da como resultado media taza más un cuarto de taza?) o una lección de lectura (¿esta etiqueta dice ‘bicarbonato de sodio’ u ‘hornear polvo’?), y brinda oportunidades para que los niños aprendan sobre nutrición, así como sobre alimentos y sabores de todo el mundo”.
Por último, la OMS anima a dedicar un tiempo a cada uno de los hijos por separado: “Puede durar solo 20 minutos o más, depende de nosotros. Puede ser a la misma hora todos los días, para que los niños o adolescentes puedan esperarlo”.